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La financiación extranjera gana peso y alcanza el 35% en la deuda de las empresas
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La financiación extranjera gana peso y alcanza el 35% en la deuda de las empresas

Cada vez tiene más importancia en el pasivo de las empresas españolas el crédito de bancos extranjeros y fondos de inversión

Foto: Foto: iStock.
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Las empresas españolas están elevando la dependencia de la financiación externa en pleno endurecimiento del crédito por parte de la banca española, al tiempo que rehúyen acudir a los mercados de capitales. El peso de los bancos extranjeros y los fondos en la deuda de las sociedades españolas aumenta y alcanza el 35%, consolidándose en máximos.

La deuda de las empresas españolas se situó en abril en 927.824 millones, lo que supone un descenso de 3.507 millones o del 0,3% menos que el mes anterior, según los datos del Banco de España. En términos interanuales, desciende un 1,7%. Pese a las dificultades por las que atraviesan las empresas ante el incremento de costes o la incertidumbre macro, está habiendo un proceso de desapalancamiento en los últimos meses.

Foto: Cajeros de una oficina bancaria. (EFE/Biel Aliño)

Ante la subida de tipos de interés y el consiguiente encarecimiento de las condiciones de financiación, las empresas tratan de reducir su pasivo. Y están consiguiéndolo. De hecho, han disminuido el volumen de deuda emitida, y también está bajando la deuda bancaria con entidades financieras españolas. Pero la partida que no disminuye es la de préstamos exteriores, que engloba el crédito otorgado por bancos extranjeros y por fondos de deuda o capital riesgo. Así, aumenta el peso de la financiación extranjera en la deuda de las empresas.

Las empresas españolas llevan años diversificando sus fuentes de financiación, lo que ha implicado un incremento de la deuda externa y también de la emisión de bonos u otras obligaciones. Sin embargo, con el aumento de los tipos de interés, han dado un paso atrás con la emisión de deuda, y también han reducido el crédito con sus bancos españoles de cabecera.

La última partida que resiste es la de préstamos exteriores, que incluye solo créditos otorgados desde el extranjero. Es decir, la financiación que puedan dar sucursales en España de bancos extranjeros se incluye en créditos de entidades nacionales. Por lo tanto, aglutina préstamos de bancos extranjeros, como operaciones sindicadas, y fondos.

En este último caso, la financiación alternativa es cada vez más relevante. Fondos de deuda y de capital riesgo han entrado en el pasivo de las empresas españolas cada vez con más frecuencia. Muchos fondos, además, ven ahora una oportunidad de acabar entrando en el capital haciendo M&A a través de la deuda con el nuevo marco concursal, que incentiva las reestructuraciones de deuda con acuerdos entre acreedores, incluyendo la capitalización de pasivo en acciones.

Foto: La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (d), y el gobernador del BdE, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Alejandro López)

Fuentes del mercado recuerdan que con el aumento de tipos de interés, que eleva el coste de los créditos tradicionales, el diferencial con la financiación alternativa se reduce. Los fondos suelen tener más flexibilidad y ser más rápidos para otorgar préstamos en situaciones en las que los bancos necesitan más tiempo o, incluso, no podrían facilitar la financiación por exceso de riesgo concentrado en una empresa, especialmente cuando se trata de refinanciación u operaciones con clientes.

De esta forma, el peso de la financiación extranjera en la deuda total de las empresas vuelve a rozar el 35%, y se consolida en torno a máximos históricos, tras subir medio punto porcentual en los cuatro primeros meses de 2023.

Durante la Gran Crisis Financiera, estaba en el 20%, pero subió hasta el 30% en 2014, y se mantuvo en torno a este nivel durante años

Durante la Gran Crisis Financiera, estaba en el 20%, pero subió hasta el 30% en 2014, y se mantuvo en torno a este nivel durante años, hasta repuntar en 2018 al 34%. Con el despliegue del crédito bancario a través de los ICO durante la pandemia, cayó al 32%, pero ahora está recuperando terreno. En septiembre y octubre, llegó a tocar el 35%, pero se secaron las operaciones a finales del año pasado y el porcentaje volvió a caer. Este año, está volviendo a crecer.

Por otro lado, el peso de la deuda a través de valores emitidos, como bonos o pagarés, sufre un frenazo. Después de una tendencia ascendente con los tipos bajos o negativos, ahora empieza a caer. El grueso del pasivo sigue estando en la banca española, aunque por primera vez podría reducirse a menos de la mitad, lejos ya del 70% de hace una década.

Las empresas españolas están elevando la dependencia de la financiación externa en pleno endurecimiento del crédito por parte de la banca española, al tiempo que rehúyen acudir a los mercados de capitales. El peso de los bancos extranjeros y los fondos en la deuda de las sociedades españolas aumenta y alcanza el 35%, consolidándose en máximos.

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