Arriaga, el bufete enemigo de la banca, impaga al menos 33 millones y busca una salida financiera

Arriaga Asociados, el bufete que durante años se convirtió en el azote número uno de la banca, se asoma al concurso de acreedores. Según aseguran fuentes conocedoras del caso, el despacho de abogados que ha liderado numerosas demandas colectivas contra Santander, Caixabank, Sabadell o BBVA no ha podido hacer frente a la devolución de un préstamo millonario que le concedió Pemberton, un fondo de capital riesgo especializado en financiar empresas con poca solvencia. Según esta versión, el impago asciende a 43,9 millones de euros, si bien Arriaga Asociados reduce el saldo vivo pendiente hasta los 33 millones. El Confidencial ya adelantó el pasado mes de noviembre de la críticia situación de la firma.

Las mismas fuentes apuntan a que Arriaga Asociados no ha generado los ingresos suficientes para poder amortizar este crédito o, en segunda instancia, renovarlo. Los retrasos en los juzgados motivados por el cierre de los mismos durante los años de la pandemia han recortado de forma significativa los ingresos del bufete, que solo cobra cuando se resuelven favorablemente las demandas de los clientes a los que representa. En concreto, una comisión que oscila entre el 10 y el 50% del importe de las reclamaciones, principalmente por causas como la salida a bolsa de Bankia, los préstamos para comprar coche, las preferentes, los gastos hipotecarios o las tarjetas revolving.

Al no haber resuelto las demandas, Arriaga no dispone de caja para hacer frente a la deuda con Pemberton, que puede exigir la declaración de concurso de acreedores por impago. El fondo británico está sopesando ahora ejecutar la garantía y quedarse con el despacho, pero esa es su última opción, ya que considera que la compañía no tiene salida sin una ayuda financiera. La solución pasa por aplicar una quita significativa de la deuda, que puede llegar al 50%, por la que paga un interés cercano al 10%.

Otras fuentes indican que la situación es tan compleja que Arriaga ha presentado un plan de reestructuración societario, pero que no lo ha comunicado oficialmente a Pemberton ni a la autoridad judicial encargada, como exige la normativa, para nombrar un experto que haga un análisis exhaustivo del activo y del pasivo. Estas fuentes agregan que el préstamo, concedido inicialmente en 2018 y de tipo 'bullet', es decir, pagadero íntegramente al final, está actualmente vencido.

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Agustín Marco

Fuentes financieras aseguran que Pemberton ha contratado los servicios de Houlihan Lokey, el banco más importante del mundo en reestructuraciones empresariales, para que defienda su postura ante Jesús María de Arriaga, fundador y máximo ejecutivo del bufete. Fuentes oficiales de Arriaga reconocen el impago del crédito con Pemberton y que el bufete está negociando una solución para garantizar su viabilidad.

Además, agregan que "actualmente, la empresa no se encuentra en preconcurso ni en ninguna situación concursal; nuestra situación financiera es consecuencia directa de estos retrasos judiciales, que impactan en los ingresos al demorar los cobros hasta que los bancos efectúan los pagos tras la sentencia. Además, el parón provocado por la pandemia de COVID-19 intensificó la ralentización, contribuyendo a la situación actual". El bufete representa 31.000 reclamaciones presentadas entre 2017 y 2018, por un volumen que estima en 40 millones, de las que apenas han sido atendidas un tercio.

A principios de noviembre, Arriaga Asociados ejecutó un expediente de regulación de empleo (ERE) para más de 150 empleados, que incluye un plan de reestructuración y que supone reducir su plantilla en más del 40%. El ERE fue planteado el pasado mes de abril, a causa de los retrasos por parte de la Administración en los pagos relacionados con los juicios de cláusulas abusivas, asunto en el que está especializado el despacho. El número de empleados asciende ahora a 195 personas.

Otro agujero

Pemberton gestiona cerca de 10.000 millones de euros en créditos a empresas, después de que la pasada primavera levantase un fondo de 4.900 millones de euros. En España, donde abrió oficina en 2020, ha prestado dinero a CVC para comprar Neolith, a Carlyle para tomar Cupa y a CapVest para adquirir Natra. También es el principal acreedor de Laboratorios Larrasa, una compañía extremeña a la que dio 100 millones y que ha sido acusada de fraude por la propia gestora británica.

El private equity, del que Abu Dabi se ha convertido en un inversor de referencia a través de ADIA, está dirigido en España por Laura Ruenes, una exdirectiva de Royal Bank of Scotland, con más de veinte años de experiencia en el sector.