Pablo Gómez (Adecco): "Ya no se concibe un puesto de trabajo sin un componente tecnológico"

De acuerdo a los datos macro, 2024 ha sido, en general, un buen año en términos de empleo. No obstante, para crecer, España necesita "un marco normativo estable, diálogo social y negociación colectiva", así como un debate global sobre "salarios, jornada y absentismo", todo ello alineado con la irrupción imparable de la Inteligencia Artificial (IA) y la digitalización necesaria de los procesos productivos.

Quien nos cuenta esto es Pablo Gómez, director de Adecco Outsourcing, la división para la externalización de servicios profesionales, en una entrevista con El Confidencial. Junto a él, abordamos la velocidad de los cambios legislativos en el marco de las relaciones laborales, el debate abierto para la reducción de la jornada laboral y una posible próxima subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). También charlamos sobre los retos y tendencias del mercado del trabajo en España, que pasan por las energías verdes y por acompasar la educación y la formación profesional a los perfiles técnicos que más se necesitan.

PREGUNTA. Hagamos un breve diagnóstico del mercado laboral en España. ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?

RESPUESTA. En España seguimos arrastrando una tasa de desempleo superior a la media de Europa, en torno a un 11%, con especial incidencia en el grupo de los jóvenes, que son quienes más lo padecen y quienes más necesitan un horizonte laboral estable.

PREGUNTA. La Fundación Funcas refirió un “suave enfriamiento” del mercado de trabajo al inicio del año. En la recta final, ¿cuál diría que ha sido el comportamiento global del 2024?

R. La valoración global es que ha sido un buen año en términos de empleo. Clave en generación y con ciertas dudas sobre la penetración. La campaña de Navidad, por ejemplo, aun siendo de corta duración es muy voluminosa pero las tasas no se han reconducido todo lo que esperábamos y sigue faltando espacio para dar cabida a ciertos profesionales jóvenes y seniors a los que tenemos que encontrar salidas profesionales y soluciones coordinadas desde la formación.

P. ¿Cuáles son los perfiles más demandados?

R. Las necesidades del mercado laboral van en dos grandes bloques; en primer lugar, los puestos masivamente requeridos como camareros, dependientes para campañas de Navidad, Black Friday... o ligados a la cadena de suministro (repartidores, especialistas de almacén,..) comerciales y teleoperadores.

En el otro bloque, tenemos los puestos específicos que no estamos pudiendo producir: técnicos de mantenimiento, soldadores o electrónicos. Aunque, a mayores, hoy cualquier empleo demanda competencias digitales. Muchas compañías tienen dificultades para encontrar esos perfiles.

P. ¿Qué tendencias o profesiones han llegado para quedarse?

R. La digitalización de cualquier puesto y la necesidad de la flexibilidad. Destacaría como algo más novedoso la importancia del propósito en lo que tiene que ver con la sostenibilidad. Es importante para la atracción de talento, para embarcarse o no en el proyecto. Las energías verdes, la electrificación... Son tendencias de la sociedad, en general, que impactan en el mercado laboral.

P. ¿Cuáles son los retos que tenemos por delante?

R. Acomodar los perfiles del mercado a lo que necesitan las empresas. Para ello, es imprescindible la colaboración público privada en formación y educación desde la Formación Profesional. Necesitamos poder adaptarnos rápidamente a los cambios, que han sido muchos y muy volátiles en tecnología y digitalización. Hace 30 años, solo los informáticos de profesión tenían ciertas competencias o conocimientos. Hoy no se concibe un puesto de trabajo sin un componente tecnológico.

P. En España, ¿somos productivos? ¿Podemos serlo más en menos tiempo?

R. Somos productivos, pero efectivamente podríamos serlo más. He ahí el reto. Precisamente el último Barómetro de Productividad y Eficiencia de Adecco Outsourcing da cuenta de esto y apunta a un descenso de la productividad, concretamente un 5,5% menos con respecto al mismo periodo del año anterior. ¿Por qué? Pues hay causas macro, como la falta de inversión en I+D+i o la falta de perfiles profesionales adecuados a las demandas del mercado y también hay causas micro como, por ejemplo, las altas tasas actuales de absentismo.

P. ¿Cuál es la incidencia del absentismo?

R. Se encuentra en torno al 7% en términos generales. La ausencia al trabajo siempre es una mala noticia ya que detrás hay una causa que lo motiva normalmente vinculada a la salud y bienestar de los empleados. Y no siempre es una causa física, también puede ser mental. Esto debe ser una prioridad para todas las compañías, pero no el reto debe considerarse de forma mucho más amplia, no solo desde el lado de la empresa ya que hay muchas causas que impactan. También abogamos por la figura del manager, clave para motivar, crear vínculos y objetivos comunes.

P. Sobre la mesa del Gobierno está la reducción de la jornada laboral. ¿Sería posible aumentar la productividad trabajando menos horas/días?

R. El avance en mejoras sociales es positivo. El desafío es que ese avance no reste a la productividad.

P. Con respecto a una posible próxima subida del SMI, ¿cómo impactará en la empleabilidad?

R. El SMI se incrementó más de un 50% en los últimos años. Con todo, todavía España tiene salarios inferiores a la media europea. Lo encuadro en un debate global: jornada, absentismo, salario, flexibilidad… Avanzar en salarios es positivo porque puede contribuir a atraer mejor talento y esa es una de las palancas que, bien gestionada, puede traer mayor productividad.

"Competir en flexibilidad ya es parte de la propuesta de valor de la empresa"

P. Teletrabajo, ¿a favor o en contra? ¿Cuáles son los límites de la flexibilidad?

R. Considero que ya hemos pasado a una nueva pantalla que es la flexibilidad. Uno tiene la posibilidad de adecuar su jornada: híbrida, remota o semipresencial. En las entrevistas de trabajo, la flexibilidad ya es una cuestión que se plantea. Obviamente, no es lo mismo una fábrica que otro tipo de empresa. También en esto hay un cambio generacional. Los jóvenes ya lo entienden como un básico. Un “higiénico”, por así decirlo. Es casi un requisito. Competir en flexibilidad ya forma parte de la propuesta de valor de la empresa.

P. ¿Cuáles son las ventajas de externalizar los procesos productivos?

R. Responde a la necesidad de flexibilidad para la empresa. Para poder ser ágil adaptándose a las curvas de demanda, que cada vez son más pronunciadas e inciertas. Las compañías hacen una planificación prácticamente diaria de sus necesidades. Contar con un partner que desde la especialización y experiencia ayude a eficientar y mejorar ciertos procesos internos tiene un impacto directo en la competitividad de la compañía. Todo ello, siempre, con las máximas garantías legales, seguridad y paz social.

P. Por último, pongamos que es usted legislador. ¿Qué echa de menos en la regulación o a qué prestaría más atención?

R. Vivimos un dinamismo normativo en el mundo de las relaciones laborales. Lo que no debemos es percibir inseguridad jurídica o frenar inversiones. Lo clave y seguro para el éxito es el diálogo social. Que sea estable en las normas y en las leyes, desde el diálogo social y negociación en convenios colectivos. Todo esto ayudará en la confianza de los mercados nacionales e internacionales.