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Los pagos a Enríquez Negreira esquivaron a los auditores del Barça durante 17 años
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Descontrol en el gasto 'blaugrana'

Los pagos a Enríquez Negreira esquivaron a los auditores del Barça durante 17 años

El control del gasto no ha sido el punto fuerte en la gestión del FC Barcelona. Sólo así se explica que el vicepresidente de los árbitros estuviese cobrando del club con total impunidad

Foto: Joan Laporta, llegando al almuerzo de los presidentes del Real Madrid y FC Barcelona antes del partido de Copa del Rey. (EFE)
Joan Laporta, llegando al almuerzo de los presidentes del Real Madrid y FC Barcelona antes del partido de Copa del Rey. (EFE)
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El FC Barcelona estuvo pagando al árbitro José María Enríquez Negreira, que además era el vicepresidente del Comité Técnico Arbitral, durante 11 temporadas, de 2001 a 2011, sin recibir informe alguno. En los 17 años que se alargaron los pagos, unos 400.000 euros al año esquivaron los controles de auditoría del club. Y estamos hablando de una de las entidades deportivas más auditadas de España. Además de la auditoría anual, adjunta a la memoria de cada temporada, como el barcelonismo se encuentra muy dividido, cada vez que ganaba un sector, lo primero que hacía era auditar la gestión del anterior mandatario, por norma general, miembro de la facción contraria.

Como declaró Enríquez Negreira ante la Fiscalía, sus informes sólo eran verbales. Durante 11 años, no hubo ningún respaldo documental, ni tampoco contrato, como reconoció la junta gestora del club. Eso afecta a los cuatro Big Four —Deloitte, PwC, KPMG y EY—, aunque en diverso grado.

Se ha preguntado al FC Barcelona cómo es posible que las continuas auditorías del club nunca detectasen nada. No lo hizo Deloitte, que era el auditor histórico del club entre la temporada 2002-2003 y la de 2015-2016. A partir de entonces llega EY, dos temporadas, las últimas en las que cobra el polémico árbitro. De nuevo nada. Y tampoco las numerosas auditorías extraordinarias encargadas durante ese largo periodo de tiempo por uno u otro sector del barcelonismo. Deloitte ha declinado hacer declaraciones al respecto, igual que el resto de las firmas de auditoría que trabajaron para el Barça.

placeholder Los gastos irregulares del Barça que sí fueron detectados. [Pinche aquí para ver el documento completo]
Los gastos irregulares del Barça que sí fueron detectados. [Pinche aquí para ver el documento completo]

Fuentes del sector de la auditoría explican que parece improbable que este tipo de controles pasaran por alto pagos como los de Enríquez Negreira en entidades de un tamaño como el Barça, con un presupuesto de sólo 800 millones en sus últimos años y mucho menor cuando empezó el escándalo.

Además, en la historia reciente de la entidad, cada cambio de un sector a otro del barcelonismo hacía que la junta saliente fuera duramente auditada por sus sucesores. Cuando Laporta ganó en 2003, lo primero que hizo fue una auditoria a la junta de Joan Gaspart, que ya había pagado a Enríquez Negreira un total de 163.625,56 euros en el año 1995. El pago se pasó por alto, aunque el club entonces era mucho más pequeño, no llegaba a los 400 millones anuales de presupuesto.

El pago invisible

Durante su primer mandato, Laporta subió la retribución a Enríquez Negreira hasta los 400.000 euros anuales. Pero no fue suficiente para que lo percibiese un auditor. Ni siquiera KPMG, que realizó otra due dilligence encargada en 2010 por Sandro Rosell y que derivó en la acción de responsabilidad contra Joan Laporta y su junta. En dicha acción de responsabilidad, nunca se mencionaron los 3,5 millones de euros cobrados por la sociedad de Enríquez Negreira, Dasnil 95, en esa fase. Era el pago invisible que ningún presidente del club azulgrana detectaba, por mucho que gastase en auditores.

Esta due dilligence, por ejemplo, detectó gastos de restaurantes en la temporada 2009-2010, "no justificados", de 262.000 euros, y otros 308.000 por el mismo concepto y nula justificación en la temporada 2008-2009. Otros 362.000 euros de la temporada 2009-2010 en siete viajes en jets privados, de los que cinco eran de dudoso criterio futbolístico. También 576.000 euros de catering del palco en la temporada 2009-2010 calificados como "de incidencia relevante difícil de evaluar".

Según la documentación del caso Football Leaks, desde la temporada 2009-2010 los pagos a Enríquez Negreira siempre estuvieron por encima del medio millón. Los pagos eran mensuales, normalmente de entre 40.000 y 50.000 euros, excepto los que cerraban cada temporada, en junio, mes en el cual se elevaba esa cifra hasta 125.000 o 145.000 euros. Pagos sin contrato y sin contraprestación alguna documentada. Ni para Deloitte, auditor de la temporada, ni para la due dilligence de KPMG resultó relevante esa excepcionalidad.

Irregularidad continuada

Esta irregularidad continuada en el club blaugrana podría derivar en una resolución similar en que se saldó el caso Neymar. Ningún presidente ni miembro de la junta fueron acusados. Pero el club acabó condenado por la Audiencia de Barcelona a pagar 5,5 millones de multa. Precisamente para aclarar su situación sobre el caso Neymar, en 2015 Bartomeu encargó una auditoría a PwC de los últimos cinco años de la gestión del FC Barcelona, que afectaba al mandato de Sandro Rosell. En esa época, Enríquez Negreira seguía facturando su medio millón anual, que llegó a 730.000 euros en 2013. De nuevo, nada.

Cuando Laporta vuelve al poder en 2021, encarga otra due dilligence financiera a Deloitte, el mismo auditor que se había comido años y años de pagos de Enríquez Negreira. Se trataba de evaluar a la anterior junta. Dicha due dilligence revisó las cuentas a partir de la temporada 18-19. Pero para entonces Josep Maria Bartomeu ya había prescindido de los servicios de la familia del vicepresidente de los árbitros en la temporada anterior. Al no remontarse más atrás, Enríquez Negreira volvió a quedar al margen, esta vez de manera justificada. Posteriormente, se pide un forensic a la agencia Kroll, que sirvió para llevar a Bartomeu ante la Fiscalía.

La parte que afecta a Laporta ha prescrito, pero el club es reponsable como entidad

Como declaró Enríquez Negreira ante la Fiscalía, los informes sólo eran verbales. Pero sin que Enríquez entregase nada. Eso afecta a los mandatos de Joan Gaspart (a partir de la temporada 2001-2002), Joan Laporta (durante todo su mandato 2003-2010) y Sandro Rosell (hasta la temporada 2011-2012). Sólo a partir de la temporada 2012-2013, el hijo de Enríquez Negreira, Javier Enríquez, empieza a entregar informes físicos, en papel, a menudo acompañados de DVD que son utilizados por la dirección deportiva de la entidad y que ya están en poder de la Fiscalía, según explican fuentes jurídicas conocedoras del caso. Javier Enríquez facturaba sus servicios a través de la sociedad de un directivo del Barça, Josep María Contreras, Tresep 2014. Contreras ya ha fallecido y Enríquez Negreira ha alegado principio de alzhéimer ante las autoridades. Antes de eso se refirió a "informes verbales".

El caso no supone responsabilidad legal alguna para Laporta, ya que, aunque ahora sea el presidente, lo correspondiente a su mandato anterior ya ha prescrito. Sin embargo, otra cosa es el daño reputacional para el FC Barcelona y sus diversos equipos gestores en los últimos 20 años, durante los que se abonaron de forma irregular casi siete millones de euros, en teoría por nada, aunque está pendiente explicar en qué gastaba la familia Enríquez Negreira las importantes cantidades que retiraba en metálico de la caja de la empresa. En todo caso, el control del gasto por parte de la entidad azulgrana ha brillado por su ausencia.

El FC Barcelona estuvo pagando al árbitro José María Enríquez Negreira, que además era el vicepresidente del Comité Técnico Arbitral, durante 11 temporadas, de 2001 a 2011, sin recibir informe alguno. En los 17 años que se alargaron los pagos, unos 400.000 euros al año esquivaron los controles de auditoría del club. Y estamos hablando de una de las entidades deportivas más auditadas de España. Además de la auditoría anual, adjunta a la memoria de cada temporada, como el barcelonismo se encuentra muy dividido, cada vez que ganaba un sector, lo primero que hacía era auditar la gestión del anterior mandatario, por norma general, miembro de la facción contraria.

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