Ribera ofrece a industria, ganaderos y agricultores analizar sus residuos para ganar con el biogás

El Ministerio para la Transición Ecológica busca asesores para ofrecer a ganaderos, agricultores o la industria análisis sobre sus residuos, para conocer la viabilidad de los mismos de cara a obtener biogás.

Dicho trabajo, encargado por el IDAE, busca impulsar la hoja de ruta del biogás, por la que España se ha comprometido a la producción de más de 10,4 TWh anuales en 2030. El sector gasista pide más ambición con este objetivo. En España, solo el consumo eléctrico son 260 TWh anuales.

El departamento liderado por Joan Groizard está buscando expertos capaces de llevar a cabo estudios de prefactibilidad sobre aquellas explotaciones que lo soliciten. Para este fin, pretende gastarse más de 1,5 millones de euros, según consta en documentación oficial consultada por El Confidencial.

El ministerio que lidera la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, cree que muchos autónomos y pymes del sector primario desconocen que sus residuos actualmente tienen un valor económico. "La producción de biogás para su aprovechamiento energético para la producción de energía térmica y/o eléctrica es poco conocido entre los propietarios de explotaciones agrarias, industria u otros que potencialmente disponen de residuos que podrían aprovecharse como sustratos para la producción de biogás que evitaría el consumo de combustibles fósiles", señala el IDAE.

"Con el objetivo de facilitar a los potenciales promotores de proyectos de producción de energía térmica y/o eléctrica con biogás la toma de decisiones con base en datos independientes y fiables, el IDAE pretende poner a su disposición la posibilidad de tener un estudio de prefactibilidad del proyecto que podrían ejecutar", señala este organismo público.

Por esta razón, el IDAE pretende abrir un canal dentro de su página web que permita a las explotaciones agroindustriales solicitar un estudio de los residuos que genera su actividad económica. Este análisis preliminar quiere dar una primera visión de qué rendimiento se puede sacar a los desperdicios, algo que hasta ahora suponía un coste.

El IDAE pretende abrir un canal dentro de su web que permita a las explotaciones agroindustriales solicitar un estudio

Se trata en definitiva de desarrollar el punto 41 de la hoja de ruta del biogás: "Con el fin de promover el desarrollo de proyectos en el ámbito del uso térmico del biogás, se facilitará la realización de estudios de prefactibilidad en industrias generadoras de residuos biodegradables que, mediante una evaluación preliminar de las soluciones técnicas disponibles, las necesidades financieras y los posibles obstáculos para su realización, proporcionen una base sólida que facilite la toma de decisiones sobre la conveniencia de acometer dichos proyectos", concluye el ente dependiente de Transición Ecológica.

También para movilidad con residuos municipales

En otro ámbito, también quiere promover datos y estudios sobre las posibilidades del biogás en la movilidad, aprovechando las plantas de residuos que gestionan los municipios y depuradoras de aguas residuales. El punto 42 de la hoja de ruta del biogás señala que, "con el fin de promover el desarrollo de proyectos en el ámbito del uso en vehículos del biometano, se facilitará la realización de estudios de prefactibilidad que, mediante una evaluación preliminar de las soluciones técnicas disponibles, las necesidades financieras y los posibles obstáculos para su realización, proporcionen una base sólida que facilite la toma de decisiones sobre la conveniencia de acometer dichos proyectos. Estos estudios se orientarán especialmente al uso de vehículos pesados (en los ligeros, se priorizará la electrificación), que presten servicios municipales de transporte público, recogidas y limpieza urbana, emergencias, protección civil y policía local".

Encuentro de intereses

El biogás está aunando muchos intereses en la actualidad. En primer lugar, supone una forma de aumentar la rentabilidad de las explotaciones ganaderas, agrarias o industriales, muy comprometidas por otros aspectos como las subidas de costes o la sequía. Precisamente esta iniciativa buscaría dar mayor independencia energética a estas instalaciones, lo que supondría una rebaja de costes.

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Una ventaja consecuencia de lo anterior sería la fijación de población en el medio rural. Precisamente, en un momento en que el reto demográfico está siendo una de las palancas políticas del momento, con especial atención en el actual panorama electoral. La ciudadanía y los políticos están siendo cada vez más sensibles a las reivindicaciones de la España vaciada.

En segundo lugar, suponen un aumento de los recursos energéticos propios, lo que refuerza España frente a su dependencia del exterior, ya que disminuiría la necesidad de comprar gas a países terceros. Este argumento, si cabe, ha tomado mayor relevancia tras la crisis energética sufrida por la guerra de Rusia y Ucrania.

En tercer lugar, supone una mejora medioambiental. El biogás o biometano está considerado un gas renovable que reduce la huella de CO₂ a la atmósfera.

Hay un cuarto grupo muy interesado en el desarrollo del biogás, como son las empresas tenedoras de la infraestructura (los tubos y tuberías de gas), que están viendo su negocio amenazado a medio plazo por el objetivo comprometido por la Unión Europa de descarbonización plena de cara a 2050. Firmas como Naturgy, Enagás o Nortegás llevan ya tiempo explorando las posibilidades de este gas renovable, que tiene especial interés para todas las compañías con activos de transporte y distribución de gas. El biometano, a diferencia de otras iniciativas prometedoras, pero más inmaduras, como el hidrógeno verde, se puede mezclar con el gas convencional e inyectar a la red gasista para hacerlo llegar hasta las calderas. Eso les permitiría dar valor a largo plazo a su red de activos.

La cuestión no está pasando desapercibida para grandes inversores, que han visto en esta incipiente actividad una nueva vía de negocio y rentabilidad. Gigantes como Goldman Sachs, CIP o Macquarie están lanzando fondos y poniendo sus ojos en el biometano en España. Sedigás, la patronal gasista, lanzó en enero un estudio elaborado por PwC que considera que el biogás podría generar a España un ahorro de 4.000 millones de euros en la factura de los consumidores de 2022, cuando el gas escaló a máximos históricos.

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Las únicas voces contrarias llegan de algunos grupos ecologistas que piden reducir el consumo energético y creen que el biometano fomenta las macrogranjas. Lejos de este escenario se encuentran muchas explotaciones ganaderas de vacas de leche en España. Llevan años quejándose de que los precios que les pagan por su leche no cubren costes. Los datos del Banco de España aportados recientemente alertan de que la cabaña ganadera no para de disminuir.

De 870.000 vacas frisonas que había en 2015 se ha pasado a menos de 800.000. La situación se agudiza con la sequía y el calor extremo, que hace que la producción láctea de cada res se reduzca aún más. El biometano puede suponer para este tipo de explotaciones un incentivo a continuar con la actividad. La leche producida en España no cubre ni la mitad del consumo nacional, por lo que cada vez más se recurre a la importación de lácteos procedentes del norte de Europa.

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También puede suponer una tabla de salvación para el sector agrario, muy castigado por la sequía. El sector del gas ya trabaja con explotaciones dedicadas al cultivo de alimentos para que sus residuos, que hasta ahora podían suponer un coste de gestión, puedan convertirse en una fuente de ingresos extra. Algo similar ya están haciendo compañías como Repsol, dispuesta a pagar a particulares por sus residuos de aceite, con los que quiere generar biocombustibles.

En plena revisión del PNIEC

La iniciativa del Gobierno de explorar las posibilidades del biometano en el sector primario llega en un momento clave. En estos momentos, el Ejecutivo está actualizando el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que tiene que mandar a Bruselas antes del 30 de junio. En dicho documento, tendrá que detallar los pesos que tendrá cada tecnología energética de cara a 2030.

Todos los actores están en la actualidad tratando de influir sobre el Ministerio para la Transición Ecológica. Las eléctricas, por su parte, buscan un mayor peso de la electrificación en el mix final de consumo. En contraposición, fuentes del sector gasista aseguran a El Confidencial que ultiman un gran estudio para demostrar que mantener las actuales infraestructuras para los usos térmicos (calefacción, cocina, agua caliente, etc.) utilizando gases renovables es mucho más eficiente desde el punto de vista económico que la sustitución por aparatos eléctricos. En este sentido, fuentes empresariales ponen de ejemplo a Francia como país impulsor del biogás.