Raül Blanco dimite como presidente de Renfe para dar el salto al sector privado
El exsecretario general de Industria ha trasladado al Ministerio de Transportes su salida por "motivos personales". Blanco tiene nuevo objetivos profesionales en el ámbito privado
Raül Blanco Díaz abandonará el próximo 14 de enero la presidencia de Renfe. El ejecutivo ha trasladado su salida de la empresa pública al Ministerio de Transportes debido a “motivos personales”. Según explican fuentes conocedoras, Blanco deja este puesto, incorporó en febrero de 2023, por un nuevo proyecto en el sector privado, al que se incorporará en las próximas semanas y de la que todavía no se conocen los detalles.
Esta salida, que ha adelantado La Vanguardia y El Economista, se produce "de mutuo acuerdo con el Ministerio de Transportes", según detallan fuentes de Renfe. Blanco ha estado vinculado al Gobierno de Pedro Sánchez desde el primer año de mandato. Un cargo vinculado con el PSC que ocupó en 2018 la secretaria general de Industria y , tras su salida en 2022, se mantuvo un año como director general de la Escuela de Organización Industrial. Ahora, abandona su etapa pública para centrarse en nuevos objetivos profesionales en el ámbito privado.
Blanco llegó a Renfe de la mano de la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez. La compañía que lideraba entonces Isaías Táboas estaba inmersa en una severa crisis por los continuos retrasos ferroviarios y, sobre todo, por el revuelo que provó el encargo de trenes que no cabían por los túneles en Cantabria y Asturias. La etapa de Blanco en la presidencia también ha estado marcada por los problemas de puntualidad, a lo que se suma el reciente descarrilamiento en la galería que une Chamartín y Atocha (Madrid).
Búsqueda de la rentabilidad
El exsecretario general de Industria asumió hace dos años la presidencia de una empresa con problemas de rentabilidad y en plena caída de ingresos. Renfe registraba unos ingresos de 2.514 millones de euros en el primer año de la presidencia de Táboas, que entró en el cargo en junio de 2018 de la mano del Ejecutivo socialista recién salido de la moción de censura. En el último año completo (2023), ya con Raül Blanco al frente del ente público, los ingresos se desplomaron un 27%, hasta los 1.826 millones.
El beneficio antes de impuestos ha pasado en este período de 120 millones a números rojos de 123 millones. La empresa pública defiende que en los dos años de presidencia de Raül Blanco “se han estabilizado las cuentas”, pasando de 123,4 millones de euros de pérdidas en 2023 a 20 millones de euros en 2024, una reducción del 83%.
Turno del Ministerio
El Ministerio de Transportes tiene que montar ahora una nueva estrategia para Renfe, como ya hiciera con Adif. Óscar Puente cambió en septiembre el rumbo del gestor de las infraestructuras ferroviarias para acomodar perfiles que permitiesen formar un equipo "alineado" con la estrategia del Ministerio.
Y con Renfe tampoco será fácil. La compañía pública vive un momento clave en su negocio con la obligación de adaptarse a la nueva realidad de un sector en auge. El despliegue de la alta velocidad, la competencia y los recurrentes problemas en una red de cercanías lastrada por la falta de inversión son algunos de los desafíos inaplazables en casa, mientras la salida al exterior se ha convertido en una cuestión de supervivencia a largo plazo.
Desde Renfe aseguran que la etapa de Blanco se cierra en el arranque de 2025 donde la compañía, por fin, logrará números negros y preparada para ser "una de las grandes de empresas españolas globales en el ámbito de la movilidad durante los próximos años".
Raül Blanco Díaz abandonará el próximo 14 de enero la presidencia de Renfe. El ejecutivo ha trasladado su salida de la empresa pública al Ministerio de Transportes debido a “motivos personales”. Según explican fuentes conocedoras, Blanco deja este puesto, incorporó en febrero de 2023, por un nuevo proyecto en el sector privado, al que se incorporará en las próximas semanas y de la que todavía no se conocen los detalles.