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Si todos pensamos que es crucial formarse en IA, ¿por qué nos da tanto miedo hacerlo?
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Si todos pensamos que es crucial formarse en IA, ¿por qué nos da tanto miedo hacerlo?

Los especialistas de IA representan solo el 0,3% del empleo, ocupados actualmente por perfiles cualificados en matemáticas, estadística, informática o ingeniería

Foto: IA en el trabajo. (Pexels)
IA en el trabajo. (Pexels)
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'La Inteligencia Artificial (IA) es el futuro laboral'. Este es el pensamiento que la mayoría de las empresas tiene: casi el 90% de las empresas en España cree que la IA transformará sus negocios, en cifras de la empresa tecnológica Amazon.

Tanto es así, que cada vez hay más jefes que no contrarían a un candidato a un puesto si este no sabe de IA. De acuerdo con el estudio del gigante tecnológico Microsoft y la plataforma de empleo LinkedIn, AI at Work Is Here. Now Comes the Hard Part, el 64% de los líderes españoles no contrataría a alguien sin habilidades en IA.

Ante esto, la idea de los trabajadores de que hay que formarse en IA es más sólida. Según revela su informe del centro de estudios Randstad Research, Inteligencia Artificial y Recursos Humanos: hacia una gestión del talento más inteligente y humana, siete de cada 10 trabajadores creen que será esencial. Pero, con pensar que la formación es esencial, no basta.

Hay que empezar a formarse, en España, especialmente. Más de la mitad de españoles (53%) entre 25 y 64 años reconoce saber poco o nada sobre IA, y el 44% que declara tener solo un conocimiento básico, según el centro de análisis Funcas. Si estamos de acuerdo en que es fundamental y será el futuro, ¿por qué no nos ponemos con ello?

"Muchas personas sienten que las tecnologías emergentes representan una amenaza para su empleo actual"

El principal motivo es que solemos ser reticentes hacia los cambios. Emiliano Blasco, vicerrector de Planificación Estratégica y Cultura Digital de la Universidad CEU San Pablo, habla de que la resistencia al cambio limita el interés. "Muchas personas sienten que las tecnologías emergentes representan una amenaza para su empleo actual o están inseguras sobre cómo estas transformarán el mercado laboral, lo que limita su interés por invertir tiempo en formación".

"El desconocimiento genera mitos sobre la IA, como la idea de que puede sustituir por completo a los humanos en ciertos roles o que carece de ética, lo que refuerza actitudes negativas. La base de la confianza en la IA es la comprensión de su funcionamiento. Si las personas no confían en las herramientas de IA, es menos probable que inviertan tiempo en aprender a utilizarlas, perpetuando un círculo vicioso de desinformación y desconfianza", incide el vicerrector.

Al final, el miedo genera desconfianza. Los empleados prefieren hacerlo ellos mismos en vez de dejarle a la IA. Las dudas sobre su implantación en los puestos de trabajo son tan notorias que más del 83% preferiría seguir haciendo él mismo sus tareas, según indica el medio IT User Tech&Business.

"Siempre que nos enfrentamos a salir de la zona de confort, hay una reticencia al cambio"

"Siempre que nos enfrentamos a salir de la zona de confort, hay una reticencia al cambio. Lo desconocido nos da respeto y deberíamos ser permeables a la innovación y estar abiertos. Hay que tener pensamiento crítico. No siempre todo nos va a generar impacto positivo. La gente tiende a pensar que la IA nos va a ocupar todo el trabajo y, en realidad, nos va a facilitar", expresa Luis Ferrándiz, profesor de la escuela IESE.

Además, hay trabajadores preocupados de que se esfuercen y, luego, no resulte tan valioso como se esperaba. "Hay personas que no se sienten preparadas para adaptarse o temen que sus esfuerzos no se traduzcan en oportunidades laborales inmediatas", dice Myriam Blázquez, directora general de la consultora IT Experis España.

Al miedo al cambio, se suma el miedo al ser sustituido por una máquina, algo, en cierta medida, inevitable. Randstad calcula una pérdida de cerca de 400.000 empleos netos en los próximos años debido a la incorporación de la IA. "Hemos vivido muchas revoluciones tecnológicas, tienen consecuencias y hay puestos de trabajo que desaparecen", lamenta Blázquez.

Foto: César Núñez de la Fuente (Universidad de Pennsylvania).

No obstante, la directora recuerda que "la historia nos hace pensar que los avances técnicos se traducen en la creación de empleo neto". La IA, fundamentalmente, lo que hará será agilizar tareas, acelerar el análisis de datos y modificar el alcance actual de los puestos de trabajo. Sin embargo, los miedos paralizan, así que mejor sentirse útil para no sentirse reemplazado.

De hecho, entre los que han estado más predispuestos a probar la IA, no han sabido ni por dónde empezar. "Muchas personas no saben cómo integrarlas en su trabajo de forma efectiva o estratégica, lo que limita su adopción real a pesar de su disponibilidad", comenta Blasco. La IA generativa, como ChatGPT o Copilot, es más accesible, explica, porque permite a los usuarios interactuar sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados. Sin embargo, la dificultad radica en la aplicación práctica porque, aunque estas herramientas son intuitivas, comprender sus límites, potencial y uso ético requiere una alfabetización tecnológica que aún no está generalizada.

La incertidumbre de la IA no nos está dejando avanzar tanto en España, aunque sigamos pensando que es fundamental saber de ella. Es mejor empezar cuanto antes, porque la IA no es sencilla, asegura Blasco. "La IA requiere un alto grado de especialización y formación para su correcta implementación y desarrollo, pues está directamente vinculada a disciplinas STEM. Esto hace que su diseño y programación estén restringidos a perfiles con formación técnica previa, lo que crea una barrera significativa para quienes no tienen esta base académica".

Escaso talento especializado en IA

La falta de formación va unida a un fuerte déficit de talento especializado en esta tecnología. Actualmente, los datos del centro de estudios señalan que los especialistas de IA representan solo el 0,3% del empleo. "La demanda de este tipo de empleados es muy grande en un mercado laboral que se caracteriza por la escasez de este tipo de perfiles", afirma Valentín Boté, director de Randstad Research.

Blasco incide en que parte del problema es la poca inversión. "La inversión pública y privada en investigación y desarrollo de IA en España es menor que en otros países europeos como Alemania o Francia, lo que afecta directamente la capacidad de atraer talento y fomentar la innovación". Por su lado, Blázquez comenta que "es fundamental realizar una buena gobernanza de los cambios que están llegando de la mano de la IA y apostar por la formación; esto es algo que no podemos, como sociedad, delegar exclusivamente en las empresas".

"La inversión pública y privada en investigación y desarrollo de IA en España es menor que en otros países europeos como Alemania o Francia"

De momento, las empresas ocupan estos puestos con, principalmente, perfiles cualificados en matemáticas, estadística, informática o ingeniería. Es lo que Ferrándiz denomina reskilling, un anglicismo que hace referencia al reciclaje profesional, que cree que va a ser "necesario" ante la falta de perfiles.

Ignorar a la IA de cualquier manera es un error. Esta tecnología va a implicar un cambio en la operativa de las empresas y en la manera de trabajar de los profesionales. Las empresas no van a tener otro remedio que formar en IA e implementar si quieren ser competitivas. No es que sea el futuro, sino el presente, por lo que hay que avanzar. Como cita Blázquez, "la IA ya está cambiando las reglas del juego".

'La Inteligencia Artificial (IA) es el futuro laboral'. Este es el pensamiento que la mayoría de las empresas tiene: casi el 90% de las empresas en España cree que la IA transformará sus negocios, en cifras de la empresa tecnológica Amazon.

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