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La paradoja Junts: sale ahora al rescate de las socimis (y de su españolidad)
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La paradoja Junts: sale ahora al rescate de las socimis (y de su españolidad)

Esta semana parecía que lo más granado del sector inmobiliario se iba a ir de España. Pero ahí estaba Junts, el partido más antiespañol, para preservar por sorpresa la dignidad patria

Foto: Carles Puigdemont en Bruselas. (EFE/Pablo Garrigós)
Carles Puigdemont en Bruselas. (EFE/Pablo Garrigós)
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El cambio de Junts y de su relación con las fuerzas económicas está resultando del todo sorprendente. De ser un partido enfrentado al Ibex-35 por no haber apoyado la independencia de Cataluña en 2017, se ha convertido en la tabla de salvación de los grandes empresarios. El pacto de Pedro Sánchez con Sumar para subir la fiscalidad de las socimis no prosperará porque Junts no va a respaldarlo, según fuentes de esta formación. Gracias a esto, las grandes inmobiliarias españolas como Colonial o Merlín no se irán de España, tal y como han amenazado esta semana. Junts salvando la españolidad del capitalismo patrio.

El rol de la patronal Fomento del Trabajo y de su presidente, Josep Sánchez Llibre, ha resultado crucial. Sánchez Llibre apostó por mantener puentes con Carles Puigdemont, anticipándose a lo que iba a pasar. Y eso está dando unos réditos sorprendentes ahora a las empresas. Junts no apoyará la subida fiscal a las socimis, y Colonial no tendrá que trasladar su sede a París, solo por poner un ejemplo.

Que el presidente de Colonial, Juan José Brugera, emita un comunicado con la amenaza de que "reevaluará su estrategia de inversiones, la ubicación de sus actividades y de su estructura jurídica, y adoptará las medidas que mejor convengan al interés de sus accionistas e inversores, todo ello con el objeto de que estas potenciales medidas no tengan un impacto negativo" si se alteraba el régimen de las socimis tiene una carga de profundidad brutal.

Colonial fue una de las empresas que trasladó su sede de Barcelona a Madrid durante la crisis política catalana de 2017. El 7 de octubre de 2017, Brugera viajó en coche a Girona para convencer a Puigdemont de que no declarase la independencia. Lo hizo en calidad de presidente del Cercle d’Economia y, como es de todos sabido, no tuvo éxito. Pero es el mismo hombre, el mismo directivo del núcleo de confianza de Isidre Fainé. Ahora, Juan José Brugera no tendrá que llevarse la sede de España gracias a Junts. La paradoja es que Colonial sería una de las empresas catalanas que podría devolver su sede a Cataluña sin mayor problema. Pero esta vez, la cuestión no radicaba en el independentismo, sino en la política española.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y el portavoz del PNV, Aitor Esteban. (Europa Press)

Se trata de una ironía poética, porque no es que Junts quiera salvar a las inmobiliarias españolas, sino que las subidas de impuestos a las socimis, del 0% al 25% en el impuesto de Sociedades, no estaban en el paquete en el que se negoció dejar decaer el impuestazo sobre las energéticas pero mantener el de la banca. Cambiar el régimen de las socimis para Junts supone abrir el melón negociador otra vez. Más protagonismo para Junts, algo que en otros grupos que respaldan al Gobierno como ERC o Compromís se ve con recelo.

Ganar tiempo

La alternativa del Gobierno español ha sido aplazar la votación de la reforma fiscal. Pero no se trata de un problema que se solucione ganando tiempo. Por un lado, Hacienda quiere recaudar 5.000 millones de euros que le permitan cumplir con la contención fiscal que pide la UE. Por otro, Sumar busca sacar pecho para aumentar la presión fiscal sobre las empresas, aunque el régimen jurídico de las socimis esté ampliamente generalizado en toda Europa. Para la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se trata de recuperar cierto tirón ante sus votantes en un momento en que su formación se encuentra asediada por escándalos como el de Íñigo Errejón.

Junts se erige en la palanca útil de las empresas para doblegar la política del Gobierno

Así, en el Madrid empresarial empieza a cundir la imagen de que, si hay que defender a las empresas, Junts es el partido. Y no tanto el PNV, más hipotecado con su cruce de intereses con el Partido Socialista de Euskadi. La frase "la política hace extraños compañeros de cama" alcanza aquí una vuelta de tuerca inesperada: el Ibex-35 lanzándose a los brazos de una formación que está en las antípodas de lo que podría representar el empresariado madrileño, y también catalán, como mínimo en los términos de la unidad de mercado. Le está pasando al inmobiliario, pero también al sector de los seguros médicos, por ejemplo.

A este ritmo, del "Puigdemont, a prisión" pasaremos, en cuanto sea amnistiado, a que Isabel Díaz Ayuso le entregue al expresident catalán la misma medalla que otorgó en su día al presidente argentino Javier Milei. Junts ha recuperado ahora aquel espíritu business friendly que reivindicaba Artur Mas cuando llegó a la presidencia de la Generalitat de la mano de CiU en 2012. Solo que, de manera sorpresiva, ha extendido su manto protector al centralista Madrid empresarial.

La banca pierde

Como explicó esta semana, en la presentación de resultados de Colonial, su consejero delegado, Pere Viñolas, "no hay mayoría en el Congreso para aprobar la reforma fiscal". La acción de Colonial ya supera el precio que tenía antes de esta pequeña crisis generada por la política y cotiza por encima de 5,6 euros. A Merlín Properties le está costando más, pero también va recuperando valor.

Tras esta tormenta en un vaso de agua, Junts se convierte en la auténtica palanca del empresariado español para poner coto a los embates de un Ejecutivo que ha perdido sintonía con la clase empresarial en los últimos meses. Y, por una vez, la banca no gana, sino que pierde. Puede acabar siendo la única que no quede bajo el inesperado paraguas salvador en el que se ha convertido Junts para el Ibex-35.

El cambio de Junts y de su relación con las fuerzas económicas está resultando del todo sorprendente. De ser un partido enfrentado al Ibex-35 por no haber apoyado la independencia de Cataluña en 2017, se ha convertido en la tabla de salvación de los grandes empresarios. El pacto de Pedro Sánchez con Sumar para subir la fiscalidad de las socimis no prosperará porque Junts no va a respaldarlo, según fuentes de esta formación. Gracias a esto, las grandes inmobiliarias españolas como Colonial o Merlín no se irán de España, tal y como han amenazado esta semana. Junts salvando la españolidad del capitalismo patrio.

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