El BCE deja a la CNMV como juez para el futuro de la opa hostil de BBVA al Sabadell
El banco central da el plácet, como se esperaba, a la operación que intenta BBVA. Ahora falta por ver si la CNMV esperará a la CNMC
BBVA sigue cumpliendo hitos, dentro del calendario que anunció en mayo, para intentar la compra del Sabadell mediante una opa hostil. El Banco Central Europeo (BCE) ha confirmado su no oposición y ha dejado en el tejado de la CNMV los siguientes pasos.
El plácet del supervisor europeo, que ya había advertido que se basa en criterios, únicamente, de solvencia, se daba por hecho. Se preveía para después del verano y ha llegado rápido, este jueves, tal y como confirmó BBVA ante la CNMV.
El siguiente paso para BBVA es que la CNMV autorice la opa. BBVA debe preparar un folleto de opa y presentárselo al regulador, que tendrá que revisarlo y podrá aprobarlo en cualquier momento una vez que existe el visto bueno del BCE. El organismo que preside Rodrigo Buenaventura queda ahora en el foco porque debe decidir si opta por la vía rápida o espera a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Para que se cumplan los planes de BBVA y pueda comprar Sabadell y fusionar las entidades, además de contar con el apoyo mayoritario de los accionistas de la entidad catalana, se necesitan despejar dos incertidumbres. Una es el dictamen que haga la CNMC. Otra, que el Gobierno autorice la fusión si hay compra, y hasta ahora ha expresado su rechazo a la operación.
Nadie duda de que la CNMC aprobará la operación, la cual ya está analizando con la metodología de códigos postales que usó con CaixaBank y Bankia, pidiendo datos a ambos bancos. La incertidumbre gira en torno a los plazos, ya que podría hacerlo en fase uno o pasar a fase dos por querer un análisis más detallado, retrasando la decisión. También podría exigir requisitos o compromisos que afecten a la rentabilidad de la compra y fusión (remedies).
En el último precedente, la fusión de CaixaBank y Bankia, la CNMC se demoró ocho meses pese a que iban de la mano y la fusión se aprobó en fase uno. Ahora, es probable que se vaya a fase dos por la mayor concentración en la banca española, y no es una operación acordada o entre entidades amigas.
Banco Sabadell prepara todo su arsenal para cuestionar los números de BBVA y convencer con los propios a los accionistas
Sabadell prepara todo su arsenal para cuestionar los números de BBVA y convencer con los propios a los accionistas. También quiere mantener la llama viva de la oposición política a la opa, presumiendo de financiación a pymes y de su presencia en Cataluña o Comunidad Valenciana, donde es probable que hubiera importantes recortes de empleos y oficinas si acaba produciéndose la fusión.
El banco catalán también busca fórmulas para intentar convencer a la CNMV a que espere a la CNMC. BBVA, por lo pronto, quiere que se cumplan los plazos que presentó en mayo y que el periodo de aceptación llegue cuanto antes. La entidad vasca trabaja en un folleto que será revisado por la CNMV y estudiado con lupa por Sabadell ante la posibilidad de que se cuestionen los cálculos de las sinergias y costes de reestructuración y queden claros los riesgos de ejecución por la posible negativa de Moncloa a la fusión.
La institución que preside Rodrigo Buenaventura será un juez clave en la operación. Si opta por la vía rápida, habrá incertidumbre en torno a la futura decisión de la CNMC y el potencial impacto en la rentabilidad de la compra y posible fusión. Pero si opta por esperar a Competencia, mantendrá sine die el proceso sin saberse cuánto durará, con la tensión en ambos bancos y con la cotización condicionada en dos valores importantes del Ibex.
La oferta del banco presidido por Carlos Torres consiste en una acción de BBVA por cada 4,83 del Sabadell, lo que llevaría a los accionistas del banco catalán a hacerse con un 16% del vasco. La prima es del 30% respecto a los precios de cierre del 29 de abril, antes de conocerse las intenciones de BBVA. Ahora, la prima se encuentra en el 2,2%. Es decir, casi se ha evaporado.
Hay dos explicaciones posibles para esto y cada entidad defiende la suya. La del banco opante, que el mercado descuenta que la operación va a salir, y los inversores, sobre todo institucionales con fondos de arbitraje a la cabeza, se posicionan. La del banco opado, que Sabadell ha subido como sus pares y BBVA ha sufrido por su exposición a México, como les ha ocurrido a bancos mexicanos. La realidad está entre medias, aunque es difícil saber a qué extremo se acerca.