La almendra, arma comercial: España gana en la guerra China-EEUU y pierde en Marruecos
España es el segundo productor global, cultivando el 7% de todas las almendras que se consumen en el mundo, una cifra similar a la de Australia. El primero es Estados Unidos
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La almendra se ha convertido en una destacada arma de las guerras comerciales. Este fruto seco es indispensable en la tradición culinaria de diferentes culturas y países como China y Marruecos lo utilizan para tensar las relaciones internacionales, imponiendo aranceles a su importación. En el caso de la nación asiática, España se ve beneficiada, robando mercado a Estados Unidos. Pero sucede justo lo contrario en el reino del norte de África, donde es el producto nacional el que se ve perjudicado.
España es el segundo productor global, cultivando el 7% de todas las almendras que se consumen en el mundo, una cifra similar a la de Australia. El primero es EEUU, que supone el 78%, según el Consejo Internacional de Frutos Secos (INC, por sus siglas en inglés). Conociendo estas cifras, no sorprende que este alimento sea uno de los objetivos principales de los impuestos que China impone al país norteamericano en su particular y prolongada guerra arancelaria. Tampoco que Marruecos excluya a este producto de sus acuerdos comerciales con la Unión Europea.
El conflicto entre Pekín y Washington se remonta a 2018, con Donald Trump sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Desde entonces, tras imponerle un impuesto adicional del 15%, la almendra estadounidense está castigada con un gravamen del 25% para entrar en China. España tampoco escapa de los aranceles, pero son solo del 10%, como todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC). No obstante, nuestro país ha sabido moverse para ser ahora un socio preferente.
El Ministerio de Agricultura concretó en 2023 con las autoridades chinas un acuerdo que facilita la exportación de almendra, gracias a la firma de un protocolo fitosanitario. Este pacto ya ha comenzado a dar sus frutos, como apunta el director general de Dcoop, Rafael Sánchez Puerta: "Le pusieron un arancel a la almendra americana y ahí encontramos el hueco". Esta cooperativa, que lidera la producción en España, fue pionera en las exportaciones a China y en solo un año prevé quintuplicar sus envíos, pasando de las 300 toneladas de 2023 a 1.500 toneladas al cierre de 2024.
España es el segundo productor global, cultivando el 7% de todas las almendras que se consumen en el mundo
Este crecimiento es similar en el resto de la industria, hasta el punto de estimar que España destinará a la nación asiática unas 50.000 toneladas de almendras en 2025 y unas 90.000 toneladas extra para 2032. Hubo temor a que estas previsiones se truncasen cuando Pekín empezó a tomar represalias contra algunos productos de la Unión Europea en respuesta a los aranceles impuestos a sus coches eléctricos. Se castigó, por ejemplo, al brandy español, pero la almendra quedó fuera de las sanciones, para alivio del sector.
Aunque se abra esta ventana de oportunidad en el mercado chino, la puerta de entrada a Marruecos está cerrada. Nuestro vecino del sur tiene un acuerdo con la Unión Europea para el libre comercio de casi todos los productos agrícolas y pesqueros, con contadas excepciones, entre las que se encuentra precisamente la almendra dulce. Este es el motivo de que las exportaciones de ese fruto seco a través del Estrecho de Gibraltar tienen una carga impositiva del 40%.
Pero al mismo tiempo que se abre esta ventana de oportunidad en el mercado chino, se cierra la puerta de entrada a Marruecos
Estados Unidos está exento de ese gravamen, lo que explica que sea en el principal proveedor de frutos secos de Marruecos, encontrándose mucho más lejos geográficamente que España. Poco preocupaba hasta ahora esta situación, pero la ambición de internacionalización de la almendra nacional lo ha cambiado todo. "Un país con el que tenemos mucho interés, pero que tenemos trabas comerciales, es Marruecos", señala Sánchez Puerta.
Las organizaciones agrarias se encuentran trabajando con el Gobierno para revertir esta situación y conseguir que España pueda competir con Estados Unidos. "Les estamos pidiendo que nuestra almendra pueda ser muy competitiva en aquel mercado", apunta el director general de Dcoop, aunque reconoce que la decisión definitiva se debe tomar desde Bruselas.
Habida cuenta de la fuerte demanda internacional y las oportunidades de negocio que se están abriendo, siguen ampliándose cada año las plantaciones de almendros, consiguiendo situarse como el quinto cultivo con mayor extensión en el territorio nacional, solo por detrás del olivo, los viñedos, la cebada y el trigo. En los últimos diez años, las tierras dedicadas a este fruto se han incrementado en un 34%, hasta superar las 765.000 hectáreas en 2023, según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (ESYRCE) elaborada por el Ministerio de Agricultura.
El almendro es el quinto cultivo con mayor extensión en el territorio nacional, solo por detrás del olivo, los viñedos, la cebada y el trigo
Las producciones van variando cada año, en función de las condiciones meteorológicas, como sucede con cualquier cultivo. Los últimos datos del Ministerio de Agricultura son de la campaña 2022-2023, cuando se recolectó un 33% menos que la temporada anterior debido a las fuertes y prolongadas sequías que asolaron los campos del sur de la península, donde se encuentra la mayor parte de la superficie de almendros.
Gracias a las lluvias y a la entrada en producción de los nuevos cultivos, que suelen tardar alrededor de cuatro años en dar fruto, la situación habría mejorado durante la campaña 2023-2024. Aunque aún no hay datos del Gobierno, las organizaciones agrarias (Asaja, COAG, Cooperativas Agro-alimentarias de España y Aeofruse) apuntan a un aumento del 10% respecto a la pasada cosecha y del 41% en comparación con la media de los últimos cuatro años.
La intención es de los productos españoles es entrar cada vez en más mercados. La última oportunidad se está abriendo en India, que es el mayor importador del mundo de almendras con cáscara. Hasta allí ha llevado también su producto Dcoop, aunque no consigue escapar de la competencia estadounidense. Sobre todo después de que hace un año se eliminasen los aranceles que tenían algunos frutos secos norteamericanos en este país. Pero la industria nacional promete dar la batalla.
La almendra se ha convertido en una destacada arma de las guerras comerciales. Este fruto seco es indispensable en la tradición culinaria de diferentes culturas y países como China y Marruecos lo utilizan para tensar las relaciones internacionales, imponiendo aranceles a su importación. En el caso de la nación asiática, España se ve beneficiada, robando mercado a Estados Unidos. Pero sucede justo lo contrario en el reino del norte de África, donde es el producto nacional el que se ve perjudicado.