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Año 1 después de Gotham: todo lo que ha cambiado en Grifols tras el golpe bajista
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Nuevo CEO, otro auditor, ajustes contables...

Año 1 después de Gotham: todo lo que ha cambiado en Grifols tras el golpe bajista

La familia siempre ha defendido que su manera de expresar las cuentas era correcta, pero ejecutó modificaciones de calado con los que reconocía indirectamente que su forma de proceder no había sido la adecuada

Foto: Logo en la sede Grifols de Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
Logo en la sede Grifols de Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
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Este jueves se cumple un año del golpe que sumergió a Grifols en una crisis bursátil y reputacional sin precedentes. El 9 de enero de 2024, antes de la apertura del mercado, el fondo bajista Gotham City difundió un demoledor informe que hizo temblar los cimientos de la farmacéutica catalana. Aunque siempre ha rechazado las acusaciones, la compañía se vio obligada a iniciar un camino hacia el purgatorio, aplicando cambios sustanciales, para tratar de recuperar la confianza de los inversores.

El fondo la acusó de tergiversar su deuda utilizando un vehículo de inversión vinculado a la familia Grifols. No era la primera vez que Gotham destapaba un caso de este tipo y la reacción inmediata del mercado fue lanzarse a vender, ocasionando un desplome del 26% en la cotización al cierre de la jornada en la que se publicó el informe. Los directivos de la farmacéutica se han movido durante este año para recuperarse del golpe, pero sus acciones aún están lejos de volver al precio previo a la publicación del informe.

Los Grifols siempre han defendido públicamente que su manera de expresar las cuentas era la correcta, llegando incluso a llevar al fondo bajista ante la Justicia de EEUU, donde también cotiza. Sin embargo, con el paso de los meses, fue ejecutando cambios de calado con los que reconocían indirectamente que su forma de proceder no había sido la adecuada. Cambios en el Consejo de Administración, nuevo CEO, sustitución del auditor... Así ha virado la compañía durante el último año.

La familia dejó las funciones ejecutivas

Antes de Gotham, Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu ocupaban los cargos de director Corporativo y director de Operaciones, respectivamente. Es decir, los herederos de los fundadores participaban activamente en el día a día de la compañía. Pero su relación con Scranton, la sociedad que supuestamente utilizaron para tergiversar la deuda, les obligó a abandonar sus funciones ejecutivas para recuperar la confianza del mercado, ocupando desde entonces un asiento como dominicales en el Consejo de Administración.

Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu ocupaban los cargos de director Corporativo y director de Operaciones, respectivamente

La compañía desvinculó esos cambios del informe de Gotham, achacándolos a una estrategia "planificada desde hace tiempo y cuidadosamente diseñada". Defendieron que esa transición se inició en 2022, en una decisión mancomunada con el resto de miembros del Consejo, con la intención de "separar progresivamente la propiedad de la gestión de la compañía". No obstante, el cambio de roles se produjo apenas un mes después de la publicación del informe.

Otro miembro de la familia, Albert Grifols Coma-Cros, también dejó de ser consejero ejecutivo para pasar a dominical, dejando, por tanto, de desempeñar las funciones de dirección en el grupo farmacéutico. Este cambio demostró que los cambios respondían a las acusaciones de Gotham, ya que había sido nombrado para el cargo solo un mes y medio antes de modificar su categoría dentro del Consejo de Administración.

Nuevo consejero delegado

La salida de la familia de las funciones ejecutivas vino acompañada del anuncio del nombramiento de un nuevo consejero delegado. Ese puesto lo ocupa Nacho Abia desde el 1 de abril del año pasado, en sustitución de Thomas Glanzmann, que había desempeñado el cargo desde mayo de 2023 y que ahora se mantiene en la compañía como presidente no ejecutivo.

Abia es, por tanto, la persona elegida para enderezar el rumbo de Grifols, que a pesar de estar inmersa en una crisis bursátil, mantiene el tono en la evolución de su negocio. Por eso, su principal misión desde que ocupa el despacho de consejero delegado es atajar la crisis reputacional para recuperar poco a poco la confianza del mercado y el pulso de la acción.

Lastre reputacional

A falta de conocer los resultados al cierre de 2024, las últimas cuentas de la compañía corresponden a los nueve primeros meses del año, periodo en el que Grifols incrementó sus ingresos en un 9% interanual. A tenor de estas cifras, sus problemas bursátiles no están en el negocio, sino en la crisis reputacional que le provocó Gotham y que se acrecentó cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le abrió un expediente sancionador por infracciones muy graves.

Sus problemas bursátiles no están en las finanzas, sino en la crisis reputacional que le provocó Gotham y que se acrecentó con la CNMV

Tras una minuciosa investigación que se alargó durante ocho meses, el organismo regulador dictaminó "la posible comisión de una infracción continuada", debido al suministro de información "con datos inexactos o no veraces o que omita aspectos relevantes", en los estados financieros de 2021, 2022 y 2023 y en las del primer semestre de 2023. Previamente, ya le había obligado a reformular sus cuentas al detectar "deficiencias que pueden ser relevantes".

Cambio de auditor

Después de estallar el escándalo, Grifols decidió cambiar de auditor, contratando a Deloitte en sustitución de KPMG. Nada más llegar, el nuevo supervisor de sus cuentas encontró una discrepancia que le obligó a realizar un ajuste contable inesperado en sus resultados del primer semestre de 2024. El arreglo estaba relacionado con su participación en Shanghai RAAS, la filial china de la que a mediados de junio vendió un 20% del capital por unos 1.600 millones de euros.

Concretamente, la farmacéutica catalana había registrado 457 millones más de lo que debería por el valor de un activo propiedad de Shanghai RAAS. No obstante, aclaró que el resultado final no se veía impactado, con lo que reportó un beneficio neto de 36 millones hasta junio, frente a las pérdidas de 70 millones que registró en el mismo periodo del ejercicio precedente. Aunque, sin tener en cuenta los extraordinarios, esa cantidad ascendió hasta los 152 millones.

Nuevo director financiero

Un mes antes de informar sobre ese ajuste contable inesperado, la compañía cambió también de director financiero. Ese puesto lo dejó vacante Alfredo Arroyo, que llevaba 17 años en la compañía y decidió jubilarse. El elegido para ocuparlo fue Rahul Srinivasan, procedente de Bank of America, que asumió las funciones desde 16 de septiembre para "implementar estrategias eficaces de flujo de caja y de impulsar planes de gestión de deuda".

Alivio de los compromisos financieros

Srinivasan cumplió parte de sus cometidos poco después de llegar al cargo. A mediados de diciembre, la compañía consiguió un balón de oxígeno al colocar 1.300 millones en bonos garantizados para amortizar la totalidad del pasivo que debía afrontar antes de concluir este año. De esta manera, no tendrá que volver a preocuparse por la deuda hasta mayo de 2027, aliviando su situación respecto a la que tenía cuando Gotham lanzó su informe hace un año.

Grifols se había situado al filo del abismo, ya que buena parte de su deuda vencía a finales de 2024. Las deficiencias destapadas por el fondo bajista y su crisis reputacional habían generado desconfianza en los acreedores, que se negaban a ampliarle los plazos para pagar el pasivo. Hubo un halo de esperanza con la Oferta Pública de Adquisición (OPA) que estuvo a punto de lanzar Brookfield, ya que el fondo canadiense tenía apalabrada una refinanciación de casi 11.000 millones. Sin embargo, la operación no consiguió salir adelante y volvieron unos fantasmas que terminaron de despejarse con la colocación de los bonos garantizados.

Mejora de rating

Pese a todas las turbulencias, gracias al reciente alivio de sus compromisos financieros, Grifols ha observado una ligera mejora del rating respecto a la calificación que las principales agencias le otorgaban justo antes del golpe bajista. Por ejemplo, S&P le mantuvo durante todo el año una nota de B, mejorándola en diciembre hasta B+, con perspectiva estable, tras constatar los avances en el desapalancamiento.

Más problemas tuvo con Moody's, que le llegó a retirar temporalmente su rating ante la falta de información adecuada. Cuando se conoció que aplazaba su deuda hasta 2027, retomó su análisis concediéndole una calificación de B3, la misma que tenía a comienzos de 2024, aunque sí le cambió la perspectiva de estable a positiva. Por su parte, Fitch le concedía una nota de B+, con perspectiva negativa, antes de Gotham, incrementándola en junio a estable.

Desplome del 34% en bolsa

Pese a todos estos cambios de calado, todavía está muy lejos de recuperar el nivel de cotización previo al demoledor informe del fondo bajista. En la jornada previa a conocerse ese documento, sus acciones cerraron en 14,24 euros, mientras que este miércoles concluyeron la sesión en 9,428 euros, lo que supone un desplome del 33,8% en solo un año.

Pese a todos estos cambios de calado, aún está muy lejos por recuperar el nivel de cotización previo al demoledor informe del fondo bajista

Sin embargo, los expertos siempre han mantenido su confianza en la compañía. Durante toda la crisis bursátil, el consenso de los analistas recogidos en Bloomberg le ha concedido un precio objetivo superior a esos 14,24 euros. De hecho, ahora se encuentra prácticamente en mínimos del último año y consideran que sus títulos llegarán a valer una media de 15,504 euros en los próximos doce meses. No obstante, supone un descenso respecto a los 18,673 euros que contemplaban en la noche del 8 de enero de 2024. La diferencia es del 17% abajo.

Este jueves se cumple un año del golpe que sumergió a Grifols en una crisis bursátil y reputacional sin precedentes. El 9 de enero de 2024, antes de la apertura del mercado, el fondo bajista Gotham City difundió un demoledor informe que hizo temblar los cimientos de la farmacéutica catalana. Aunque siempre ha rechazado las acusaciones, la compañía se vio obligada a iniciar un camino hacia el purgatorio, aplicando cambios sustanciales, para tratar de recuperar la confianza de los inversores.

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