Al igual que el resto de la sociedad, las compañías están experimentando un profundo cambio motivado por la revolución tecnológica. Prácticamente todos los sectores se están enfrentando a desafíos sin precedentes: clientes exigentes que demandan personalización y agilidad, normativas en constante evolución o la necesidad de fortalecer la ciberseguridad. Pero los cambios no terminan ahí: la digitalización también impacta en las políticas de recursos humanos, transformando la relación entre empleados y empleadores. De hecho, con una nueva generación llamando a la puerta, que prioriza aspectos como el propósito y la flexibilidad sobre la gratificación salarial, las empresas están rediseñando su cultura para retener talento y adaptarse a la actualidad.
Con el objetivo de conocer desde dentro cómo se está produciendo este cambio de modelo, El Confidencial y Banco Santander organizaron una mesa redonda titulada Hacia una nueva era: la cultura como motor del cambio. Este panel estuvo constituido por cuatro expertos, representantes de compañías de diferentes tamaños e industrias: José María Gamir, director de Experiencia del Empleado y Cultura en el área de Personas y Cultura de Santander España; Laura Ezquer, responsable de Cultura de Moeve; José Ignacio Andrés, fundador y CEO de NAILTED; y Sandra Moreno, Managing Director Head of Talent & Organization de Accenture.
La tertulia se inició con la primera intervención de José María Gamir, quien puso el foco en cómo “para las entidades financieras, la digitalización va más allá de simplificar procesos, ya que también está redefiniendo el equilibrio entre resultados y valores”. En este sentido, destacó que “la nueva cultura empresarial ya no busca únicamente alcanzar metas económicas, sino que se está centrando en el cómo se logran éstas”. Esto implica, en palabras del experto, “un cambio hacia liderazgos basados en soft skills (habilidades blandas, en español), que prioricen la comunicación, la escucha activa y el ejemplo”. Asimismo, consideró que “la adopción de herramientas digitales ha transformado tanto la relación con los clientes como con los propios empleados, integrando modelos híbridos o digitales que equilibran la eficiencia tecnológica con un trato personalizado”.
"Las herramientas digitales han transformado tanto la relación con los clientes, como con los propios empleados", J. Mª Gamir (Santander)
Respecto al papel del talento joven en esta transición, el director de Experiencia del Empleado y Cultura en el área de Personas y Cultura de Santander España aseguró que “es un elemento central”. Así, resaltó que “las nuevas generaciones valoran el propósito, la flexibilidad y el equilibrio entre vida personal y profesional más que las tradicionales recompensas económicas”. Esto obliga a las empresas a “reimaginar su propuesta de valor, incluyendo medidas como trabajo remoto, formación personalizada y una comunicación efectiva que motive el compromiso y la retención del talento”, concretó.
En su turno, Laura Ezquer, centró su análisis en explicar cómo “la transformación digital no es un fin en sí misma, sino un facilitador ”. En su opinión, “con este cambio se eliminan tareas administrativas de bajo valor, liberando tiempo para que los empleados se concentren en la innovación y el diseño de estrategias futuras”. Al mismo tiempo, “la personalización también cobra protagonismo, permitiendo una formación y comunicación adaptadas a diferentes colectivos, lo que fortalece el compromiso de los empleados con el propósito de la empresa y su desarrollo profesional”, expuso.
Laura Ezquer (Moeve).
De hecho, la responsable de Cultura de Moeve señaló que “la cultura empresarial está siendo redefinida hacia un modelo más inclusivo y colaborativo”. ¿De qué forma? La ponente enfatizó “la importancia de la seguridad psicológica para fomentar ideas y la participación activa de todos los niveles”. Para lograrlo, recomendó utilizar “herramientas como redes internas o foros de mejora continua nacidos de la iniciativa de los empleados, donde se promueva un entorno de aprendizaje y proactividad”. Además, reconoció que “el uso de inteligencia artificial está ayudando a reducir sesgos en procesos de selección y está fomentando el reskilling (recapacitación, en español)del talento interno”.
"Que los empleados tengan seguridad psicológica fomenta las ideas y la participación activa de todos los niveles", Laura Ezquer (Moeve)
Por su parte, José Ignacio Andrés matizó que “las empresas que nacieron digitales poseen una agilidad intrínseca que marca la diferencia” en lo que a transición tecnológica se refiere. En su organización, “donde el teletrabajo ha sido la norma desde el inicio, aspectos como la confianza y la autonomía son pilares fundamentales”, subrayó. “Este modelo elimina la necesidad de supervisión constante —continuó el experto—, fomentando un liderazgo basado en la colaboración y la corresponsabilidad”. Respecto a estos factores, defendió que “son cada vez más demandados en la cultura laboral moderna”.
José Ignacio Andrés (NAILTED).
Asimismo, desde la perspectiva del fundador y CEO de NAILTED, “la flexibilidad es otro elemento a tener en cuenta”, ya que, “aunque las firmas pequeñas no pueden competir con grandes corporaciones en salario, ofrecen otros incentivos como jornadas laborales de cuatro días y trabajo completamente remoto”, resaltó. Estas ventajas permiten “atraer talento de empresas más grandes, rompiendo paradigmas tradicionales”, sostuvo. En paralelo, “la cocreación y el reconocimiento son hábitos fundamentales en esta cultura empresarial, promoviendo un sentido de pertenencia y minimizando la resistencia al cambio”, insistió.
"Las firmas pequeñas no competimos en salario, pero podemos ofrecer jornadas de cuatro días y trabajo en remoto", J. I. Andrés (NAILTED)
Para Sandra Moreno, la IA está en el centro de toda la transformación digital: “Es importante como catalizador de eficiencia, personalización e impacto social”, precisó. Según su análisis, “la inteligencia artificial no solo optimiza resultados financieros y experiencias del cliente, sino que también revoluciona la colaboración interna y fomenta una mayor innovación”. Respecto a la relevancia de este cambio, puntualizó que “trae consigo un liderazgo más humano, que valora y potencia las capacidades individuales dentro de un entorno ágil y flexible”.
La Managing Director Head of Talent & Organization de Accenture quiso analizar la brecha de talento y explicó que “la guerra por conseguir profesionales cualificados es un desafío crucial, especialmente en perfiles tecnológicos escasos”. Tanto es así que subrayó “la necesidad de convertir a las empresas en verdaderas creadoras de talento, mediante programas de reskilling y formación continua”. En relación con las nuevas generaciones, certificó que “priorizan proyectos motivadores y un propósito claro por encima de la estabilidad laboral tradicional, lo que obliga a las organizaciones a reinventar su estrategia de atracción y retención de talento”.
Comunicación e IA para un nuevo modelo
Ya en el tramo final de la mesa redonda, José María Gamir recuperó el turno de palabra para defender que “el liderazgo de mandos intermedios se perfila como un pilar clave” en este cambio de paradigma de cultura empresarial. Bajo su perspectiva, “el éxito de una compañía está profundamente influido por la capacidad de estos responsables a la hora de inspirar y desarrollar a sus equipos”. Además, aportó un nuevo elemento al debate: la comunicación. “Esta debe ser bidireccional y apostar por el reconocimiento frecuente. Estas dos claves son esenciales para mantener la motivación y alineación del personal, especialmente en contextos de cambio cultural y tecnológico tan acelerados como el actual”, recalcó.
Sandra Moreno (Accenture).
Con él coincidió Laura Ezquer, quien indicó que “en un entorno de cambio constante, la comunicación y la escucha activa son esenciales”. De esta forma, la experta destacó que “el éxito de cualquier transformación depende de involucrar a los empleados. Para conseguirlo, es fundamental explicarles con claridad los motivos del cambio y mostrarles cómo impactará positivamente en su desarrollo”. Otros aspectos subrayados por la representante de Moeve fueron “la agilidad, el aprendizaje continuo y la conexión entre el propósito individual y corporativo”. “Todos ellos son claves para afrontar un futuro lleno de incertidumbre, pero con oportunidades ilusionantes”, enfatizó.
Ya para concluir, Sandra Moreno recomendó a las empresas “preparar a sus empleados para el cambio continuo, estableciendo mecanismos organizativos y culturales que permitan avanzar con agilidad”. Incidió en que “el liderazgo y la personalización son esenciales para alinear los intereses individuales con los objetivos corporativos”. Finalmente, en un entorno de transformación digital acelerada, reiteró que “el éxito radicará en la capacidad de las organizaciones para formar equipos resilientes, versátiles y empáticos, preparados para enfrentar desafíos impredecibles”.
Al igual que el resto de la sociedad, las compañías están experimentando un profundo cambio motivado por la revolución tecnológica. Prácticamente todos los sectores se están enfrentando a desafíos sin precedentes: clientes exigentes que demandan personalización y agilidad, normativas en constante evolución o la necesidad de fortalecer la ciberseguridad. Pero los cambios no terminan ahí: la digitalización también impacta en las políticas de recursos humanos, transformando la relación entre empleados y empleadores. De hecho, con una nueva generación llamando a la puerta, que prioriza aspectos como el propósito y la flexibilidad sobre la gratificación salarial, las empresas están rediseñando su cultura para retener talento y adaptarse a la actualidad.