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Oscar Pierre, las guerras judiciales de Glovo y la maldición de los emprendedores catalanes
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Oscar Pierre, las guerras judiciales de Glovo y la maldición de los emprendedores catalanes

Ser emprendedor en Cataluña siempre ha tenido un riesgo. Pero la próxima semana el cofundador de Glovo rompe el ranking de mal fario con una petición de cárcel de seis años

Foto: Oscar Pierre, fundador de Glovo. (EFE)
Oscar Pierre, fundador de Glovo. (EFE)
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Este martes 3 de diciembre, Oscar Pierre, fundador de Glovo, comparecerá ante un tribunal acusado de un delito contra los trabajadores, los riders que realizan las entregas. El fiscal solicita seis años de cárcel. Que esta cuestión haya pasado casi desapercibida en los cenáculos de la economía catalana se explica por dos razones: la peculiar estructuración del mundillo empresarial de Barcelona y la maldición que pesa sobre los emprendedores catalanes, quienes ya saben desde el emblemático caso de los años noventa que Josep Vallès, primero creas Terra y luego acabas imputado por fraude fiscal.

Vayamos al primer factor. Como en las discotecas de los 80, aquellas de “dos salas, dos ambientes”, el empresariado catalán se mueve en dos esferas separadas: los emprendedores, con su ropa informal, sus algoritmos y sus rondas de financiación; y los empresarios clásicos, con sus empresas familiares, sus consejos del Ibex y su corte de los milagros alrededor de La Caixa. Ambos mundos tienen poca relación, por lo que la amenaza de cárcel sobre Oscar Pierre ha pasado casi desapercibida.

El segundo condicionante es el de la maldición, poco conocida porque quienes marcan la pauta sobre la empresa catalana siguen siendo los miembros de lo que se entiende como “burguesía catalana”. En esencia, los emprendedores catalanes empiezan bien –se han convertido en un referente para toda España–, pero acaban mal.

Bajo esta leyenda, Oscar Pierre y sus problemas legales serían sólo el último eslabón de una larga cadena de la que formarían parte Carlota Pi, rescatada Holaluz por un fondo ignoto; Miguel Vicente, con Wallapop, el unicornio que sólo duró como tal cinco minutos; Jordi Romero y Bernat Farrero y sus despidos en Factorial a golpe de podcast para atajar los 43 millones de pérdidas de 2023; o Jaume Gomà, cerrando el supermercado online Ullabox tras ser comprado por un rival checo.

Foto: Francisco Mariscal, CEO de Orbyn (i), junto a Ramón Saltor, CEO de Dozen Investments (d). (Cedida)

Sí, la vida del emprendedor de éxito en Cataluña se parece a la de las mariposas: breve, pero intensa. En muchos casos, si logras salvar los muebles, acabas con un proyecto de autoempleo más o menos resultón. En comparación, es más tranquilo heredar la empresa familiar y esperar a ver qué te depara antes el inexorable paso del tiempo: si una operación de próstata o la presidencia del Círculo Ecuestre.

Kafka se pide un Glovo

En el caso de Glovo, la maldición tiene un toque absurdo. Glovo fue tan disruptivo que obligó a un cambio legal, la conocida como Ley Rider. Glovo se adaptó a ella, mientras que competidores como Deliveroo se retiraron de España. De hecho, su actividad no ha hecho más que crecer. Pero cuando la maquinaria de la justicia española se pone en marcha, ya hay poco que hacer, y, de manera literal, Kafka se pide un Glovo.

Los problemas de Oscar Pierre derivan del presunto incumplimiento de la norma anterior a la Ley Rider. Por el momento, ni Glovo ni su fundador están buscando un pacto, sino que se muestran convencidos tanto de su inocencia como de su modelo de negocio, según fuentes cercanas a la compañía.

Glovo vehicula sus encargos a través de unos 20.000 riders en España. En su mayoría, se trata de inmigrantes que utilizan ese trabajo como un primer empleo durante una media de cinco meses, hasta que encuentran un puesto laboral mejor en nuestro país. Desde la compañía consideran que no se les puede criminalizar por ello. Y menos actuar contra sus directivos por la vía penal.

Precedentes y jurisprudencia

La compañía de entrega a domicilio espera que se tenga en cuenta la jurisprudencia vigente. Pese a la causa abierta contra su consejero delegado, Glovo ha obtenido seis fallos favorables en sentencias que también afectan al marco legal previo a la Ley Rider, y, por tanto, al que afecta a Oscar Pierre.

Los fundadores de Glovo siempre han puesto el énfasis en la flexibilidad a la que, por un lado, obliga el servicio que ofrecen, con puntas de demanda en momentos muy concretos, por ejemplo, los partidos de fútbol; y, por otro, la que buscan este tipo de trabajadores, a quienes, según su versión, nunca se les imponen estas condiciones laborales.

Mientras ha avanzado hacia el jucio oral, Glovo ha ganado diversos pleitos laborales

Para el Ministerio de Trabajo, que encabeza Yolanda Díaz, una condena contra Glovo resultaría ejemplarizante. Por eso, en 2022 se cambió el Código Penal con una reforma enfocada en penar a las plataformas de entrega a domicilio. Para la compañía, no se trata sólo de un modelo empresarial, sino también de estrategia. España es su principal mercado. La matriz alemana de Glovo, Delivery Hero, reconoce en sus cuentas que Glovo podría tener que hacer frente a sanciones de entre 200 y 400 millones en España por las causas abiertas, lo que tendría graves consecuencias para los resultados del grupo.

Un juicio, un empresario y mucho en juego. No sólo el futuro de una gran empresa del sector, sino también si Oscar Pierre logra librarse de la maldición que, en Barcelona, marca que primero emprendes y luego la catástrofe acecha sobre ti.

Este martes 3 de diciembre, Oscar Pierre, fundador de Glovo, comparecerá ante un tribunal acusado de un delito contra los trabajadores, los riders que realizan las entregas. El fiscal solicita seis años de cárcel. Que esta cuestión haya pasado casi desapercibida en los cenáculos de la economía catalana se explica por dos razones: la peculiar estructuración del mundillo empresarial de Barcelona y la maldición que pesa sobre los emprendedores catalanes, quienes ya saben desde el emblemático caso de los años noventa que Josep Vallès, primero creas Terra y luego acabas imputado por fraude fiscal.

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