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Brookfield renuncia a la mayoría en Grifols, pero dejará a la familia al margen del control
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Valora el grupo en 7.000 millones

Brookfield renuncia a la mayoría en Grifols, pero dejará a la familia al margen del control

El fondo canadiense estará lejos de controlar más del 50% de la multinacional de hemoderivados si prospera la opa de exclusión pero los fundadores tampoco podrán mandar

Foto: El presidente de Grifols, Thomas Glanzmann, y el CEO, Nacho Abia. (EFE/Quique García)
El presidente de Grifols, Thomas Glanzmann, y el CEO, Nacho Abia. (EFE/Quique García)
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El fondo de inversión canadiense Brookfield renuncia a tener la mayoría en Grifols una vez que presente su opa de exclusión, pero no piensa dejar que la familia fundadora pueda ejercer de árbitro en el seno del consejo, en concreto, para garantizarse una ventana de salida, según han explicado fuentes financieras conocedoras del diseño del vehículo que están armando los Grifols con el fondo. En este momento, el valor para la empresa de hemoderivados se fija en algo más de 7.000 millones, según fuentes financieras conocedoras del diseño de la operación.

Brookfield busca reducir el riesgo, y para eso está contactando con fondos soberanos de Oriente Próximo, según ha adelantado Bloomberg, para compartir la inversión, a un precio que rondaría los 11 euros por título.

Sin embargo, la cotización sigue por debajo de ese precio. De hecho, ayer cayó ligeramente y se colocó en poco más de 10 euros por acción. La operación de sacar a Grifols del mercado de renta variable no entusiasma debido a la baja valoración que tendría una opa de exclusión y porque Brookfield cada vez pone condiciones más difíciles para su ejecución.

Al nuevo inversor se le pide que asuma unos 2.000 millones de inversión, casi lo mismo que se valoraría el paquete de la familia Grifols, que en este momento suma el 31%. Eso colocaría a Brookfield en la operación resultante con cerca del 40%, es decir, lejos del control de la mayoría.

Al nuevo inversor se le pide que asuma unos 2.000 M de inversión, casi lo mismo que se valoraría el paquete de la familia Grifols

Sin embargo, esta cuestión no es tan relevante para los canadienses como asegurarse una ventana de salida. En el vehículo que están configurando los ofertantes y en el que también se daría entrada a este fondo soberano, se acordaría una cláusula de derecho de arrastre, que en términos anglosajones se denomina "drag along", y que en la práctica significa que una vez que Brookfield quiera vender como socio con más acciones, el resto debe acompañarlo y no puede desprenderse de sus títulos por su cuenta. Con esto, los canadienses se garantizan el control de una ventana de salida para su inversión cuando pasen unos años.

Más condiciones

Pero no son las únicas condiciones que quiere imponer a las familias fundadoras de Grifols. También pretenden que en la junta se modifiquen los estatutos para cambiar la norma que estipula que, en caso de oferta, las acciones de clase B, que carecen de derechos políticos –no tienen derecho a voto en la junta–, se deben pagar al mismo precio que las acciones de clase A. Las acciones de clase B suponen el 38% del capital, según informa la propia Grifols en su página web.

Ayer la acciones B de Grifols cotizaban con un descuento del 18% sobre las A

Ayer, mientras que las acciones de Grifols cotizaban por encima de los 10 euros, las B estaban en 8,27 euros, lo que supone un descuento del 18%. Esta diferencia la quieren aprovechar Brookfield y la familia Grifols para reducir el coste de su opa de exclusión, a pesar del blindaje que se establece en los estatutos de la compañía.

Resistencia legal

Esta eventualidad podría derivar en problemas legales, ya que se ha anunciado en Los Ángeles que el bufete The Schall Law Firm estaría preparando una demanda colectiva contra Grifols por posible ocultación de información, según apuntan fuentes financieras.

La compañía está rodeada de pleitos, ya que a su vez también se ha querellado contra Gotham City Research y su ataque bajista a principios de año. Eso colocó a Grifols en una situación delicada que en la práctica la ha expulsado de la bolsa, si al final se concreta la opa de exclusión que plantea Brookfield. Si Brookfield acaba retirándose de la operación, se prevé que el valor caería mucho más.

El fondo de inversión canadiense Brookfield renuncia a tener la mayoría en Grifols una vez que presente su opa de exclusión, pero no piensa dejar que la familia fundadora pueda ejercer de árbitro en el seno del consejo, en concreto, para garantizarse una ventana de salida, según han explicado fuentes financieras conocedoras del diseño del vehículo que están armando los Grifols con el fondo. En este momento, el valor para la empresa de hemoderivados se fija en algo más de 7.000 millones, según fuentes financieras conocedoras del diseño de la operación.

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