Escrivá y la otra piedra en el camino para la banca y para la opa de BBVA al Sabadell
La banca se ha puesto de perfil ante el nombramiento del ministro como gobernador del Banco de España, pero eso no significa que sean buenas noticias para el sector
En pocos ámbitos ha gustado el nombramiento de José Luis Escrivá, hasta ahora ministro, como gobernador del Banco de España. Y tampoco en el sector financiero, aunque se ha puesto de perfil en el intento de evitar tener nuevos enemigos en el difícil camino de mejorar su reputación, su relación con el Gobierno e intentar evitar el impuesto especial o minimizarlo. Tampoco ayuda a BBVA.
La presidenta del Santander, Ana Botín, intentó ser políticamente correcta y evitó valorar el nombramiento: "Es una posición muy importante para el sector financiero español y para España". "Seguiremos colaborando como siempre". "Le deseo lo mejor". Frases que evitan valoraciones sobre su designación.
Lo que se percibe en la banca es que es una persona cercana a las posiciones del Gobierno, que ha sido especialmente beligerante con el sector. Tanto en sus discursos, criticando primero los recortes de empleo y, después, los beneficios récord, como en sus actos. Moncloa estableció un impuesto especial que quiere hacer permanente a partir del año que viene.
Está por ver si el Gobierno será capaz de sacar adelante los Presupuestos de 2025 o alguna Ley que permita fijar el tributo, pero en los bancos hay cierto pesimismo. Se da por hecho que el Ejecutivo de Pedro Sánchez encontrará la fórmula para mantener un impuesto por el que Hacienda recaudó 1.263 millones el año pasado, con cargo a los resultados de 2022, y la cifra será mayor este año.
Hasta ahora, el Banco de España había mantenido una posición alejada del impuesto. Pero aunque había evitado pronunciarse explícitamente a favor o en contra, sí había propuesto reformas que serían menos gravosas para la banca y que servirían para que no se penalice el crédito a las pymes y se refuerce la solvencia de las entidades, en vez de la recaudación de la Agencia Tributaria.
Y aunque la opinión del Banco de España ni ha sido ruidosa ni es vinculante, siempre se escucha. A los bancos les cuesta imaginar que el supervisor, con Escrivá a los mandos, se ponga ahora a criticar el impuesto o a pedir modificaciones en una línea contraria a la que defiende el Consejo de Ministros que acaba de dejar el nuevo gobernador.
El propio Escrivá, cuando estaba al frente de la AIReF, se mostró contrario a las tesis que defendía entonces la patronal bancaria, AEB, sobre que un impuesto aumentaría el coste del crédito porque se trasladaría al cliente. Finalmente, la normativa lo ha impedido. Pero ya en aquel momento el ex presidente de la AIReF sostuvo que no es algo evidente, porque dependería de la elasticidad de la oferta y la demanda. Es decir, la necesidad de las familias por pedir préstamos y por moverse de una entidad a otra, frente al apetito de los bancos por prestar.
"A los bancos les cuesta imaginar que el supervisor, con Escrivá a los mandos, se ponga ahora a criticar el impuesto"
No hay dudas sobre las capacidades técnicas de Escrivá y su labor como supervisor. Aunque las entidades más significativas son supervisadas directamente desde el Banco Central Europeo (BCE), el BdE supervisa a bancos de menor tamaño y tiene influencia en los más grandes. Prueba de ello, haber establecido el colchón de capital anticíclico (CCA), un regalo envenenado de despedida de Pablo Hernández de Cos que se daba por hecho.
Pero no gusta que haya una voz próxima a un Ejecutivo que ha sido agresivo con los bancos, pese a que ha sido uno de los momentos de la historia con más colaboración entre las partes. Tanto por los créditos ICO como por medidas como los compromisos de atención a los mayores o el Código de Buenas Prácticas para hipotecados con problemas financieros. Aunque se espera que siga la cooperación, hay temor a que el Banco de España se una a las voces críticas con la banca. O, al menos, que no sea un dique frente a los mensajes negativos.
Y luego está BBVA y su opa. Es conocido en el sector que Escrivá salió de BBVA tras un periodo de encontronazos en La Vela con el ahora presidente, Carlos Torres, e impulsor de la opa hostil sobre el Sabadell. El Banco de España se ha limitado a evaluar positivamente la solvencia en su informe elevado al BCE, que ya ha autorizado la compra.
A partir de ahí, el Banco de España no tiene responsabilidad en el proceso. Pero eso no quiere decir que pueda deslizar mensajes que entorpezcan o refuercen el rechazo que ha mostrado Moncloa, y que ha reiterado el ministro Carlos Cuerpo en varias ocasiones, a la operación. BBVA, si compra Sabadell, necesitará la autorización del Gobierno para fusionar las entidades.
Hasta ahora, el Banco de España no ha dicho nada. Eso sí, Hernández de Cos, sin hablar de nombres propios, dijo en el Congreso que quizás sea momento de evaluar el grado de competencia actual de la banca después de una década de fusiones. Es un cambio significativo en el relato, que hasta ese momento era pro concentración para reforzar los niveles de solvencia y eficiencia.
Habrá que ver si hay futuros mensajes del Banco de España que refuercen el ruido político contrario en las primeras semanas a la opa, o si se mantendrá al margen. Desde luego, si ocurre esto último, no será porque Escrivá esté alejado del Gobierno y tenga buena relación con Torres.
Escrivá fue responsable del servicio de estudios de BBVA, el más grande y notorio de la banca española. Después de varios años en el BCE, Escrivá fue economista jefe y director del servicio de estudios de BBVA entre 2004 y 2010. En 2008, Carlos Torres fue nombrado director de Estrategia y Desarrollo corporativo de BBVA, y Escrivá pasó a depender de él, porque el servicio de estudios se puso bajo el paraguas de Estrategia.
En el organigrama, Escrivá dependía de Torres, y hubo varios choques. Sin ninguna afinidad y tras algunos encontronazos, según fuentes conocedoras, BBVA nombró a José Luis Escrivá director del área global de negocio con gobiernos y organismos, cargo que ocupó entre 2010 y 2012 y que no aparece en el currículum publicado en Moncloa, en el que hay un hueco entre 2010, cuando deja de ser jefe del servicio de estudios de BBVA, y 2014, cuando preside la nueva AIReF.
En pocos ámbitos ha gustado el nombramiento de José Luis Escrivá, hasta ahora ministro, como gobernador del Banco de España. Y tampoco en el sector financiero, aunque se ha puesto de perfil en el intento de evitar tener nuevos enemigos en el difícil camino de mejorar su reputación, su relación con el Gobierno e intentar evitar el impuesto especial o minimizarlo. Tampoco ayuda a BBVA.