"Mi sueldo y mi contrato los aprobó por unanimidad la Junta Directiva de CEOE"

Planta octava del número 50 de la calle Diego de León, en el barrio madrileño de Salamanca. Sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Su presidente, Antonio Garamendi (Getxo. Vizcaya. 1957), acaba de regresar de Angola acompañando con un grupo de empresarios a los reyes en su visita oficial: "Este país subsahariano es el que puede tener más interés para España porque se está abriendo a grandes inversiones, las empresas españolas están interesadas en Angola, donde las condiciones de seguridad jurídica son mejores que en otros de su entorno". Elogia al Rey: "Las autoridades angoleñas se mostraron muy honradas con la visita de don Felipe, por eso, tener una monarquía parlamentaria como la nuestra es una suerte infinita". Cuenta, como anécdota, que celebró su cumpleaños en el avión de regreso.

"No planté a Sánchez en Rabat"

¿Plantó a Sánchez en la cumbre bilateral de Rabat? Lo niega rotundamente. "La gente que me conoce sabe que cuando tengo que decir sí, digo que sí, y cuando debo negarme, lo hago". Me refiere que no estaba en condiciones físicas —no graves— de viajar a Marruecos, dejando para el off la descripción de su indisposición. Pero, insiste, que al viaje a Rabat fueron representadas 300 empresas españolas y, además, "tenemos una organización conjunta con los empresarios marroquíes (Consejo Económico Marruecos-España, creado en Rabat en 2013, integrado por la CEOE y su correspondiente organización marroquí) y envié al viaje al vicepresidente primero, Miguel Garrido".

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"A mí jamás se me ocurriría hacer un plantón porque sería en perjuicio de las empresas españolas; no podemos olvidar que somos el primer país inversor en Marruecos y tengo claro que lo cortés no quita lo valiente, de modo que, porque no esté de acuerdo en determinados aspectos con el Gobierno, no significa que sea un maleducado". Ríe cuando me cuenta que Ana Rosa Quintana y Carlos Herrera dieron la información de que tenía un problema grave: "No, nada de eso, pero no voy por ahí contando cosas de mi intimidad".

"Mi retribución fue aprobada por unanimidad"

"Los estatutos de la CEOE establecen que el presidente puede tener o no retribución. Yo planteé desde el primer momento que, para gestionar la organización, con gran crecimiento desde 2018, hay que dedicarle muchas horas los 365 días del año. Por lo tanto, este es un puesto que debe ser llevado por un empresario liberado de otras ocupaciones. Los estatutos encomiendan la aprobación de la retribución a la Junta Directiva, que está integrada por 275 personas. Es este órgano el que por unanimidad de sus miembros ha dado el visto bueno al contrato y a la remuneración del presidente el pasado día 25 de enero".

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Esta es la explicación de Garamendi a un asunto que está causando polémica y que ya fue un tema de la campaña electoral planteado por la candidata catalana Virginia Guinda. Garamendi puntualiza que hasta ahora era un autónomo que cobraba dietas, pero que "los servicios jurídicos han dicho que es mejor, por razón de mi dedicación, que la retribución sea mediante un contrato asimilado al de alta dirección, que no me otorga derecho al desempleo ni a las prestaciones de FOGASA (Fondo de Garantía Salarial)". Según él, el "asunto no da más de sí", aunque lo inscribe en "la campaña contra los empresarios". Cobrará 380.000 euros brutos al año. Puntualiza: "La CEOE es una entidad privada".

Le pregunto por el número de socios de la CEOE: "263 empresas, 242 organizaciones directamente asociadas con CEOE y 4.500 asociaciones de base". ¿Y el presupuesto de la organización? "Es de 13 millones de euros, sin que se perciban subvenciones públicas. Ese dinero es el monto de las cuotas de las organizaciones y de las empresas. Luego, las hay que financian algunos proyectos y también entidades públicas, pero esas cantidades no cubren gastos corrientes". ¿Qué plantilla tiene la CEOE? "En total, 130 trabajadores fijos y cualificados; el 60% son mujeres y el 50% del equipo directivo es también femenino". Subraya que todo el proceso ha sido transparente. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, medita investigar la situación anterior y actual de las condiciones laborales y retributivas del presidente de los empresarios españoles.

"Mi relación con Sánchez Llibre es buena"

Garamendi es licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, de familia de empresarios vizcaínos, y aunque vive en Neguri —la zona plutocrática de Getxo—, no da importancia a los estereotipos. "No sé si soy o no negurítico, pero lo cierto es que vivo allí y soy de allí". No juega al golf, como se ha dicho para establecer el cliché del personaje, pero le gusta navegar y lo hace con frecuencia. Vive en muchas partes, pero ahora está dedicado a tiempo completo a la presidencia de la CEOE.

Está al frente de la mayor organización empresarial española desde 2018. Ese año fue elegido por aclamación. Y en noviembre de 2022 revalidó la designación con el 86% de los votos. "No cabe delegación de voto", me subraya, y añade que "debe ser presencial, o sea, no hay voto por correo, de modo que el nivel de presencia en la asamblea fue espectacular, porque los empresarios vinieron de todas partes de España". Se presentó una candidata respaldada por Fomento del Trabajo, la patronal catalana, —"eso no lo sé", se distancia de esa tesis— larga mano de Josep Sánchez Llibre —silencio de Garamendi al respecto—, Virginia Guinda. Quita todo el hierro que puede a su enfrentamiento —confirmado por otras fuentes— con el exdirigente de Unió Democrática de Cataluña y explícitamente dice que sus relaciones "son buenas" con él y que es uno de los once vicepresidentes de la organización.

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Le replico que le ha retirado la función de las relaciones con las Cortes. "Yo ya tenía la idea de crear un departamento para ese fin y lo perfila ahora una comisión que la preside el representante de los empresarios de Valencia. Acabamos de incorporar a José Luis Ayllón a este proyecto por su experiencia (fue jefe del Gabinete de Mariano Rajoy y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes). Será el director de una plataforma espectacular de seguimiento de normativas europeas y nacionales (directivas, enmiendas, leyes, iniciativas parlamentarias). Es también un proyecto ambicioso en lo tecnológico".

"Mi compromiso empresarial empezó a los 29 años"

"Cuando tenía 29 años, y con lo que estábamos viviendo en el País Vasco —los primeros ochenta, los años de plomo—, un grupo de jóvenes empresarios nos planteamos que teníamos que crear una organización empresarial, lo consulté con el histórico empresario vasco José María Vizcaíno —fundador y presidente de la Confederación Empresarial Vasca, fallecido en 2005— y nos dio mucho ánimo. También nos ayudó José María Aguirre, Alejandro Echevarría —exconsejero delegado del Grupo Correo y expresidente de Mediaset en España— y el vicepresidente entonces de Iberdrola y presidente de Gamesa, José Antonio Garrido. Tratábamos de poner en valor la figura de los empresarios en el País Vasco en un momento muy complicado".

Explica su trayectoria sin hipérboles, con sencillez, incluso cuando se refiere a cómo acabó siendo el presidente de los jóvenes empresarios españoles, que es el cargo que le llevó a la CEOE. Llegó a ser presidente de CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) y luego dio el salto a la gran patronal nacional, que le exige dedicación completa "si se quiere que esto funcione bien". Recuerda a los empresarios asesinados —"creo que cerca de cincuenta"— y no se olvida de otros tantos secuestrados y "más de diez mil extorsionados". Pero, aclara con énfasis, "siempre he estado al margen de la política, ni he pertenecido ni pertenezco a un partido, a ninguno".

"El presidente se equivoca al señalar a los empresarios"

¿Cómo son las relaciones entre la CEOE y el Gobierno? ¿Existe una campaña del Gobierno contra el empresariado? "Me voy a quitar la chaqueta, no sé si porque hace calor o por la calentura de las preguntas". Lo hace, respira hondo y se explaya: "Que hay una campaña ya lo he dicho, y un ejemplo es la polémica sobre mi retribución, tema sobre el que se deslizan inexactitudes. En estos momentos hay una serie de temas que no compartimos con el Gobierno. Por ejemplo, el incremento del salario mínimo, el impuesto a las energéticas y la banca, lo que son, en realidad, impuestos a la carta porque crean inseguridad jurídica. Es un grave problema porque estas empresas son multinacionales, aportan grandes inversiones y necesitan certidumbre". Estas discrepancias —que llegarán a los tribunales—, según Garamendi, se plantean con sentido de Estado, con lealtad y con buena fe. "Nos preocupa que se muestre al empresario como responsable del problema y no como parte importantísima de la solución".

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Cuando le planteo las menciones negativas del presidente del Gobierno a Ana Botín y a Sánchez Galán, es rotundo: "Yo creo que el presidente se ha equivocado". Dice que esa es una política "errónea y errática" y alguna ministra que persiste en esa línea hace que este asunto sea "muy grave", en referencia a las descalificaciones a Juan Roig por parte de Ione Belarra, dirigidas también a Amancio Ortega. En ese punto de la conversación muestra su adhesión a la Constitución y su preocupación "porque nos estamos yendo a los extremos y eso es malísimo para España. Hay que volver a los grandes acuerdos que ya hemos vivido". Garamendi se define como institucional, moderado y defensor de la monarquía parlamentaria.

"La subida del SMI invade la negociación colectiva"

En ese contexto explica el por qué de la oposición de la CEOE al incremento del salario mínimo y se refiere a que sus planteamientos no fueron atendidos. Se pregunta "qué pasa con los contratos de las administraciones públicas que no se indexan, porque hay miles de empresarios con trabajadores a los que el salario mínimo se les ha incrementado un 47% pero esa subida no se corresponde con el incremento de los contratos de servicios a las entidades públicas". Esta circunstancia hace que muchas empresas estén en pérdidas. Pero quizás el efecto más importante de la subida del salario mínimo es que "está invadiendo la negociación colectiva en las bandas bajas". Aunque, añade, la negociación de los convenios está en marcha: "Se ha firmado el de la construcción, que afecta a un millón de personas; también convenios provinciales en Álava, en Navarra… hay más de cinco mil mesas de negociación abiertas en España".

"Se adjudican 2.000 millones al mes de fondos UE"

¿Cómo están yendo la distribución y adjudicación de los fondos Nex Generation? "Los fondos europeos tienen muchos requisitos exigidos por la UE y hay que comprender que su distribución en España es complicada por las competencias de las comunidades autónomas. En este momento se están implementando del orden de dos mil millones mensuales. El año pasado se adjudicaron 24.000 millones y este año se mantendrá este ritmo, otros 24.000". Estoy —me dice— "con el criterio del gobernador del Banco de España de que la Unión Europea nos deje más tiempo, no solo a nosotros sino a todos los Estados". Se muestra satisfecho de que los PERTES (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) hayan arrancado, "porque el agroalimentario ya está encima de la mesa, el de movilidad también y el muy importante de economía circular. Además, se van cerrando poco a poco otros".

Desde la CEOE se está pidiendo que las Pymes sean tratadas con menos exigencias para acceder a estos fondos, "porque han quedado afectadas por la pandemia y por las repercusiones de la guerra de Ucrania". Alerta de que este asunto hay que "verlo como un proyecto de Estado, no de un Gobierno". También enfatiza que se está pidiendo a la Unión Europea una relajación de la concesión de subvenciones que, al considerarse ayudas de Estado, resultan muy limitadas a diferencia, por ejemplo, de Estados Unidos, entendiendo que hay que respetar la unidad de mercado en Europa.

"Es difícil reformar las pensiones desde el diálogo social"

Garamendi pone el dedo en la llaga al hablar de la "necesidad de las reformas" y más en concreto de "la reforma de las pensiones". Es taxativo: "Esa reforma va a ser muy difícil que salga del diálogo social". Considera la reforma como la "más importante que tenemos sobre la mesa, porque nos afecta a nosotros, pero lo hará a nuestros hijos. Habría que abordarla con estudios actuariales, tablas de mortalidad, cómputo de años de pago de cotizaciones… es un tema técnico con un riesgo político añadido porque hay diez millones de pensionistas, que también son votantes y a ver quién le pone el cascabel al gato". La CEOE asume la indexación de las pensiones, pero también reivindica el denominado "factor de sostenibilidad" que el ministro Escrivá ha renombrado como "factor intergeneracional". Pero desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social "se han ido tomando decisiones unilaterales, como el incremento del 0,6% de las cotizaciones, siendo estas en España un 30% más altas que en el resto de Europa". Aduce que el incremento del 8,5% de las pensiones más altas se ha hecho sin consultar. El alza de las cotizaciones es, en realidad, una subida de salarios que pesa sobre las empresas.

"Este tema de las pensiones es un hito, nos lo reclama Europa, y, de hecho, la percepción de los fondos depende de reformas como la de las pensiones". En ese panorama, Garamendi no "ve el pacto de rentas", porque es un acuerdo de largo plazo, deben estar los grandes partidos y se tendría que hablar de lo que ahora está haciendo el Gobierno unilateralmente en distintos asuntos que afectarían a ese acuerdo".

"La Fundación actuó en pandemia y con los refugiados"

Fátima Báñez sigue al frente de la Fundación de CEOE, que ha actuado en varios frentes. "Hemos desplegado acciones durante la pandemia —haciendo más de un millón de test— y tenemos una plataforma para los refugiados ucranianos; les damos formación y les buscamos trabajo. También a los procedentes de Afganistán. Igualmente, nos ocupamos de los militares de tropa que se jubilan a temprana edad y los reconducimos a trabajos compatibles con sus conocimientos". La Fundación se nutre de las empresas que aportan fondos para proyectos que ejecuta la entidad en distintos órdenes". Garamendi se muestra francamente satisfecho de la solidaridad de las empresas en los hitos tan graves de estos últimos tiempos. Y asegura —ante mi curiosidad por el asunto— que en la CEOE hay responsables que son profesionales excelentes, como Báñez, que militan o han militado en distintos partidos, no solo en el PP; también en el PSOE, en el PAR, en Foro Asturias… y aunque cree que no es necesario dar nombres, apunta que algunos de ellos ostentaron cargos en el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Antonio Garamendi es un buen navegante; domina la vela y ha llegado, inicialmente ante el escepticismo de muchos, a una responsabilidad de crucial importancia en un momento histórico complicado. Él parece consciente de su circunstancia vital y profesional.