El 'boom' de Clínica Baviera: el grupo que encandila en bolsa a lomos del capital chino
El grupo de oftalmología dispara sus cifras de negocio, apoyado por la creciente demanda de intervenciones oculares, impulsada por el uso creciente de pantallas
Cuando se enumera la lista de éxitos de la bolsa española, hay pocas voces que se acuerden de Clínica Baviera. Pero lo cierto es que el grupo dirigido por Eduardo Baviera Sabater cuenta con argumentos de sobra para defender su consideración entre los valores más aclamados del parqué nacional.
No en vano, desde finales de 2017 acumula una rentabilidad anualizada superior al 27%, que se traduce en unos retornos totales acumulados del 432%, que no solo multiplican por casi nueve veces los números del Ibex 35, sino que superan con creces los de firmas pujantes como Inditex, Iberdrola o Ferrovial.
Esta dinámica positiva, que ha proseguido a lo largo de 2024, en el que registra avances del 52%, le ha valido para afianzarse como una de las principales apuestas de los fondos de small caps de la bolsa española, como el Santander Small Caps, que dirige Lola Solana.
El optimismo bursátil que derrocha Clínica Baviera está directamente relacionado con las nuevas tecnologías. No tanto con el desarrollo de la telemedicina y la innovación sanitaria, sino con el uso cada vez más frecuente (y en ocasiones excesivo) de las pantallas, algo tan característico de la sociedad actual. Por poner un dato sobre la mesa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 50% de la población global será miope en 2050. Además, el aumento de la esperanza de vida deriva en un envejecimiento demográfico que acentúa otras afecciones visuales operables, como las cataratas.
Estas enfermedades oculares están precisamente entre las que más trata Clínica Baviera, que está especializada en cirugía refractiva con láser para corregir problemas como la miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia y cataratas. Estas operaciones son muy poco intrusivas y los pacientes se marchan a casa el mismo día de la operación, recibiendo el alta a los pocos días si su trabajo no requiere de grandes esfuerzos físicos. Es por esto que se ha perdido el miedo a las intervenciones visuales y cada vez son más las personas pasan por quirófano.
Así ha repuntado el negocio de Clínica Baviera, hasta el punto de que en 2023 incrementó sus ventas en un 13% interanual, alcanzado los 225 millones de euros. Pero poco a poco ha conseguido también hacer su actividad más eficiente, consiguiendo elevar su beneficio en un 21%, hasta situarlo en los 36,73 millones que obtuvo el año pasado; mientras que el ebitda aumentó en un 22%, hasta los 49,65 millones. Estas son las últimas cifras de un ejercicio completo, pero la buena marcha ha continuado en este 2024, con un crecimiento del 13% en su facturación y del 12% en sus ganancias durante el primer semestre.
El golpe de la pandemia
Aunque la historia reciente de la compañía, que se fundó en Valencia en los años 90, no está exenta de baches. Como prácticamente todos los negocios a pie de calle, se vio obligada a cerrar sus clínicas durante la época más dura de la pandemia del coronavirus, dejando a cero su partida de ingresos durante meses. Para mantenerse a flote tomó algunas decisiones que afectaron a sus acciones, sobre todo porque canceló la distribución del dividendo para destinar esos fondos a las reservas voluntarias.
Sin embargo, según fue recuperándose poco a poco la normalidad, reabrió las puertas de sus centros, que volvieron a llenarse para reimpulsar su cuenta de resultados. De hecho, las familias aumentaron sus ahorros porque no pudieron gastar durante el confinamiento y hubo quien aprovechó para realizarse una operación de la vista, que suele rondar los 2.000 euros. Así, en comparación con 2019, el año previo a la pandemia, su facturación ha crecido en un 80% y sus beneficios casi se han triplicado, lo que le ha permitido, entre otras cosas, retomar el pago de dividendos.
También es cierto que Clínica Baviera pudo afrontar la crisis del covid con mayores garantías que sus competidores porque cuenta con el apoyo del grupo chino Aier Eye Hospital, una de las mayores cadenas de oftalmología del mundo, que en 2017 se convirtió en su máximo accionista. La llegada de este gigante del sector impulsó, además, su expansión internacional, hasta el punto de que ahora mismo cuenta con más de cien centros, la mayoría de ellos ubicados en España, aunque también repartidos por Italia, Alemania y Austria.
Su baja liquidez se traduce en la negociación de apenas 60.000 M por sesión
Si estos logros han pasado un poco de puntillas sobre el parqué, cabe achacarlo, precisamente, a la estructura de capital de la propia compañía. Con cerca del 80% de las acciones en manos de Aier Eye Hospital y alrededor de un 10% en posesión de la familia Baviera (a través de Vito Gestión Patrimonial), el grupo oftalmológico representa uno de esos casos que abundan en el mercado español en el que tomar posiciones resulta casi una proeza. Con una media de negociación diaria de apenas 1.800 títulos, el efectivo que mueven cada día sus acciones apenas supera los 60.000 euros, en una compañía que ronda ya los 600 millones de euros de capitalización.
"Con esos niveles de liquidez, a mí me cuesta recomendar comprar sus acciones, incluso aunque la marcha del negocio justifique valoraciones más altas", explica Ángel Pérez, analista de Renta 4, que mantiene un consejo de mantener sobre la compañía.
Precisamente, los bajos niveles de negociación representan también un lastre para la visibilidad del grupo en el mercado, pues son pocas las firmas interesadas en cubrir el valor. Según los registros de Bloomberg, además de Renta 4, solo Intermoney mantiene una cobertura del valor.
Esta firma incluyó a Clínica Baviera el pasado mes de junio en una lista de cinco pequeñas cotizadas españolas que podrían salir vencedoras en el entorno económico actual. Para defender esta idea, el analista Julián Pérez, argumentaba que, además del viento a favor de las megatendencias demográficas, la compañía cuenta con una posición financiera muy holgada, un modelo de negocio de amplio alcance ("no se centran en un servicio premium, sino que ofrecen un servicio de calidad a precios asequibles", indicaba), con amplia experiencia y tecnología avanzada.
Además, resaltaba la buena localización de sus clínicas. "Situadas siempre a pie de calle y en lugares céntricos, siendo esta una excelente forma de publicitarse. Tienen una gran capacidad de aperturas, siendo estos alquileres, con poca necesidad de inversión y un retorno rápido", observaban en Intermoney.
Esta es una cuestión fundamental ante lo que suele entenderse como el principal riesgo que enfrenta este negocio: una elevada competencia en un sector en el que los nuevos avances pueden resultar relativamente fáciles de replicar. "Es cierto que puede haber muchos competidores. Pero se trata de un sector muy atomizado en el que pocas marcas cuentan con el peso de Clínica Baviera", explica Pérez.
En su opinión, la extensión de la red de clínicas del grupo, que cuenta con más de un centenar de centros repartidos en los cuatro mercados en los que opera, le aporta una gran potencia de conocimiento, que resulta muy útil. "Es normal que en este tipo de cuestiones te apoyes en el consejo de alguien que ya se haya sometido a una intervención similar con buenos resultados. Y con una presencia tan amplia se multiplican las posibilidades de que quien te recomiende haya sido tratado en un centro de Clínica Baviera", apunta el experto de Renta 4, que subraya que un 70% de sus nuevos pacientes llegan a través del boca a boca.
Cuando se enumera la lista de éxitos de la bolsa española, hay pocas voces que se acuerden de Clínica Baviera. Pero lo cierto es que el grupo dirigido por Eduardo Baviera Sabater cuenta con argumentos de sobra para defender su consideración entre los valores más aclamados del parqué nacional.