La hoja de ruta del fútbol portugués para facturar 1.000 millones sin vender talento

En las últimas semanas, el Benfica ha negociado con el Chelsea un acuerdo de 120 millones por Enzo Fernández. De haberse completado su fichaje, el jugador habría multiplicado por nueve su valor de mercado apenas seis meses después de su fichaje desde River Plate. Y el club se habría garantizado el 70% de su cifra de negocio habitual (170 millones en 2021-2022) más un alto beneficio. Es la dinámica con la que ha trabajado el fútbol portugués históricamente, sostenido por la exportación de sus mejores talentos a costa de optar por ser una liga más competida.

Los 120 millones de la cláusula de Enzo hubieran supuesto en el último ejercicio un 13% del negocio agregado de la Primera y Segunda División portuguesa, que en 2021-2022 se situó en 913 millones de euros. Sin embargo, esta operación no hubiera sido excepción porque los clubes de élite portugueses han ingresado 1.622 millones por traspasos desde 2018-2019. El balance siempre es favorable: en su peor mercado de los últimos años, en 2020-2021 —con la pandemia secando las arcas de las grandes ligas—, ganaron 99,3 millones. Un curso antes, 345,7 millones, según datos de Transfermarkt.

Ser una de las principales cunas del talento futbolístico, además de trampolín para los jóvenes de Latinoamérica —principalmente brasileños—, le ha permitido poder compensar por esta vía parte del golpe de la pandemia en su negocio. Y recuperarse rápidamente, aunque todavía los clubes registraron unas pérdidas agregadas de 18 millones en la última temporada.

Todavía los traspasos son la palanca necesaria para cuadrar las cuentas de los clubes

Un informe de EY y Liga Portugal cifra en 913 millones el negocio agregado de Primera y Segunda en 2021-2022, aunque la mayor parte se concentra en sus tres principales equipos (SL Benfica, FC Porto y Sporting de Portugal). La terna, asidua a competiciones europeas, absorbe tres de cada cuatro euros generados por el fútbol profesional portugués.

Reducir esa brecha a través del crecimiento del resto de equipos es la misión de la gestora de la competición, cuya contribución al producto interior bruto (PIB) de Portugal se estima en 617 millones de euros, equivalente al 0,29% de la riqueza del país. El principal desafío es lidiar con el desafío de operar en un mercado doméstico mucho menor que el de las grandes potencias y diseñar un producto atractivo sin apenas capacidad para retener ese talento.

En términos de empleo, los equipos de Primera y Segunda División de Liga Portugal aún no han recuperado los niveles previos a la crisis. No obstante, la fuerza laboral de los clubes y la gestora de la competición se situó en 3.595 personas, de los que 1.465 eran futbolistas, 335 tenían la consideración de técnicos y los 1.795 restantes se corresponde al personal corporativo. Este reparto no es proporcional a lo que cada colectivo supuso en sueldos: 243 millones para los jugadores, 37 millones para el staff deportivo y 36 millones para el resto de personal. Lo mismo que destina cada año el Atlético de Madrid a sostener su estructura.

Venta centralizada de TV

Centrados en Primera División, denominada Liga Portugal Bwin por cuestiones de patrocinio, el 77% del negocio lo copan los mentados Benfica, Oporto y Sporting. Rebajar esta dependencia supone un reto que confían en que cambie con la venta centralizada de los derechos de televisión, que arrancará en 2027-2028. La viabilidad pasa por ahí, por elevar los ingresos generales y no depender tanto de las plusvalías por traspasos.

Hasta entonces, el trío histórico del fútbol luso continuará con su brecha, con contratos particulares para la televisión y el agregado de contar con los crecientes ingresos de Europa. De hecho, Oporto y Benfica están clasificados para octavos como primeros de grupo, y el Sporting luchará con el Barça, el Sevilla o la Juventus por la Europa League.

Las cifras de EY detallan que la televisión y los ingresos por competiciones generaron 177 millones de euros en la liga en 2021-2022, un 13,1% menos que el curso anterior; sin embargo, el agregado de ticketing más pagos UEFA se disparó un 78,8%, hasta 179 millones de euros. Por último, el comercial aportó 90 millones, un 38,3% más.

El 77% del negocio lo copan Benfica, Oporto y Sporting; el reto, rebajar esa cifra

Este punto demuestra el potencial y el auge de los clubes, aunque habría que ver de cuántos. Sin embargo, el informe vuelve a enfatizar en la palanca de los traspasos: 291 millones, un 2,7% más. Es, con diferencia, la primera línea de negocio del fútbol profesional del país vecino. Así lograron ganar cerrar con beneficios 14 de los 18 equipos de Primera.

Por último, y para romper la barrera de los 1.000 millones de negocio, la competición ha de mejorar la explotación de los estadios, cuya ocupación media se situó en solo el 34%. Y también, elevar el valor de la Segunda División, con un negocio agregado de 46,1 millones, menor al presupuesto que tuvo el RCD Espanyol el año que bajó a Segunda y una suma equivalente a lo que conjuntamente pueden mover Real Zaragoza, Real Sporting y Real Oviedo.