Los bancos matan el proyecto de un banco malo de pymes con la opa de BBVA a Sabadell

La opa hostil de BBVA al Sabadell ha dado la puntilla definitiva al proyecto de un banco malo de pymes. La idea, que ya estaba congelada y herida, ha acabado enterrada, según fuentes financieras, dando al traste con un trabajo que se inició en 2022 con la contratación de DoValue, Deloitte y PwC.

A la vuelta del verano, los bancos han matado definitivamente la idea de tener una especie de Sareb para pymes. Es decir, la posibilidad de crear una sociedad o fondo que gestione los créditos dudosos de pequeñas y medianas empresas para que haya un trabajo más eficiente con ellos, descongestione los equipos de recuperaciones y ventas de carteras de la banca, y evite que haya un aumento de morosidad en los balances.

Los bancos iniciaron el estudio del proyecto en 2022 de la mano de DoValue, dueña en España de Altamira, para desempolvar una vieja iniciativa de 2015, el Proyecto Phoenix, y fijarse en el fondo italiano Efesto, que gestiona exposición de 500 millones de euros de varios bancos locales a pymes morosas.

Hace algo más de un año, los bancos y DoValue, como principal asesor de la operación, ficharon a Deloitte y PwC para realizar un análisis más pormenorizado del riesgo en pymes y buscar así una fórmula que contentara a los grandes bancos para lanzar la plataforma. Meses después de estudio, el proyecto quedó en stand by, y tras varios intentos desde los asesores y reticencias desde la banca, ha acabado por morir tras el verano.

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La preocupación por la morosidad, que se disparó tras el covid y se ha mantenido hasta ahora, se ha ido disipando. Desde el confinamiento de 2020 y la inyección masiva de financiación bancaria, con 100.000 millones solo en préstamos con aval del ICO, ha habido miedo a que aumente la morosidad en las pymes. El shock de inflación y la subida de tipos de interés alentó este temor.

Por ello, el proyecto ha estado en estudio y con posibilidades hasta ahora. La reducción de la inflación y el giro monetario del Banco Central Europeo (BCE), con los primeros recortes de tipos, en un contexto en el que hay crecimiento económico en España y aguantan el empleo y el consumo, han disipado el miedo a la morosidad en la banca.

Aunque ya no se espere un aumento significativo, siempre hay impagos recurrentes que podrían gestionarse de forma más eficiente a nivel sectorial. Pero no hay urgencia por crear una plataforma con préstamos tóxicos de varios bancos, y las entidades siempre se han mostrado reticentes con compartir datos.

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Para los bancos, colaborar y compartir información sensible a nivel de negocio es un hándicap a la hora de afrontar un proyecto como este. En 2022 había un incentivo que ya no existe por las perspectivas de morosidad y crecimiento económico.

El ambiente entre los bancos se ha enrarecido más en los últimos meses con la opa hostil de BBVA al Sabadell y el aumento de tensión entre las directivas, lo que ha terminado de dinamitar la posibilidad de que se avanzara en un proyecto conjunto para gestionar créditos dudosos.

Si ya es difícil que las entidades se pongan de acuerdo para compartir estrategia e información en la gestión y recuperación de préstamos impagados, sea el nicho que sea, más complicado es cuando dos de los grandes bancos están enfrentados en una operación corporativa.