Adiós a Gabriel Escarrer, el más importante hotelero español de la historia
Fallece a los 89 años el fundador y presidente de honor de Meliá Hotels International, la mayor compañía turística vacacional del mundo
Por sus venas no corría sangre, sino espíritu de aventura. No era un hombre tranquilo. Era un empresario de acción, dueño de una innata capacidad para buscar nuevos mercados, embarcarse en proyectos que parecían imposibles y en los que solía triunfar. Y cuando fracasaba no vacilaba en darles carpetazo. Gabriel Escarrer Julià ha sido el más importante hotelero español de la historia. Fundador de Meliá Hotels International, convirtió a su cadena en la número 1 vacacional del mundo. Fue la primera multinacional turística y también pionera en entrar en Bolsa. Con la muerte de Escarrer, a los 89 años, se va un testigo imprescindible de casi siete décadas de turismo.
Era un empresario admirado por su enorme capacidad de trabajo. Para él no existían ni domingos ni vacaciones. Solo estaba a gusto visitando sus hoteles, ideando nuevos proyectos desde su despacho del Polígono Son Castelló de Palma. A los políticos no solía rendirles pleitesía y siempre pedía y criticaba que no vieran al turismo como el más sector económico tan relevante que es y ayudó a consolidar. Se mostró especialmente beligerante con la ecotasa que impulsó el primer Pacte de Progrés del Govern a principios de este siglo y lo hacía en entrevistas y mediante cartas firmadas de su puño y letra.
Escarrer fue respetado por la competencia y también temido porque iba un paso más adelante que los demás. De carácter afable, muy directo en el trato, si se enfadaba sus gritos se podían oír en la otra esquina de Mallorca. Sus empleados sabían que en cualquier momento podía aparecer por alguna de las cocinas de sus hoteles para inspeccionar cómo estaba todo. Ninguno de sus directivos se podía relajar. Estaba obsesionado por la ocupación y la rentabilidad de sus hoteles.
El empresario nació en 1935 en Porreres, un pueblecito del interior de Mallorca al que no dejó de sentirse unido. Desde joven, por su aspecto —muy alto, tez blanca, delgadísimo y con don de gentes, como se decía antes (lo que ahora se denomina carisma o liderazgo) —, le llamaban "el extranjerito don convincente" también porque sabía negociar muy bien y sentir la otra parte que aunque cedía algo también ganaba.
Compró su primer hotel en 1956, cuando apenas tenía 21 años, y en poco más de una década ya se había convertido en el primer hotelero de Mallorca y de Baleares. Los ochenta fue clave en el proceso de expansión de la compañía, que hasta ese momento apenas tenía fuera de las Islas varios hoteles en la Costa del Sol, Costa Blanca y Canarias. La privatización de Rumasa y la compra de su división hotelera (Hotasa) abrieron las puertas a erigirse en el primer actor del mercado nacional.
"Delego mucho, pero mantengo el control", llegó a decir en 2003 a este periodista en su despacho de Mallorca mientras presentaba, con orgullo y tildándolo de "joya de la corona", la maqueta del Gran Meliá Shanghai, uno de sus proyectos favoritos en la zona de Pudong, ahora Grand Kempinski Hotel Shanghai. Jamás dejó de estar pendiente de las reservas de sus establecimientos y despachaba, sin intermediarios, con los turoperadores, claves en el negocio.
Pendiente de los detalles, aunque fueran nimios, tenía la cabeza en todos los frentes de la compañía que creó, desarrolló y aupó a ser uno de los primeros actores de la hotelería internacional. Se definía como una persona "tenaz y perseverante" que no se arrugaba ante el primer revés. Era insistente hasta el límite.
"Tenía la ambición de progresar y la ilusión de traspasar las fronteras para convertirse en un gran hotelero de categoría internacional, como finalmente consiguió", detalla a El Confidencial José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, que trabajó durante casi 14 años en Meliá y que fue uno de los cerebros de la expansión nacional e internacional y de la compra de activos como Hotasa, Entursa (Empresa Nacional de Turismo) y Meliá. "Aprendí todo de él. Fue alguien clave en mi vida", precisa Zoreda a este diario.
Gabriel Escarrer Julià tenía obsesión por la propiedad. No quería desprenderse de sus activos y eso provocó que la compañía sufriera algunas crisis de endeudamiento y falta de liquidez. La salida a Bolsa en 1996 ayudó a reestructurar la compañía, a contar con una sólida robustez financiera y a incluir a sus hijos en la capitanía de la empresa. Su sucesor natural era Sebastián Escarrer, pero finalmente fue Gabriel Escarrer Jaume quien asumió el mando de la compañía en junio de 2023.
Compró su primer hotel en 1956, cuando apenas tenía 21 años, y en poco más de una década se convirtió en el primer hotelero de Baleares
La decisión de incluir la marca Meliá en la primigenia Sol para luego convertirla en Sol Meliá y posteriormente renunciar a Sol y quedarse en Meliá no se entendió bien entre personas de su círculo de confianza. Pero sabía Escarrer Julià que Meliá como marca era mucho más potente que Sol y evitó la tentación narcisista y nostálgica de mantener Sol.
Firme en sus convicciones, tuvo claro que el proceso de internacionalización pasaba por el Caribe y América Latina, a pesar de que el primer hotel en la zona fue de Barceló (en Playa Bávaro, en República Dominicana, en 1985) y de que curiosamente el establecimiento pionero internacional fue en Bali (Indonesia), también en aquel 1985. También fue la primera compañía hotelera que tuvo un hotel en propiedad en Londres (tenía especial predilección por el Meliá White House: había supervisado la compra de parte del mobiliario, entre los que destacaba un mostrador de recepción) y una fuerte expansión en Cuba. Le gustaba contar, sin desvelar intimidades, anécdotas de Fidel Castro y le encantaba reírse a carcajadas en privado, sin micrófonos por delante.
En sus últimos años, alejado de los focos, pero sin dejar de preguntar e interesarse por la compañía, apenas salía de su residencia familiar de Son Vida, en Palma. Sus hijos le acompañaron hasta el final. Su legado de leyenda mundial del turismo continúa en Meliá con la saga de los Escarrer.
Por sus venas no corría sangre, sino espíritu de aventura. No era un hombre tranquilo. Era un empresario de acción, dueño de una innata capacidad para buscar nuevos mercados, embarcarse en proyectos que parecían imposibles y en los que solía triunfar. Y cuando fracasaba no vacilaba en darles carpetazo. Gabriel Escarrer Julià ha sido el más importante hotelero español de la historia. Fundador de Meliá Hotels International, convirtió a su cadena en la número 1 vacacional del mundo. Fue la primera multinacional turística y también pionera en entrar en Bolsa. Con la muerte de Escarrer, a los 89 años, se va un testigo imprescindible de casi siete décadas de turismo.
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