¿Un banco público por la puerta de atrás? Sorpresa y malestar en la banca con Correos

Nuevo incendio en las relaciones entre el sector público y la banca española. El presidente de Correos, Pedro Saura, ha anunciado el lanzamiento de un banco el año que viene y ha cuestionado que las entidades privadas cumplan la normativa con las cuentas básicas y el público vulnerable y lleguen a todos los públicos, algo que ha generado indignación, según fuentes financieras.

En el sector hay silencio de forma oficial, como es habitual cuando hay mensajes de este tipo desde el Gobierno o su entorno, en este caso desde el socialista Pedro Saura, designado a finales de 2023 como presidente de la empresa pública Correos. El exsecretario de Estado, y antes portavoz socialista de Economía en el Congreso, anunció este lunes en una entrevista con Expansión que la empresa prevé lanzar un banco en 2025. Desde la empresa pública reconocen a El Confidencial que esta iniciativa ha surgido desde dentro del mismo Correos y se "está desarrollando internamente", sin subcontratar a grandes consultoras, como han hecho en otras ocasiones.

Saura dijo que está previsto crear una entidad de dinero electrónico, para lo que se pedirá la autorización al Banco de España, con el objetivo de recuperar "los antiguos valores de la Caja Postal" y atender a la parte de la población española en riesgo de exclusión financiera. En este sentido, aseguró que en la práctica no todo el mundo tiene derecho a tener una cuenta bancaria básica, y que con Correos será así y se cumplirá la ley. La antigua Caja Postal desapareció en 1991 al integrarse en Argentaria, que luego dio lugar a BBVA al fusionarse con BBV.

Las reacciones, siempre off the record, han sido de sorpresa y malestar en el sector bancario. No se entiende que el Gobierno vuelva a tantear la posibilidad de un banco público, aunque los ejecutivos consultados apuntan a que se necesita más información sobre este proyecto. Una cosa es lanzar cuentas con tarjetas prepago, y otra gestionar depósitos como una entidad bancaria. Porque Saura habla de entidad de dinero electrónico, pero también de remunerar depósitos. Y solo las entidades de crédito pueden captar fondos reembolsables (recibir dinero del cliente con el compromiso de devolvérselo en las condiciones acordadas). Es decir, la banca tradicional. Otra cosa es que se introduzca dinero en una cuenta para operar, como si fuera una tarjeta prepago.

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Las entidades de dinero electrónico pueden emitir dinero electrónico, prestar, gestionar pagos y realizar otros servicios financieros, pero no captar depósitos. Un portavoz de Correos señala que el objetivo es crear una entidad de dinero electrónico (EDE) para "convertirse en un emisor de dinero electrónico y ofrecer servicios financieros básicos". Entre ellos estaría la realización de pagos en comercios físicos y online o la retirada de efectivo con tarjetas prepago, además de realizar transferencias con la contratación de un IBAN, cobrar la nómina o pensión y domiciliar pagos.

Es decir, los servicios de una cuenta de pagos básica. Por eso Saura citó a la antigua Caja Postal, para enfocarse en la inclusión financiera. "Correos busca facilitar la accesibilidad a servicios financieros básicos a todos los ciudadanos del territorio español y combatir la brecha digital", aseguran en la empresa pública.

Las cuentas básicas nacen de una directiva europea ante la preocupación de Bruselas por la exclusión financiera de parte importante de la población en países del Este de Europa. Un informe de Deloitte de 2020 sobre cuentas básicas mostró que España es uno de los países con mayor inclusión financiera, que el coste es fijo y menor que en otros países, que permite hacer el grueso de servicios, incluyendo pagos instantáneos, y era el único país con la posibilidad de cuenta digital cuando se trata de cuentas básicas.

Exclusión financiera

Aun así, hay cierto riesgo de exclusión financiera en España. El instituto económico valenciano IVIE repasa anualmente el número de municipios de más de 500 habitantes sin punto de acceso presencial a servicios bancarios. En junio de 2024 eran 83 municipios, un 66% menos que los 243 de 2021, y la población excluida ha caído en un 67%, a 70.001 habitantes.

Además de iniciativas de la banca tradicional, también hay nuevos proyectos como el de Nickel, de BNP Paribas, que vio la misma oportunidad o necesidad que asegura Pedro Saura que existe. Nickel es una entidad de pagos que ofrece los servicios típicos de una cuenta corriente, como domiciliar ingresos o nóminas, hacer transferencias o tener tarjeta de débito. Lo que no puede es tener descubiertos, dar crédito o remunerar depósitos.

Nickel trabaja con estancos y administraciones de lotería, principalmente. Cuenta con 2.100 puntos de acceso en los que se puede abrir cuenta o sacar dinero, y tiene como objetivo llegar a 2.500 en 2025. En Francia lleva 10 años, con 3,5 millones de clientes, y en España se lanzó antes del covid. También está en Bélgica, Portugal y Alemania. La cuenta tiene un coste fijo de 25 euros anuales, y se puede abrir con DNI o pasaporte. Los clientes suelen tener dificultades para acceder a una sucursal bancaria por horarios o por no haber una cerca. O quieren evitar las comisiones de una cuenta tradicional por no tener ingresos recurrentes o contratar otros productos. También hay un público que prefiere la sencillez, como inmigrantes. Y hay parte de la clientela que está en situación de vulnerabilidad económica, pero evita optar por una cuenta básica en la banca tradicional, ya sea por dificultad para ir a la oficina, por evitar la burocracia de los documentos que solicitará el banco, o por no querer compartir información de patrimonio e ingresos.

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Es decir, la experiencia de Nickel, que alcanzó los 100.000 clientes en España el año pasado, la mayoría como cuenta bancaria principal, demuestra que hay una pequeña parte de la sociedad que no trabaja con la banca tradicional. En la mayoría de los casos no es un problema de incumplir leyes, como ha insinuado Saura, sino de perfiles que ven más sencillo o adecuado evitar a la banca tradicional.

El mensaje del presidente de Correos mezcla la intención de atender a personas en situación de vulnerabilidad con aquellas que, por edad o por situación geográfica, tienen riesgo de exclusión financiera por la brecha digital. En ambos casos, los bancos han llegado a acuerdos en los últimos años con el Gobierno ante el cierre masivo de oficinas desde 2008.

Los bancos han llegado a acuerdos en los últimos años con el Gobierno ante el cierre masivo de oficinas desde 2008

En el sector ha molestado que se cuestione que la banca incumple la ley, ya que permite la apertura de cuentas básicas cuando la persona en cuestión no tiene otra cuenta y acredita estar en situación de vulnerabilidad. Asimismo, los bancos defienden que han mantenido compromisos para evitar desatender a la población rural y para mantener la atención a los mayores de forma presencial en los últimos años. CaixaBank, por ejemplo, ha mantenido oficinas en municipios donde es el único banco, tras la fusión con Bankia, compromiso que también abandera BBVA si consigue comprar Sabadell, para intentar que Economía cambie su parecer y apruebe en el futuro, si llega a producirse la adquisición, que los dos bancos se fusionen.

Incluso Correos tiene acuerdos con bancos como Santander, CaixaBank, Ibercaja, Mediolanum, Triodos o EVO con el servicio de Correos Cash, para la retirada de efectivo en cualquiera de las 2.400 oficinas de Correos. Además, en marzo lanzó un servicio de entrega de dinero a domicilio en España con BBVA.

Por este tipo de acuerdos, ha sorprendido la iniciativa de Saura y, sobre todo, el punto crítico hacia la banca para justificar el lanzamiento de la entidad de dinero electrónico. Los bancos aseguran cumplir con la normativa de cuentas básicas, llevan años con iniciativas como oficinas móviles, agentes financieros o evitar el cierre de sucursales en municipios donde se han quedado solos, y tienen un protocolo de atención a mayores tras la polémica de hace dos años con el valenciano Carlos San Juan, impulsor de la campaña 'Soy mayor, no idiota'.