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Fitness online: un negocio de 10.500 millones que busca sobrevivir tras la pandemia
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Virtudes y límites del ‘home fitness’

Fitness online: un negocio de 10.500 millones que busca sobrevivir tras la pandemia

El regreso de los usuarios a los gimnasios obliga a la industria del entrenamiento digital a reinventarse para lograr crecer a un ritmo anual del 17% hasta 2030

Foto: El negocio del entrenamiento online generó 10.500 millones de euros en 2021. Reuters
El negocio del entrenamiento online generó 10.500 millones de euros en 2021. Reuters

El negocio del entrenamiento online ha llegado para quedarse, pero para sobrevivir en el escenario pospandemia, necesita reinventarse. El progresivo regreso de usuarios a los gimnasios ha rebajado el soufflé de una industria que irrumpió con fuerza tras los confinamientos y que necesita ofrecer nuevos argumentos para convivir con el fitness presencial. Para tener futuro deberá ser algo más que una plataforma de entrenamiento online, pues todas las cadenas de gimnasios y gestoras de instalaciones deportivas lograron en 2022 acercarse mucho a los niveles de actividad prepandemia, cuando anualmente facturaban en España más de 3.200 millones de euros anuales.

La industria del entrenamiento virtual generó 10.500 millones de euros en todo el mundo en 2021, según el Home Fitness Market, Analysis Report and Region Forecast”, un informe de Acumen Research and Consulting, consultora especializada en servicios relacionados con las nuevas tecnologías que prevé que este negocio pueda llegar a crecer hasta los 16.000 millones de euros en 2030. La mayor parte de este dinero corresponde a equipamientos físicos. Pero junto a ellos, está previsto que crezca el mercado de las aplicaciones de fitness online. En 2021, el mercado global de este tipo de servicios estaba valorado en 1.020 millones de euros, cifra que según un estudio de la American College of Sports Medicine (Acsm) podría llegar a crecer a un ritmo anual del 17% en los próximos siete años, hasta alcanzar los 4.400 millones de euros en 2030. Unas estimaciones que solo se cumplirán si esta industria consigue adaptarse al escenario pospandemia.

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Foto: Freepik.

El cierre de gimnasios descubrió a los clientes la comodidad de poder entrenar donde y cuando quisieran. Los centros deportivos, sin embargo, fueron recuperando el terreno perdido. El progresivo retorno de los abonados propició que los clubes deportivos recuperasen una de sus principales herramientas de retención: la socialización. El deseo de los usuarios de salir de sus hogares y la apuesta de cada vez más operadores por crear experiencias inmersivas en los centros deportivos fue una combinación de ingredientes que restó al home fitness buena parte del público que había captado.

El repentino freno de la demanda de productos de entrenamiento para el hogar provocó la caída de gigantes del home fitness como Peloton, Nautilus o Tonal. Sus millonarias pérdidas han sido un claro síntoma y alerta para una industria obligada a renovar su oferta para seguir siendo atractiva de cara a los usuarios. Peloton y Tonal, de hecho, se han llegado a plantear su venta. Lululemon, que compró Mirror en plena pandemia, rebajó a la mitad el objetivo de ventas marcado para la empresa de espejos inteligentes en 2021.

La española Volava, que levantó 2 millones de euros ese año en una ronda liderada por Inveready en la que también participaron JME y Wayra, triplicó sus pérdidas hasta 3,3 millones tras crecer un 27% respecto a 2020, un porcentaje muy por debajo de sus propias expectativas y con un tícket medio muy inferior, pues vendió el doble de bicicletas estáticas.

La escalabilidad del negocio online

Estas y otras empresas invirtieron cifras millonarias en su desarrollo tecnológico para capitalizar los centenares de miles de usuarios que se encontraron sin un gimnasio al que poder acudir durante la pandemia. Ahora, afrontan el reto de renovar su propuesta optimizando costes para ajustarse al nuevo nivel de demanda y depender menos del producto físico, potenciando la escalabilidad de su negocio online vía suscripciones. Una transformación imprescindible para lograr permanecer en el tiempo y no depender de nuevos confinamientos.

“Estamos enfocados en mejorar la experiencia del usuario, apoyándonos en la personalización. Con una experiencia más personalizada veremos mejoras en el engagement de los usuarios, y gracias a ello creceremos más rápido a un menor coste porque tendremos más suscriptores encantados. Este fue el fenómeno que vimos en Spotify y Netflix”, reflexiona Barry McCarthy, presidente y consejero delegado de Peloton. El ejecutivo aspira a que la compañía de equipamiento deportivo norteamericana llegue algún día a los 100 millones de miembros por todo el mundo. Al cierre de 2022, aglutinaba 6,7 millones de suscriptores, que gastaban una media de 44 dólares (40,9 euros) mensuales.

Fundada en 2012, la compañía norteamericana se convirtió en tiempo récord en uno de los grandes líderes mundiales de la industria del home fitness al demostrar que no solo vendía bicis y cintas de correr: fue evolucionando su oferta añadiendo cada vez más valor al software de sus equipamientos deportivos. Conscientes que ofreciendo clases dirigidas, métricas de entrenamiento y de los parámetros de salud ya no era suficiente para enganchar a sus clientes, optó por ofrecer la posibilidad de que los usuarios compitiesen contra otros usuarios, fomentando la creación de comunidades que se retroalimentan y la introducción de rutinas de entrenamiento basadas en recompensas, otra de las apuestas para retener a los usuarios en los distintos dispositivos de home fitness.

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Foto: Freepik.

¿Y las cadenas de gimnasios, qué papel juegan en esta ecuación? En España, la gran mayoría de cadenas que han optado por mantener una plataforma de entrenamiento digital propia emiten retransmiten en directo o a la carta las clases que se ofrecen en sus centros. De esta forma, generan un contenido apto para dos tipos de públicos, el que quiera entrenar desde el gimnasio y el que prefiera hacerlo desde casa.

Una de las cadenas de gimnasios de bajo coste con más locales en todo el país, Synergym, ha incluido dentro de su tarifa presencial los contenidos de entrenamiento digitales. “Cuanto más entrenan los socios en los clubes, más entrenan a nivel digital. Es una tendencia que hemos podido constatar”, señalan desde la gestora andaluza.

Synergym ha limitado el acceso a sus contenidos online a sus socios, pero otras cadenas buscan monetizar su propio negocio online llegando a usuarios y clubes que no tengan la capacidad logística o económica para producir o consumir servicios de otras plataformas. Un modelo escalable que no implica un mayor coste. Es el caso de DiR, que retransmite en directo entre 30 y 40 nuevas sesiones de entrenamiento que luego se acumulan a su biblioteca de contenidos. “Los entrenamientos virtuales los grabamos con nuestros mejores entrenadores, porque tienen habilidades comunicativas y saben enganchar a los clientes, que ya los conocen”, explican desde DiR.

“El fitness debe aprender de otras industrias como la nutrición o el ocio que han logrado servicios híbridos"

La apuesta del sector hacia un modelo híbrido parece inevitable. Pero ¿se le está sacando suficiente provecho a las posibilidades que ofrece el fitness online? “Se tiende a vincular demasiado el fitness online a colgar sesiones de entrenamiento en una plataforma. Esto ya existía y seguirá existiendo, el problema es que los operadores hemos perdido la oportunidad de cambiar hacia un modelo híbrido que fomente que nuestro cliente consuma más servicios vinculados a la salud, el ocio o la comunidad”, plantea Toni Brocal, cofundador y director comercial de MyClub TV.

Esta start up nació durante la pandemia como una plataforma OTT para que los gimnasios ofrezcan sesiones online a sus clientes que entrenan fuera del club. Se trata de un producto B2B personalizable con el que ofrecer todo tipo de contenidos: “El fitness debe aprender de otras industrias como la nutrición o el ocio que han logrado servicios híbridos. De lo contrario, otros players ocuparán este espacio y los gimnasios quedarán relegados solamente a un modelo de prestación de servicios presenciales”, amplía Brocal, que propone acompañar las sesiones de entrenamiento de otros contenidos que sirvan para reforzar la propuesta de valor de este tipo de plataformas: “Desde un coach a un psicólogo, un nutricionista, un experto en envejecimiento o en enfermedades, personas de cualquier parte del mundo por las que los usuarios estén dispuestos a pagar”. El futuro del fitness online pasa por ser algo más que una plataforma de entrenamiento online.

El negocio del entrenamiento online ha llegado para quedarse, pero para sobrevivir en el escenario pospandemia, necesita reinventarse. El progresivo regreso de usuarios a los gimnasios ha rebajado el soufflé de una industria que irrumpió con fuerza tras los confinamientos y que necesita ofrecer nuevos argumentos para convivir con el fitness presencial. Para tener futuro deberá ser algo más que una plataforma de entrenamiento online, pues todas las cadenas de gimnasios y gestoras de instalaciones deportivas lograron en 2022 acercarse mucho a los niveles de actividad prepandemia, cuando anualmente facturaban en España más de 3.200 millones de euros anuales.

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