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Cierre de 2024 inédito, VW en crisis con Seat convertida en la joya de la corona del grupo
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Cierre de 2024 inédito, VW en crisis con Seat convertida en la joya de la corona del grupo

Históricamente la marca española siempre había sido el patito feo dentro del grupo Volkswagen. Pero un conjunto de circunstancias han dado la vuelta a esta situación

Foto: El presidente de Seat Wayne Griffiths, presidente de Seat, a la izquierda, junto al vicepresidente de Finanzas David Powells. (Reuters)
El presidente de Seat Wayne Griffiths, presidente de Seat, a la izquierda, junto al vicepresidente de Finanzas David Powells. (Reuters)
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El cierre de este 2024 en clave industrial plantea un escenario sin precedentes. Volkswagen (VW) está sumido en una honda crisis mientras que Seat, gracias a la apuesta por Cupra, se convierte en la joya de la corona del grupo alemán. Lo nunca visto con la marca española encarando otro año de récord. Se rompe así la tradición en que los alemanes miraban a los españoles por encima del hombro y Seat era la rémora del mayor grupo de automoción del mundo. La parte buena es que por ahora la crisis de VW no se va a extender a España. La parte mala es un escenario inédito en clave de multinacional alemana en el que puede pasar cualquier cosa.

¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí? Porque la crisis de VW es estructural. VW en este momento está ganado el 2,1% por vehículo contra el 3,9% que está registrando Seat. Los costes laborales de Alemania son el doble que en España. Y por eso ahora el gigante alemán plantea cerrar tres fábricas en Alemania y despedir a miles de trabajadores.

Fuentes cercanas a Seat niegan el peligro de un efecto contagio en España. Ni siquiera en la planta de Landaben, en Navarra, en la que contablemente se encuentra integrada Seat, pero que fabrica el modelo Polo de VW. Podría pasar que una parte de la fabricación del Ibiza se trasladase a Landaben, a causa de que Martorell no puede dar más de sí y está trabajando a pleno rendimiento, mientras electrifica una de las líneas de producción. Pero eso no sería malo para los navarros, al contrario.

La previsión es que Seat hará 460.000 coches en Martorell y 580.000 unidades más en todo el mundo este año. La clave es la buena aceptación de los modelos Cupra, que además son más caros que los Seat y eso permite elevar la rentabilidad por unidad. La marca deportiva de Seat ha resultado ser todo un acierto. Mientras, VW se tiene que plantear sus cierres y afronta un período de incertidumbre, Audi tampoco vive tiempos mejores. Con la mayoría de sus coches colocados en la franja de 80.000 euros, ya ha anunciado el cierre de su planta en Bélgica.

España se avanzó

Mientras ahora el ciclo ha pillado a los alemanes con el pie cambiado, en España se había previsto que la electrificación de los modelos iba a suponer un ajuste de personal. El convenio laboral para el período 2023-2026 ya marcaba la salida no traumática de 1.330 trabajadores a través de bajas voluntarias y prejubilaciones a partir de los 61 años. Sí, españoles siendo más previsores que los alemanes. Lo dicho. Lo nunca visto.

Esta situación y la paradoja en plan mundo al revés puede ir a más con el cierre del ejercicio si VW acabe el año con pérdidas, mientras que Seat tiene beneficios. Los beneficios del gigante alemán se han desplomado un 64% hasta el tercer trimestre, hasta los 1.580 millones. Parecen improbable los números rojos, aunque otra cosa sea los costes de las reestructuraciones que acabarán llegando a partir de 2025.

El contexto creado por la UE y su descarbonización está perjudicando a VW

No todo es culpa de VW. Europa ha puesto el acento de la descarbonización de su economía en la movilidad. Pero mientras que China está descarbonizando su industria automovilística a marchas forzadas en Europa se están produciendo desajustes entre el esfuerzo de las fábricas y la capacidad de las energéticas de electrificar la red. De manera que se está pidiendo a los consumidores europeos que compren coches más caros que en la práctica tienen menos autonomía. Es normal que el mercado se contraiga. En el colmo de la paradoja se encuentra Dinamarca. ¿Cuántas fábricas de coches tiene el país más verde de Europa? Ninguna. Los más ecológicos de la comunidad europea lo consiguen a costa de exportar aquellas actividades que difícilmente pueden dejar de resultar contaminantes. La conclusión de todo esto puede resultar cruel: el comunismo puede resultar más eficiente para descarbonizar que el capitalismo.

Los deberes de Seat

Eso no quiere decir que Seat no esté afrontando importantes retos. El primero de ellos es resolver el problema del Cupra Tavascán, que se fabrica en China y a causa de la nueva política de aranceles con el país asiático se está vendiendo con pérdidas.

La otra es la entrada en el mercado norteamericano. El presidente de Seat Wayne Griffiths, se encuentra inmerso en una negociación a tres bandas para fabricar un Cupra en la planta que tiene VW en Chattanooga (Tennessee) y para encontrar un importador en ese país, que podría ser el grupo Penske. Fabricar en Estados Unidos puede ser clave para evitar la nueva política arancelaria que desplegará Donald Trump cuando llegue a presidente. Previsión para los nuevos tiempos.

El cierre de este 2024 en clave industrial plantea un escenario sin precedentes. Volkswagen (VW) está sumido en una honda crisis mientras que Seat, gracias a la apuesta por Cupra, se convierte en la joya de la corona del grupo alemán. Lo nunca visto con la marca española encarando otro año de récord. Se rompe así la tradición en que los alemanes miraban a los españoles por encima del hombro y Seat era la rémora del mayor grupo de automoción del mundo. La parte buena es que por ahora la crisis de VW no se va a extender a España. La parte mala es un escenario inédito en clave de multinacional alemana en el que puede pasar cualquier cosa.

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