Es noticia
Huergo (LHH): "La reindustrialización mantiene la economía y la población en zonas con riesgo de desempleo"
  1. Empresas
Marcos Huergo, presidente de LHH España

Huergo (LHH): "La reindustrialización mantiene la economía y la población en zonas con riesgo de desempleo"

El presidente de LHH España incide en la necesidad de promover iniciativas que permitan mitigar el impacto que generan los procesos de desinversión

Foto: Marcos Huergo, presidente de LHH España. (Cedida)
Marcos Huergo, presidente de LHH España. (Cedida)

En las últimas dos décadas, la población en los municipios españoles de menos de 1.000 habitantes ha caído un 8,9%, pasando de concentrar el 4% en 2000 al 3,1% en 2018, según los datos recopilados por epdata. Los datos, negativos per se, pueden deberse a diversos motivos, pero el más importante es la falta de empleo y tejido económico en esas zonas.

Hay algo peor que el hecho de que un pueblo no tenga industria: que en su momento la tuviera y haya dejado de tenerla, ya fuera por el cierre de una fábrica, la caída del negocio o la deslocalización de la producción. Porque, ¿qué pasa cuando un municipio pierde lo que es la fuente de ingresos para una sustancial parte de sus habitantes? El Gobierno de España cuenta con un Plan de Reindustrialización y Fortalecimiento de la Competitividad Industrial, pero eso no evita que, cuando una empresa se va de una localidad, mucha gente pierda su empleo.

Esta circunstancia es la que pretende evitar LHH España, la consultora de soluciones integrales de talento de The Adecco Group, que se dedica a elaborar planes de reindustrialización para mantener los grandes negocios en este tipo de poblaciones y, en caso de no poder, formar a los antiguos empleados para buscarles un nuevo trabajo. Nos hemos sentado con Marcos Huergo, presidente de LHH España, para averiguar en qué consisten estas iniciativas.

PREGUNTA. ¿Qué es un plan de reindustrialización?

RESPUESTA. Es un proceso enmarcado en procedimientos de reestructuración de empresas que conlleva el cierre total o parcial de la actividad. La reindustrialización es la herramienta que permite mantener y generar empleo, diversificar la actividad económica y reducir la dependencia del sector servicios. Estos beneficios no solo son posibles en áreas industriales en transformación, sino que son alcanzables en zonas poco industrializadas, con elevadas tasas de desempleo o con tejido industrial envejecido.

En Francia, la ley insta a la empresa a hacer una reindustrialización o revitalización; en España, no existe marco legal al respecto

Es un proceso inspirado en la legislación francesa [Ley Florange], que insta a las empresas que cierran un centro de producción a poner en marcha un plan de reindustrialización y/o revitalización, en condiciones y tiempo determinados. En España no existe obligación legal de acometer este tipo de procesos y depende de la política corporativa de la compañía y de los acuerdos alcanzados con la representación social.

P. Cuando se lleva a cabo un plan de reindustrialización, ¿cuáles son los pasos a seguir?

R. El proceso arranca de la mano de una empresa especializada, que será la encargada de analizar cuáles son las posibilidades de reutilización de las instalaciones, determinando el tipo de actividades que podrán realizarse en la zona, así como las habilidades y capacidades de la plantilla para trabajar en otros sectores. A continuación, se elabora la documentación técnica y comercial, que serán las herramientas necesarias para poder iniciar la búsqueda de la empresa que retomará la actividad. Así, damos paso a la prospección, identificando potenciales inversores, empresas con planes de crecimiento o expansión que requieran de un nuevo espacio y cuyo plan de negocio suponga la creación de empleo. El proceso culmina con la elección final del nuevo inversor, el proceso de reclutamiento entre los exempleados de la empresa saliente, así como la impartición de la formación necesaria para adaptar los perfiles a las nuevas necesidades.

Para garantizar el éxito del proceso, es fundamental que se consiga la implicación de las distintas administraciones públicas (local, autonómica y estatal) y los agentes sociales y económicos.

P. ¿Qué beneficios aporta a empleados y al territorio en el que tiene lugar?

R. Permite aumentar el valor añadido de la economía local, generar empleo de calidad, mejorar los niveles de innovación y contribuir a mejorar la balanza comercial, dado que se reduce la importación de bienes manufacturados. Al incorporar una nueva empresa al territorio, se genera nuevos puestos de trabajo, directos e indirectos, y más oportunidades de recolocación de los empleados afectados por la reestructuración.

placeholder Marcos Huergo, presidente de LHH España. (Cedida)
Marcos Huergo, presidente de LHH España. (Cedida)

A los territorios, por su parte, les permite continuar la actividad económica, mantener el empleo, diversificar su economía y tener proyectos de futuro para sus ciudadanos. En definitiva, la reindustrialización permite mantener la actividad económica y fijar población en los territorios afectados por procesos de reestructuración empresarial.

P. ¿Puede un plan de reindustrialización evitar la despoblación de una determinada zona y el impacto negativo que puede tener el cierre de una fábrica o industria?

R. Evidentemente. Entre los objetivos de este tipo de planes está mitigar el impacto negativo que supone una desinversión, como son la despoblación, la pérdida de capacidad productiva o el efecto arrastre sobre empresas locales. Con este tipo de planes, estamos promoviendo nuevas iniciativas empresariales, nuevos nichos de empleo y nuevas oportunidades para el entorno. Todo ello supone oportunidades de futuro para la población, evitando movimientos migratorios.

P. ¿Puede ponernos algún ejemplo de planes que ya hayan hecho?

R. Tenemos ejemplos recientes en diferentes entornos y sectores. Un caso es el de la multinacional belga Ardo Foods, propietaria de un centro de producción de verduras ultracongeladas en Marcilla (Navarra), que decidió cerrar en junio de 2021. Nuestro trabajo consistió en la búsqueda de una empresa que pudiese continuar con la actividad y mantener el empleo. La compañía con la que se alcanzó un acuerdo fue Viru Naturally Ahead, uno de los mayores productores de frutas y hortalizas de Perú, con un ambicioso plan de expansión para el sur de Europa que incluía el mantenimiento de todos los empleos, así como la puesta en marcha de nuevos proyectos vinculados a los platos precocinados.

Otro ejemplo es el de Vesuvius, multinacional británica del sector siderometalúrgico, que a finales de 2019 anunció la deslocalización de sus plantas de Miranda de Ebro (Burgos) y Langreo (Asturias). En este caso, debíamos identificar una nueva empresa que no fuese competencia de Vesuvius y que no necesitase contar con equipos o producción. Por nuestra parte, se realizó la búsqueda de los nuevos inversores interesados en poner en marcha una nueva actividad en ambas localizaciones, que fuesen generadoras de empleo en sectores diferentes al de Vesuvius. Finalmente, en Miranda de Ebro fue Tropical Milenium, productor de fruta tropical, la que retomó la actividad, mientras que en Langreo fue el grupo Exiom, productor de paneles solares.

P. Viendo lo que nos contaba antes de las diferencias normativas entre España y Francia, ¿cabe esperar novedades legislativas en nuestro país?

R. Partimos de marcos normativos muy distintos. En Francia, la ley establece un marco claro para la reindustrialización y la revitalización, que delimita también la cuantías que las empresas deben destinar a este tipo de proyectos. En España, tan solo están regulados los planes de recolocación, obligatorios para empresas que llevan a cabo un despido colectivo que afecta a 50 o más trabajadores. No obstante, la ley de industria, actualmente en fase de tramitación, reconoce su importancia y reserva a la Administración la potestad de requerirla en función del impacto socioeconómico que genere el cierre de cada centro de producción.

En las últimas dos décadas, la población en los municipios españoles de menos de 1.000 habitantes ha caído un 8,9%, pasando de concentrar el 4% en 2000 al 3,1% en 2018, según los datos recopilados por epdata. Los datos, negativos per se, pueden deberse a diversos motivos, pero el más importante es la falta de empleo y tejido económico en esas zonas.

Industria Producción industrial Empresas