El 'Barçagate' amenaza las audiencias del fútbol y los 1.900 millones de CVC a LaLiga

En 24 horas, Javier Tebas, el jefe del fútbol español, aseguró que el Barça no sería descendido por pagar una millonada durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, al haber prescrito la presunta tropelía, pero que una querella por lo penal de la Fiscalía Anticorrupción podría llevar el club azulgrana a Segunda División.

De ser así, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) valdría mucho menos, porque el interés por ver los partidos de la Primera División bajaría. Los partidos del Barça arrastran entre un 40% y un 50% de la audiencia cada domingo. Si el público dejase de conectarse de forma abrupta a cualquiera de los operadores que ofrecen La Liga Santander, los derechos audiovisuales, la principal fuente de ingresos del fútbol español, perderían mucho valor.

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Esos derechos son los que CVC Capital Partners tomó como garantía hace ahora año y medio a cambio de 1.900 millones. Un acuerdo por el 8% de esos ingresos durante 50 años que provocó todo un cisma entre Tebas y el grupo formado por el Real Madrid, el FC Barcelona y el Athletic de Bilbao, que había acabado en los tribunales. El fondo con base en Luxemburgo ya ha aportado algo más de 900 millones, dinero que los clubes han destinado a reforzar sus plantillas y reducir la deuda. Los restantes 900 millones los tiene que desembolsar en dos tandas de 452 millones, una en el próximo junio y otra en junio de 2024. Pero el fondo de capital riesgo puede decidir justo este verano no hacer el siguiente pago y convertir los 900 millones ya entregados en un préstamo al 6% si las audiencias no funcionan como se esperaba en el plan de negocio.

El propio Tebas dijo la pasada semana que el futbol español ya ha recuperado las cuotas de televisión previas a la pandemia. Pero admitió que Movistar, el principal operador, estaba por debajo de lo previsto, lo que provocó generado tensión entre la LFP y Telefónica España. Desde la patronal, no entienden la pérdida de clientes de esta plataforma, mientras Orange y DAZN no dejan de crecer.

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Orange compra los derechos temporada a temporada, mientras que Movistar y DAZN se han quedado con la Primera y Segunda División por cinco años a cambio de 5.000 millones. Si el Barça sufriera un descenso de categoría por los pagos a Negreira con la presunta intención de conseguir favores arbitrales, la audiencia se desplomaría y el valor de esos contratos se derrumbaría de forma proporcional. Los operadores perderían cientos de millones, depreciación que se trasladaría al acuerdo con CVC Capital Partners.

Por ello, Tebas salió rápidamente al paso para asegurar que cualquier infracción había prescrito, para evitar cualquier especulación sobre el futuro valor de LaLiga en caso de bajar el Barça a Segunda. Pero, obviamente, dejó claro que se personaría y llegaría hasta el fondo si la Fiscalía acaba denunciando los pagos del Fútbol Club Barcelona durante los mandatos de cinco presidentes.

Tebas salió rápidamente al paso para asegurar que la infracción había prescrito, para evitar cualquier especulación sobre el valor de LaLiga

Fuentes próximas a LaLiga aseveran que los contratos con los operadores de televisión y con CVC tienen en cuenta ya el descenso administrativo de cualquier equipo, incluido el Barça, por lo que el precio de los acuerdos ya firmados no se verá afectado. Otra cosa es el valor del producto fútbol porque los patrocionadores pagan más o menos dependiendo de quiénes salten al verde.

Además del aspecto técnico, tanto jurídico como económico, el caso abre a CVC un frente desde el punto de vista de gobernanza y responsabilidad corporativa, que forman parte de las famosas siglas ESG que ahora condicionan cualquier inversión. Es decir, aportar 900 millones más a un negocio sospechoso de haber sido adulteradlo por el equipo que, junto con el Real Madrid, genera la mitad de los ingresos. Javier de Jaime, director general de CVC, tendrá que convencer a su comité de inversiones de Londres en breve de que el Barçagate acabará en nada desde el punto de vista deportivo y administrativo.

El silencio atronador del resto de equipos de Primera División habla muy claro de la relevancia de este tipo de escándalos, que en otros países se resolvieron con graves sanciones a los equipos implicados en la compra de voluntades arbitrales. Ninguno ha reclamado nada, ningún título que pudieron haber perdido ante el Barça. Incluido el Real Madrid, el rival histórico, que no ha abierto la boca. Saben que todos perderían por goleada con el Barça, uno de los dos grandes activos de la LaLiga, descendido.