Reventó el sistema de riego: la otra gran preocupación de los agricultores tras la DANA
El desasosiego no está asentado solo en la zona cero de la catástrofe. También en las extensiones aledañas, que sufrirán una merma de producción al no poder recibir agua
Los agricultores llevan días subidos a sus tractores para ayudar en las ciudades devastadas por la DANA. Las riadas provocadas por las fuertes lluvias de la semana pasada afectaron en mayor medida a las zonas urbanas, y es allí donde se concentran ahora las labores de limpieza. Pero también hubo graves daños en el campo, donde las cosechas de este año ya se dan por perdidas. Además, la preocupación del mundo rural va más allá, tras constatar que buena parte de los sistemas de riego están destrozados.
Valencia es la tercera provincia de España con más tierras de regadío, solo por detrás de Jaén y Murcia, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. El 14,85% de sus tierras se nutren de este sistema de distribución del agua, que permite obtener altas producciones en épocas de sequía, como la que se ha vivido en los últimos tres años. Sin embargo, buena parte de esa infraestructura está ahora destruida o inundada, y en el sector ya se habla de daños millonarios.
Los cálculos difundidos este jueves por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) estiman unas pérdidas de 174 millones de euros en infraestructuras de riego (balsas, tuberías principales, pozos...) y parcelas con riego localizado. Desde la Federación Nacional de Comunidades Regantes de España (Fenacore) también estiman cuantiosos daños, aunque todavía falta cuantificarlos, a la espera de que sea seguro acceder a todos los puntos clave de la red.
La preocupación no solo se centra en la zona cero de la catástrofe, donde los campos han quedado destruidos por el barro y todas las cosechas se han perdido. También hay inquietud en las áreas cercanas, que verán reducida su producción al no recibir agua de los sistemas de riego dañados, especialmente en los cultivos de cítricos y caqui, que se encuentran en la última fase de crecimiento antes de comenzar la recolección a finales de noviembre. De momento, estos cultivos sobreviven gracias a las lluvias de las últimas semanas, pero en diez o quince días volverán a necesitar este recurso, y no se podrán recuperar las infraestructuras en tan corto plazo.
Hay inquietud en las extensiones aledañas, que sufrirán una merma de producción al no recibir agua de los sistemas de riego estropeados
La red que transporta el agua hasta las explotaciones agrarias ha quedado muy dañada. Existen muchas tuberías rotas debido a la presión del agua, al igual que los dispositivos de gestión que miden las órdenes del riego por goteo. Tampoco se han salvado los motores, las bombas y los cuadros eléctricos que alimentan esos sistemas, así como algunas instalaciones fotovoltaicas que les proporcionan la energía necesaria.
No solo ha sufrido daños la infraestructura de los sistemas de riego por goteo; también se han afectado los sistemas que funcionan por gravedad, que son más rudimentarios pero igualmente efectivos para asegurar grandes producciones. En este caso, se utilizan acequias que han quedado inoperativas porque están llenas de barro, cañas, basura e, incluso, algunos vehículos arrastrados por la corriente. Los mayores daños se encuentran en la Acequia del Oro y la de Montcada, que están situadas en el cauce del río Turia.
Las imágenes satelitales prevén una situación en el campo tan catastrófica como en las áreas urbanas. Aunque no se podrá elaborar el mapa concreto de las infraestructuras de riego afectadas hasta que sea seguro acceder a todos los puntos clave. "Hay carreteras cortadas y acceso restringido en las zonas donde es necesario evaluar los daños", comenta el presidente de Fenacore, Juan Valero de Palma.
Recuento de daños
Con la información disponible, Fenacore trabaja en la elaboración de un informe que incluirá todos los daños, tanto en Valencia como en el resto de las provincias afectadas por la DANA: Albacete, Málaga y Almería. Posteriormente, se presentará al Consorcio de Seguros y a las administraciones públicas para solicitar ayuda en la reconstrucción de la red de regadío. Hasta el momento, solo la Consellería de Agricultura de la Generalitat Valenciana ha solicitado un documento de este tipo.
AVA-Asaja también ha publicado un comunicado en el que solicita a todas las administraciones "que activen líneas extraordinarias de ayudas directas, medidas fiscales y otras iniciativas de apoyo decididas para los agricultores y ganaderos afectados". De la misma manera, reiteran al Gobierno la necesidad de "apostar por un plan de infraestructuras hidráulicas ambicioso" que permita el máximo aprovechamiento de los recursos y prevenga catástrofes similares en el futuro.
Todos esperan, por tanto, que el Gobierno central recoja sus peticiones en el próximo paquete de medidas económicas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya anunció este martes una primera fase de ayudas por valor de 10.600 millones de euros, aunque la mayor parte de esa cantidad está dirigida a resolver los problemas más inmediatos, con ayudas directas a familias y empresas.
También se contemplan ayudas a los ayuntamientos para la reconstrucción de las zonas afectadas, priorizando la limpieza, la reparación de suministros de agua potable, el alojamiento y la manutención de los ciudadanos. Una vez superada esta fase inicial de rehabilitación, se espera que el auxilio económico del Estado alcance también a las infraestructuras privadas, incluidas las demandas de la comunidad de regantes.
Cosechas perdidas
Lo que seguramente será irrecuperable son las cosechas arruinadas por las inundaciones. Aunque las zonas urbanas sufrieron la peor parte, las tierras agrícolas de la región también han quedado devastadas. Entre Valencia, Albacete, Málaga y Almería, se estima que unas 100.000 hectáreas han sido afectadas, total o parcialmente, por la DANA. Solo en la provincia de Valencia, AVA-Asaja calcula que los daños en los cultivos pendientes de recolección ascienden a 278 millones de euros, la cuarta parte de los 1.089 millones en pérdidas que estiman para el sector agrario en su conjunto, incluyendo también las infraestructuras agrarias.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) califican los efectos de la DANA como "desastre humano sin precedentes" y recomiendan no desplazarse ahora mismo a las fincas para comprobar su estado. Recuerdan que no hay prisa para reportar los siniestros a Agroseguro y piden "paciencia" a los agricultores para evaluar los daños en sus terrenos, aunque dan por descontado que poco o nada se podrá salvar.
Cosechas enteras de cultivos comunes en el este de España, como caquis, cítricos, hortalizas y aguacates, se han perdido, ya que aún no estaban en plena época de recolección. Los agricultores dedicados a la vid o la almendra han tenido algo más de suerte, pues ya habían recogido el producto y no han desperdiciado el trabajo de todo un año. Mientras, el olivar estaba a medio proceso, ya que la campaña de la aceituna comienza a mediados de septiembre y se extiende hasta finales de noviembre.
Sin embargo, muchas de esas tierras están cubiertas de barro, con los árboles sumergidos en agua. Ese exceso de humedad favorece la proliferación de hongos y otras enfermedades, por lo que es seguro que habrá que volver a plantar desde cero, con el consecuente impacto económico que esto conlleva. Por ejemplo, un naranjo tarda entre tres y cuatro años en dar sus primeros frutos, periodo en el que el agricultor solo invierte y trabaja a pérdidas.
Los agricultores llevan días subidos a sus tractores para ayudar en las ciudades devastadas por la DANA. Las riadas provocadas por las fuertes lluvias de la semana pasada afectaron en mayor medida a las zonas urbanas, y es allí donde se concentran ahora las labores de limpieza. Pero también hubo graves daños en el campo, donde las cosechas de este año ya se dan por perdidas. Además, la preocupación del mundo rural va más allá, tras constatar que buena parte de los sistemas de riego están destrozados.
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