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El golpe fiscal del Gobierno a la banca erosiona la rentabilidad de la opa de BBVA al Sabadell
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TIPO DEL 7% A PARTIR DE 5.000M EN INGRESOS

El golpe fiscal del Gobierno a la banca erosiona la rentabilidad de la opa de BBVA al Sabadell

El PSOE incluyó un nuevo tramo pactado con Junts que eleva la factura fiscal para los grupos más grandes, especialmente para CaixaBank y para BBVA, si integra al Sabadell

Foto: Carlos Torres, presidente de BBVA, recibe en Las Tablas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la mirada del ministro Carlos Cuerpo. (BBVA)
Carlos Torres, presidente de BBVA, recibe en Las Tablas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la mirada del ministro Carlos Cuerpo. (BBVA)
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El nuevo impuesto a la banca diseñado por el Gobierno, pactado con Junts y otros grupos de izquierda, afectará a más de 30 entidades, pero impactará especialmente a las más grandes. Salvo que lo impida la letra pequeña, se disparará la factura fiscal de CaixaBank y de BBVA, especialmente si este último integra en su perímetro al Sabadell.

El gravamen aprobado por el Congreso este jueves, tras un tenso proceso con apoyos recabados in extremis, es completamente diferente al impuesto extraordinario vigente durante los últimos dos años. Esta vez está previsto para tres ejercicios y afectará a todos los bancos que generen más de 100 millones de euros entre el margen neto de intereses y las comisiones netas obtenidos en España.

Se han establecido tramos que han generado descontento entre las entidades más grandes. El argumento es que una escala progresiva tiene sentido para personas físicas, pero no para personas jurídicas, donde el tamaño no siempre equivale a mayor rentabilidad. Además, consideran que este esquema penaliza a los bancos con más empleados.

La escala del gravamen establece una bonificación para los primeros 100 millones de ingresos y luego aplica tasas progresivas: 1% hasta 750 millones, 3,5% hasta 1.500 millones, 4,8% hasta 3.000 millones, 6% hasta 5.000 millones y 7% a partir de este umbral. Este último tramo, añadido en el último momento, cede la recaudación a las comunidades autónomas según su peso en el PIB nacional.

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en los pasillos del Congreso. (Europa Press)

Esto significa que cuanto más ingresos genere un banco en España, mayor será el impuesto. Sin embargo, el incremento no será proporcional, sino que aumentará el tipo efectivo de tributación. Esto afecta especialmente a CaixaBank, el banco con mayores ganancias en España, y a BBVA si finalmente adquiere a Sabadell.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, criticó duramente el impuesto, llegando a afirmar que “podría llamarse tasa CaixaBank”. Santander y BBVA también superan el umbral de 5.000 millones, lo que los penaliza en el tramo más alto, mientras que Sabadell se encuentra en el límite. Si este último se integrara en BBVA, todos los ingresos adicionales tributarían al 7%.

Con base en los resultados de 2023 del Banco de España, la factura fiscal potencial sería de hasta 670 millones para CaixaBank, 506 millones para Santander, 411 millones para BBVA y 196 millones para Sabadell. Aunque el gravamen permite deducir el 25% de la cuota de Sociedades, la tendencia al alza de los márgenes netos en 2024, entre el 5% y el 10%, podría aliviar parcialmente este impacto.

Una operación de tal magnitud, que se estima podría generar sinergias de 850 M en costes

Si BBVA y Sabadell se fusionaran, y suponiendo que sus bases imponibles se combinaran, la factura fiscal podría alcanzar los 726 millones sin deducciones. Aunque esto representa un incremento del 20%, equivalente a unos 100 millones más en impuestos, no parece suficiente para disuadir una operación de tal magnitud, que se estima podría generar sinergias de 850 millones en costes.

El calendario para la opa sigue siendo incierto, ya que la fase dos de la CNMC podría extenderse durante meses. Además, la CNMV aún no ha confirmado si esperará a Competencia antes de abrir el periodo de aceptación para los accionistas del Sabadell. Por lo tanto, es difícil que la fusión se materialice antes de 2025, lo que permitiría a ambas entidades tributar por separado durante el primer año de aplicación del impuesto.

Inicialmente previsto para tres años, el impuesto podría prolongarse, dada la elevada deuda pública y los compromisos de déficit asumidos con Bruselas. Es más fácil establecer impuestos que eliminarlos, especialmente en el contexto actual.

Foto: Fachada del edificio ‘La Vela’, en la ciudad del BBVA. (Ricardo Rubio/Europa Press)

La banca ha mostrado su indignación. En un comunicado conjunto, las patronales AEB y CECA criticaron el proceso legislativo, calificándolo de caótico y poco transparente, y anunciaron acciones legales. También alertaron de los graves efectos económicos, asegurando que el gravamen podría restar 50.000 millones en nueva financiación a familias y empresas, limitando el crecimiento de la economía española.

Además, las asociaciones destacaron que el impuesto fragmenta el mercado interior al aplicarse de manera desigual entre comunidades autónomas y señalaron que “supone el señalamiento de un sector cuyo objetivo es trabajar por el crecimiento económico y el progreso social”.

El nuevo impuesto a la banca diseñado por el Gobierno, pactado con Junts y otros grupos de izquierda, afectará a más de 30 entidades, pero impactará especialmente a las más grandes. Salvo que lo impida la letra pequeña, se disparará la factura fiscal de CaixaBank y de BBVA, especialmente si este último integra en su perímetro al Sabadell.

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