Vacaciones a crédito: los préstamos al consumo suben al mayor ritmo desde el año 2006

La demanda de crédito está aumentando y los bancos están abriendo el grifo al mayor ritmo de los últimos tres años. Y más aún de cara al verano, cuando muchas familias han financiado viajes y compras en lo que ha sido el mayor aumento del volumen de préstamos al consumo en un mes de junio desde 2006, en plena burbuja inmobiliaria y de crédito.

Los datos del Banco de España confirman la tendencia de los hogares a tirar de financiación si hace falta para mantener su nivel de consumo y disfrutar del periodo estival tras el shock del covid y, posteriormente, el aumento de la inflación y de los tipos de interés. España está más cara que nunca, y también volar fuera, pero eso no impide a los españoles moverse.

Más aún cuando, después de dos años de reducción del stock de crédito, los bancos quieren aumentar sus volúmenes de préstamos. Y, además, han limpiado sus balances a marchas forzadas y tienen exceso de capital para poder crecer sin estropear sus ratios de solvencia o morosidad.

En junio, el volumen de crédito al consumo aumentó en 2.063 millones, hasta los 44.859 millones. Junio suele ser un mes de aumento de los préstamos al consumo para financiar vacaciones, principalmente, aunque también algunas compras relevantes. Desde el coche a estrenar en verano a una nueva nevera o la compra e instalación de un equipo de aire acondicionado.

Sin embargo, no había aumentado tanto el crédito al consumo en un mes de junio desde 2006, antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y de financiación de todo tipo que hubo entonces en España. La sensación general de que las zonas habituales de vacaciones en España están llenas, especialmente en el norte, donde hay más afluencia de españoles que de extranjeros, se explica en parte por la financiación bancaria.

El crédito al consumo se produce pese a que en junio es usual que las familias tengan más liquidez por las pagas extra, que engordan los depósitos y cuentas corrientes. Aun así, muchos hogares han tenido que tirar de préstamos al consumo para poder irse de vacaciones, tras la inflación acumulada de los dos últimos años, que se ha dejado notar, especialmente, en la hostelería.

La hostelería y la restauración, de hecho, cada vez tienen más importancia en la economía española. No solo por el impacto del turismo en el PIB, con el tradicional y creciente gasto de turistas nacionales y la llegada de extranjeros, sino porque aumentan el peso en la cesta de la compra. Hoteles, cafés y restaurantes ya suponen el 13,9 % del gasto de las familias.

Aumento de la financiación bancaria

Los bancos no solo han disparado el crédito al consumo, sino todo tipo de préstamos. En los informes trimestrales de la banca cotizada ya se han visto aumentos significativos de la nueva producción de hipotecas y préstamos a empresas.

Así, en junio el stock de crédito total aumentó en 19.181 millones, hasta los 1,139 billones (millones de millones) de euros. En este caso, es el mayor incremento desde junio de 2021, lo que muestra que la banca tiene apetito por conceder financiación. Por otro lado, hay una recuperación de la demanda después de dos años de retroceso por la subida de tipos de interés y la incertidumbre en las perspectivas económicas ante el golpe que supuso la inflación a muchas familias y empresas.

Este aumento del crédito ha venido acompañado de un desagüe de activos tóxicos por parte de los bancos para limpiar el balance. Las entidades vendieron carteras en junio para salir mejor en la foto de los resultados trimestrales y elevar el margen para conceder nuevos préstamos sin que aumente la morosidad en los próximos meses.

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EFE

En concreto, los bancos españoles redujeron los créditos dudosos en balance en junio en 1.241 millones, hasta los 37.831 millones. Los meses de junio y los de diciembre son los que concentran mayores operaciones de este tipo, para que cuente en los resultados semestrales o anuales. Es la caída de dudosos más pronunciada en un mes desde diciembre de 2022, y en un mes de junio desde 2019.

Con el aumento del crédito y la disminución de activos dudosos en balance, la ratio de morosidad del conjunto de la banca española se redujo en junio desde el 3,49 % hasta el 3,32 %, el nivel más bajo desde diciembre de 2008, antes del boom de impagos que provocó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Es decir, los bancos han mejorado su foto ante el impulso del crédito que esperan para los próximos meses. En junio se ha visto un anticipo. En consumo, también ha habido un descenso significativo de los préstamos dudosos, en este caso con un desagüe de 221 millones, hasta 2.883 millones. Es la mayor bajada desde junio de 2022. La ratio de mora ha caído del 7,25 % al 6,43 %, alejándose del 7 %, nivel al que está llegando recurrentemente en consumo.