Massimo Giordano (McKinsey): "En Europa no falta capital, faltan proyectos sólidos"
En una entrevista con El Confidencial, el responsable en Europa de la consultora norteamericana aborda los desafíos europeos y la evolución de la firma en casi un siglo de vida
"En Europa tenemos un problema colectivo, pero con deberes individuales", pronostica Massimo Giordano, managing partner (socio director) de McKinsey Europa. En una entrevista con El Confidencial, el máximo representante a nivel europeo de la consultora de negocios estadounidense advierte de que, aunque España también tiene obligaciones que son diferentes de las de Francia, Italia, Alemania… ahora mismo el terreno de juego es europeo, donde se enfrentan problemas como un PIB per cápita un 30% menor que en EEUU, menos inversión en I+D, falta de plataformas tecnológicas globales… "Necesitamos completar la descarbonización, la revolución digital, una verdadera unión de mercados de capitales y más inversiones en productividad. Hay mucho capital disponible para buenos proyectos; no falta dinero, sino proyectos sólidos, regulaciones más simples y mejor gobernanza".
Giordano apunta que cuando habla con CEOs de grandes empresas, temas como la geopolítica y la competitividad europea están en el centro de todas las conversaciones. "Hace veinte años, nadie hablaba de esto en reuniones de alto nivel. Ahora, son temas clave en cada junta directiva. Además, la prensa ha sido fundamental para visibilizar los desafíos de Europa".
Señala que en este contexto hay tres grupos clave: los que se quejan, los que actúan y los que buscan soluciones privadas. "Hay un grupo que principalmente culpa a factores externos, como el alto coste de la energía. Señalan que somos parte de un sistema complicado, pero no ofrecen soluciones claras".
"Las empresas deben preguntarse: ¿Atraemos suficiente talento? ¿Estamos pagando lo necesario?"
Apunta que luego están los que actúan: "Muchas empresas y CEOs están tomando iniciativas concretas para cambiar las cosas. Sin embargo, enfrentan desafíos, como una fuerza laboral insuficiente o una falta de liderazgo claro, lo que complica la implementación de cambios significativos".
Por último, indica que hay un tercer grupo que dice: "De acuerdo, hay un problema institucional, hay un problema de mercado, pero ¿qué podemos hacer desde el sector privado?". Apunta que este tercer colectivo introduce matices y propone que el sector privado tiene las claves para resolver muchos de estos problemas a través de la inversión y la innovación.
Entre estos problemas críticos destaca el demográfico: "Europa enfrenta un problema de envejecimiento poblacional y falta de talento. Las empresas deben preguntarse: ¿Atraemos suficiente talento? ¿Estamos pagando lo necesario? ¿Estamos invirtiendo en nuestra gente?". También apunta al sistema de pensiones europeo: "Es seguro, pero necesitamos asegurarnos de que no lo estamos debilitando a largo plazo".
Giordano expone que existe una gran cantidad de capital privado (procedente del mercado de capitales y del private equity) listo para ser invertido en proyectos sólidos. Pero señala que el problema no es la falta de recursos financieros, sino la forma en que se están gestionando y movilizando.
"No tengo dudas: cuando hay buenos proyectos, el capital está disponible. Además, es crucial porque apoya inversiones en investigación y desarrollo (I+D), impulsa la innovación y facilita la consolidación, como fusiones transfronterizas o la integración de empresas dentro de un país".
Agrega que: "A veces, solo es cuestión de que los empresarios estén dispuestos a ceder algo de control, como aceptar tener el 51% o el 40% de la propiedad en lugar del 100%. Esto les permitiría aspirar a convertirse en una empresa global o multinacional. Sin embargo, esto requiere un cambio cultural significativo".
"Europa debe actuar con decisión, y el sector privado tiene una responsabilidad clave para cerrar la brecha"
No obstante, piensa que estos temas podrían discutirse extensamente durante horas, pero la esencia es clara: "Europa debe actuar con decisión, y el sector privado tiene una responsabilidad clave para cerrar la brecha de oportunidades y garantizar un futuro más competitivo".
Preguntado sobre si el sector de la consultoría también tiene deberes individuales, responde que efectivamente, el deber de McKinsey es elevar estos temas coyunturales como la competitividad europea. "De vez en cuando exponemos estos asuntos, porque somos parte de la opinión pública". Indica que el próximo melón a abrir es la diversidad social: "un área donde Europa está perdiendo terreno, hasta el punto de convertirse en un problema".
También señala que su papel es el de acompañar a sus clientes e instituciones a abordar transformaciones, "especialmente a nuestros clientes. Podemos apoyarlos en las transformaciones digitales, en las transformaciones hacia la sostenibilidad y en la escalabilidad".
Añade que de puertas para dentro también tienen sus propias responsabilidades. "¿Cómo podemos atraer talento en lugar de que el talento se vaya a otros lugares? ¿Cómo podemos convertirnos en una empresa más sostenible? ¿Cómo podemos convertirnos en una empresa más inclusiva? Todas estas son cosas en las que tenemos el deber de liderar con el ejemplo".
En 2026 la consultora norteamericana cumple 100 años. En todo este tiempo, Giordano piensa que la firma ha evolucionado mucho. "Siempre decimos a nuestros clientes: si no se cambia, no se sobrevive". Aclara que en el caso de McKinsey hay cosas que se mantienen constantes, como sus valores, pero han cambiado en otros aspectos: "Hemos cambiado la forma en que trabajamos, avanzando hacia ser socios de impacto con nuestros clientes, ayudándoles no solo con asesoría, sino también en la ejecución".
Apunta que desde la firma también han acelerado la construcción de capacidades, adquiriendo empresas como QuantumBlack o contratando talento externo. "Antes, McKinsey buscaba talentos en universidades y los hacía crecer. Ahora también compramos organizaciones pequeñas o reclutamos externamente".
"Antes, McKinsey buscaba talentos en universidades. Ahora también compramos organizaciones y reclutamos externamente"
"Siempre me gusta definirnos de la siguiente manera: hay cosas que son muy estables, como nuestros valores, y otras en las que hemos acelerado, como el concepto de asociaciones de impacto, nuestra tecnología y estrategia, además del reclutamiento y las adquisiciones".
Además, añade que en los últimos años han traído un entorno mucho más complejo. "Por esta razón, y porque tuvimos algunos problemas en el pasado, hemos desarrollado sistemas de gestión de riesgos y de cumplimiento que son completamente diferentes a los de antes. Ahora estamos mucho mejor preparados para enfrentar las complejidades del mundo actual".
La pregunta es si McKinsey podrá mantenerse otros 100 años más, a lo que Giordano responde con optimismo que espera que la firma perdure por al menos 500 años más.
"En Europa tenemos un problema colectivo, pero con deberes individuales", pronostica Massimo Giordano, managing partner (socio director) de McKinsey Europa. En una entrevista con El Confidencial, el máximo representante a nivel europeo de la consultora de negocios estadounidense advierte de que, aunque España también tiene obligaciones que son diferentes de las de Francia, Italia, Alemania… ahora mismo el terreno de juego es europeo, donde se enfrentan problemas como un PIB per cápita un 30% menor que en EEUU, menos inversión en I+D, falta de plataformas tecnológicas globales… "Necesitamos completar la descarbonización, la revolución digital, una verdadera unión de mercados de capitales y más inversiones en productividad. Hay mucho capital disponible para buenos proyectos; no falta dinero, sino proyectos sólidos, regulaciones más simples y mejor gobernanza".
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