Baleària se ofrece a JP Morgan para comprar activos de Naviera Armas en el mercado canario

Ejercicio récord de Baleària. La naviera alicantina propiedad de Adolfo Utor cerró el año 2022 con sus mejores resultados y cifras de facturación pese a las complicaciones del mercado de la energía y su impacto sobre los costes del combustible. La recuperación del negocio tras la pandemia, la reapertura de las fronteras con Marruecos y la quiebra del que era el principal competidor en el tráfico de pasajeros y mercancías por ferri, la Transmediterránea de Naviera Armas, ahora fragmentada tras la venta del negocio balear a Grimaldi, impulsaron las ventas hasta los 563 millones de euros y elevaron el Ebitda a los 140 millones de euros.

“Estamos en un año récord para nosotros. La recuperación ha tirado fuerte. Hemos superado por encima del 20% los datos de facturación de 2019”, explicó Utor en una comparecencia ante los medios de comunicación en el Puerto de Denia, donde Baleària tiene su sede social. En un sector donde las amortizaciones y la carga de la deuda por la inversión en los barcos engulle porcentajes importantes del resultado de explotación, la naviera obtuvo un beneficio neto de 67 millones de euros (+34%).

Los vaivenes en sus principales competidores y el crecimiento del mercado han permitido a la empresa de ferris ampliar su cuota de mercado, con un incremento del 64% en el transporte de pasajeros, hasta los 4,7 millones de personas, y del 58% en vehículos (1,7 millones de coches y camiones transportados). La fragmentación y problemas de solvencia de Armas, que vendió el negocio balear de Transmediterránea a Grimaldi, son vistos como una oportunidad por Utor. De hecho, no renuncia a seguir creciendo a su costa, incluso comprando parte de sus activos, especialmente en Canarias, donde es hegemónica, ahora que los fondos de inversión acreedores se han hecho con el control de esta empresa.

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"Los fondos han tomado el control. Hay conversaciones. No voy a negar que estoy en esas conversaciones. Lo que no voy a hacer es dar detalles. Los actuales propietarios no tienen vocación de mantenerse", señaló Utor. "Estamos pendientes. Estamos en la parrilla", desveló.

Tal como informó El Confidencial, JP Morgan, Barings, Bain Capital y Cheney Capital van a convertirse en los máximos accionistas de la naviera canaria capitalizando una parte de los cerca de 375 millones de euros de deuda que lastran su balance. Con la familia fuera de la gestión, el escenario de Armas cambia. No sería el único novio. Boluda o la propia Grimaldi también suenan como aspirantes.

El empresario, que ya es dueño del 100% de Baleària tras haber comprado a la familia Matutes su 40% de porcentaje, aseguró que entre los objetivos prioritarios de su empresa están consolidar su presencia en el Mar Caribe, especialmente en Puerto Rico y República Dominicana (ya opera entre Miami y Bahamas), y mantener las inversiones en renovación de flota, con 34 barcos que operan 25 rutas. Pero Utor aseguró que, si Armas se pone a tiro, "estaremos ahí".

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La intención es poder entrar en el mercado interinsular canario, donde ahora no cuenta con ninguna ruta. Utor admitió que en el tráfico del Estrecho con Marruecos y en el de la conexión entre Canarias y la Península podría haber solapamientos y problema de competencia. Pero se ofreció a los fondos de inversión propietarios a estudiar operaciones en las islas.

La fuerte presencia en Baleares y en el Estrecho son actualmente el 'core' del negocio de Baleària. La apertura de Marruecos fue citada por Utor como uno de los factores que explican el crecimiento del negocio. La recuperación de los tráficos con el reino alauita ha compensado la respuesta de Argelia, con la que la naviera trabajaba con una ruta Valencia-Mostaganem. En su caso, el giro diplomático del Gobierno de Pedro Sánchez ha sido positivo. "Con Marruecos las relaciones son magníficas. Queremos seguir creciendo y teniendo el liderazgo en la conexión entre Europa y Marruecos". No obstante, admitió la existencia de problemas con Argelia, incluso a la hora de repatriar fondos retenidos en bancos argelinos.

La empresa de Denia sorteó la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania recurriendo de nuevo al uso del fuel frente al gas natural licuado. Baleària ha realizado fuertes inversiones en barcos con motores de GNL duales, pero el incremento de los precios de este combustible, más limpio que el gasóil hacía inviable su uso, según reconoció Utor. "Dejamos de consumirlo porque los ingresos hubieran sido suficiente para pagar el combustible. Sabíamos que los niveles de contaminación y emisiones iban a incrementarse, creer en la sosteniblidad no puede pasar por el suicido", se confesó el empresario alicantino. Utor señaló que la naviera recuperará el uso del gas natural "a medida que tenga costes asumibles para la compañía".