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DANA, guerras y revuelo político: por qué las malas noticias nos hacen trabajar peor
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barómetro global de Edelman

DANA, guerras y revuelo político: por qué las malas noticias nos hacen trabajar peor

Ya casi la mitad de los empleados jóvenes aseguran que están tan angustiados por las noticias que no son capaces de rendir adecuadamente en su puesto de trabajo

Foto: Situación en Valencia tras el paso de la DANA. (EFE/Manuel Bruque)
Situación en Valencia tras el paso de la DANA. (EFE/Manuel Bruque)
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No soportamos tanta noticia histórica. Desde 2020 hasta hoy, han sucedido tantas noticias inhóspitas, desalentadoras y estresantes que afectan a nuestro día a día, incluido el ámbito laboral.

En apenas cuatro años, el mundo ha vivido acontecimientos que quedarán para la historia, desde el covid hasta la invasión de Ucrania, con catástrofes naturales de por medio, tanto en España como en el resto del mundo. ¿Quién nos iba a decir hace cinco años que viviríamos una pandemia mundial, una guerra en Europa, terremotos en Tokio y Marruecos, Filomena, un volcán, una DANA, una ley de amnistía, cambio de líderes en Reino Unido, Francia, Argentina y un inesperado segundo mandato de Donald Trump en EEUU ?

En España, el porcentaje de personas que se siente abrumada por la cantidad de noticias ha subido del 26% en 2019 al 44% en 2024, según datos del Digital News Report 2024 del Instituto Reuters. Desesperación, desilusión, desamparo, incertidumbre… muchas sensaciones llegan ante la avalancha de noticias poco comunes en tan poco tiempo, también la falta de concentración en el trabajo.

La cifra de personas que no rinden igual en el trabajo por las noticias es elevada, en especial entre los jóvenes. Según datos del barómetro global de Edelman, casi la mitad de los jóvenes asegura que regularmente están tan angustiados por lo que sucede en las noticias que no pueden rendir en el trabajo. "Las noticias pueden tener realmente un impacto emocional muy negativo y afectar nuestra concentración. Así es", resalta Sara Navarrete, psicóloga.

"Las noticias pueden tener realmente un impacto emocional muy negativo y afecta a nuestra concentración. Esto es así"

La Generación Z es a la que más le afecta lo que sucede en el mundo, y tiene sentido. Los jóvenes se incorporaron al mercado laboral en pleno covid y, por consiguiente, en medio de la ola de novedades poco frecuentes. No conocen otra cosa que trabajar con la sensación de que el futuro no va a ser bueno o, al menos, no va a ser fácil.

"Los jóvenes están en una etapa de desarrollo en la que la identidad y la percepción de futuro, al final, son cruciales. Estas noticias generan incertidumbre hacia el futuro. Ese es el principal efecto. La sobrecarga emocional por malas noticias como desastres naturales o crisis políticas genera respuestas muy intensas, emocionalmente hablando, y ellos pueden sentirse más vulnerables a estos estímulos por la falta de experiencia en manejar situaciones estresantes. La preocupación por el futuro en los jóvenes genera dudas sobre las perspectivas educativas, laborales y personales".

Alonso García de la Puente, psicólogo, lo relaciona, en parte, con la baja tolerancia a la frustración de los jóvenes. "La baja tolerancia a la frustración está determinada en muchos casos por una escasa educación en inteligencia emocional, inmadurez del neocórtex o búsqueda de la regulación de las emociones en la satisfacción inmediata y la no postergación de la recompensa. Esto nos hace más difícil encontrar recursos cuando hay amenazas". En este caso, amenazas en forma de noticias.

Cuanto más joven es el trabajador, mayor es la sensación de no poder concentrarse en el trabajo por las informaciones nuevas

Según el estudio, existe una correlación entre la edad y la angustia en el empleo por las novedades diarias: cuanto más joven es el trabajador, mayor es la sensación de no poder concentrarse en el trabajo debido a las informaciones nuevas. "A mayor edad, encontramos mayores recursos de afrontamiento ante esas noticias, y hay menor desbalance en esa ecuación en la que las amenazas superan los recursos de afrontamiento", comenta García de la Puente.

En concreto, cerca de la mitad (46%) de los trabajadores entre 18 y 26 años dicen no poder concentrarse por las noticias, mientras que el 38% de los trabajadores entre 27 y 42 años sienten esa misma dificultad. El 24% de los empleados entre 43 y 58 años dice no concentrarse en su puesto de trabajo ante las novedades, así como el 19% de los mayores de 59 años.

García de la Puente señala que parte del problema es que, en muchos casos, "las noticias se presentan no como búsqueda de la verdad, sino como productos de consumo". Esto lleva a una necesidad insaciable de más información que nos vuelve "adictos" y, finalmente, nos vemos afectados por "el impacto informativo en forma de descarga emocional".

Navarrete coincide en que la gran conexión con las redes sociales hace que los jóvenes estén más expuestos a noticias. "Esa constante exposición a contenido alarmante afecta, sin duda, al bienestar emocional. Les desvía del enfoque en el trabajo. ¿Por qué? Tienen menos experiencia en manejar el estrés y, aunque un joven tiene un gran potencial para adaptarse, están en desarrollo de habilidades para lidiar con esa incertidumbre. Las noticias pueden hacerles sentirse abrumados, dificultando la concentración", concluye Navarrete.

Foto: Estrés laboral. (Pixabay)

En estas líneas, el psicólogo añade que es fundamental tener mayor conciencia de la importancia del desarrollo emocional de los niños y jóvenes en un ambiente seguro y de acceso limitado, orientado y progresivo a la información, de manera que se formen adultos responsables consigo mismos. De esta forma, sabremos afrontar las demandas de una sociedad global, inmediata y exigente.

En conclusión, las emociones intensas, la preocupación por el futuro, la sobreexposición mediática, mezcladas con la falta de habilidades o una etapa tan vulnerable para gestionar el estrés, son los factores que afectan, en gran medida, la vida laboral de los jóvenes y su concentración en el trabajo. "Deberíamos reflexionar como sociedad sobre el impacto de la información, las redes sociales, la inmediatez y las consecuencias del consumo de información, y, por otro lado, buscar herramientas y formarnos en la gestión emocional y responsabilidad en el consumo de redes y, por tanto, en el acceso a inputs informativos", reflexiona García de la Puente.

No soportamos tanta noticia histórica. Desde 2020 hasta hoy, han sucedido tantas noticias inhóspitas, desalentadoras y estresantes que afectan a nuestro día a día, incluido el ámbito laboral.

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