Nuevo fraude con las gasolineras: crean deudas ficticias para cargarse a la competencia

Nuevo fraude que atenta contra el negocio de pequeños operadores de hidrocarburos que suministran a las gasolineras que están fuera del circuito de las grandes petroleras. Más allá de Repsol, Cepsa y BP, que refinan su producto en España y alimentan a sus estaciones de servicio, hay una pequeña y apetitosa parte del negocio que ha atraído a empresarios que aprovechan los resquicios y agujeros del sistema para expulsar con prácticas dudosas a la competencia. Su modus operandi no deja de innovar y sorprender al Ministerio de Hacienda.

Su última artimaña es acabar con sus competidores creando deudas ficticias en el registro de la Agencia Tributaria para algunos de los 300 operadores de hidrocarburos que trabajan en España. Pequeños operadores se están encontrando con que se están presentando, de forma fraudulenta, reconocimientos de deuda en su nombre. Estas deudas ficticias que se incorporan a la base de datos de la Agencia Tributaria impiden que puedan obtener el certificado de estar al corriente de pagos con Hacienda, un documento que exigen las estaciones de servicio para comprar carburante y evitar problemas con futuras inspecciones fiscales. Las gasolineras no se quieren arriesgar a comprar diésel o gasolina sin este certificado por el riesgo de que la Inspección las haga responsables subsidiarias si hay fraudes con Hacienda.

Las presentaciones de reconocimiento de deuda se están llevando a cabo por colaboradores sociales, que son abogados y economistas colegiados que se dan de alta en un censo de la Agencia Tributaria para actuar en nombre de sus clientes. El objetivo es facilitar la interacción con la Agencia Tributaria, pero no se exige que se demuestre que se actúa, en efecto, en representación de un cliente. En estos casos, están presentando reconocimientos fraudulentos de deuda. Los colaboradores que aparecen en las solicitudes aseguran que no han sido ellos, y que alguien habrá suplantado su identidad haciéndose con sus claves. No está claro quién está detrás del fraude, si son empresarios quitándose a la competencia o hay una red mafiosa actuando de forma coordinada.

En un documento al que ha tenido acceso este medio, un colaborador social reconoce una deuda de una empresa suministradora de carburantes a gasolineras de 25 millones de euros. El problema no es que vaya a tener que pagar esta cantidad a Hacienda, porque es fácil demostrar que no existe tal deuda. La clave está en que como esta deuda aparece en el sistema tecnológico de la Agencia Tributaria, la empresa ya no puede obtener el certificado de estar al corriente de pagos con Hacienda, y las estaciones de servicio dejan de comprar producto. Es decir, se queda fuera del mercado hasta que haya solución. Varios operadores llevan con este impedimento desde julio. Desde el despacho Babot-Aranguren, que trabaja con algunos operadores, han denunciado esta situación ante distintos organismos con objeto de que se tomen medidas inmediatas para evitar que vuelvan a repetirse estos actos.

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Es el segundo tipo de fraude que se produce en 2024 en torno a los operadores de hidrocarburos para sacar a competidores del mercado. La primera vez, antes del verano, fue más sencilla y directa. Un colaborador social solicitó la baja de siete operadores en el Registro de Extractores de Depósitos Fiscales (Redef), necesario para estar en el mercado. Hacienda cursó la baja y, cuando supo del fraude, anuló las bajas y se comprometió a revisar el sistema, pero aún no ha dado respuesta al reconocimiento ficticio de deudas. Desde la Agencia Tributaria reconocen que existe este fraude y que se está analizando para "tomar decisiones en breve".

En el sector insisten en que tienen muy localizados a los culpables de estas prácticas que están haciendo perder millones de euros a pequeñas y medianas empresas que buscan hacerse un hueco en un mercado muy competitivo, y que está formado por cerca de 300 operadores al por mayor de productos petrolíferos, según el registro de la CNMC. Los sospechosos son los mismos que pusieron contra las cuerdas este año a la Agencia Tributaria con las bajas del Redef, un registro que busca evitar el fraude de IVA en el sector del alcohol y los hidrocarburos. Aunque no es obligatorio, todos los operadores están en el Redef porque si no, los depósitos fiscales donde se almacena el combustible serían responsables subsidiarios en caso de un fraude posterior.

La Agencia Tributaria recuperó a esos operadores y, desde entonces, no tramita la solicitud de baja inmediata tras este percance. Por ello, los defraudadores han encontrado esta vía del reconocimiento de deuda para seguir castigando a sus competidores más pequeños, mientras golpean a los grandes con el fraude del IVA.

El fraude sigue tras la operación Fuel

La práctica ilícita más sonada en el sector de los carburantes es el fraude del IVA. Según los cálculos de las grandes empresas, cerca de 1.200 gasolineras logran vender por debajo de precio de coste con un ahorro de 1.000 millones de euros de este impuesto. Un asunto que afecta, principalmente, al negocio de los grandes operadores, Repsol o Cepsa, que ven cómo pequeños competidores, sin infraestructura ni capacidad de refino, consiguen ofrecer en sus monolitos gasolina a un precio insuperable.

La operaciones de la Agencia Tributaria siguen sin evitar el fraude del IVA

Su estrategia es más que conocida por Hacienda y el resto del sector. Los operadores y distribuidores fraudulentos simulan ventas de hidrocarburos a sociedades propias creadas ex profeso para llevar a cabo esta trama y esquivar el IVA. El siguiente paso es revender el producto a operadores de gasolineras a muy bajo precio o incluso a pérdida, lo que se pueden permitir porque no soportan el IVA en la compra ni repercuten el IVA en la venta, después desaparecen del mercado sin realizar la liquidación.

Una práctica que llevó a la Agencia Tributaria a personarse en más de 400 gasolineras en la operación denominada Fuel. Aun así, desde el sector mantienen que el fraude continúa y que Hacienda tiene mucho trabajo por delante para acabar con estas prácticas.