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Un plan de ayudas para combatir la pobreza urbana en la metrópolis de Barcelona
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Un plan de ayudas para combatir la pobreza urbana en la metrópolis de Barcelona

El Área Metropolitana de Barcelona repartirá 10 millones de euros hasta 2024 entre proyectos de educación, inserción laboral o cohesión vecinal

Foto: Tres personas sin hogar permanecen sentadas en la plaza Real de Barcelona. (EFE)
Tres personas sin hogar permanecen sentadas en la plaza Real de Barcelona. (EFE)

Absentismo y abandono escolar, familias sin trabajo, soledad no deseada en personas mayores, imposibilidad de acceder a internet, problemas de seguridad ciudadana… El patrón es casi siempre el mismo en las barriadas más pobres de cualquier área metropolitana.

Es la denominada vulnerabilidad urbana, un fenómeno que se da cuando confluyen procesos de exclusión social y residencial intensos en áreas urbanas, que limitan la posibilidad de que sus habitantes se integren o asciendan socialmente. Y que además es estructural, según un estudio del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y perpetúa los riesgos de exclusión de la población. Este es el patrón que aumenta las cifras de la pobreza: más de 13 millones de personas, el 27,8 % de la población española, están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, según el último Informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión de EAPN España, basado en el análisis del indicador Arope (At-Risk-Of Poverty and Exclusion) entre 2008 y 2020.

Tras décadas de experiencia en la lucha contra la pobreza urbana, hay algunas certezas, dice el estudio del IERMB, sobre los efectos positivos de las medidas que se han impulsado, en el desarrollo económico y social, la rehabilitación del espacio público, la formación o la salud. De ahí que la mejor forma de actuar sea, según el mismo informe, empezando por los barrios y con políticas de mejora estructurales y estables.

En la metrópolis de Barcelona, la vulnerabilidad se manifiesta de forma más intensa en los ejes del Besòs y del Llobregat

Para reducir la dicotomía núcleo-periferia en el territorio metropolitano y minimizar las desigualdades sociales, el pasado mes mayo, el Área Metropolitana de Barcelona abrió una primera convocatoria de ayudas a todos los municipios que la conforman, excepto Barcelona. Ahora, estas ayudas han sido adjudicadas a los 14 ayuntamientos metropolitanos, con los 20 proyectos que presentaron, con un volumen de inversión total de más de 14 millones de euros. De estos, el AMB financiará un 70 %, 9,8 millones en total, a emplear hasta 2024.

De acuerdo con el índice de vulnerabilidad urbana, en la metrópolis de Barcelona, la vulnerabilidad se manifiesta de forma más intensa en los ejes del Besòs y del Llobregat, algo que coincide con los municipios que han solicitado las ayudas. “Mejorar las rentas no solo viene por el lado de los salarios. Este plan permite a personas que no poseen recursos acceder a mejorar su cultura, su educación… Eso también es mejorar sus rentas y por eso este programa es absolutamente necesario”, explica Antonio Balmón, vicepresidente ejecutivo del AMB.

“El Programa integral de barrios para la mejora de las rentas del AMB identifica zonas donde se da una vulnerabilidad social aguda y busca revertir algunas de las condiciones que la provocan y la enquistan”, añade Ramon Torra, gerente del AMB. Para combatir las situaciones de pobreza extrema, se pone el foco en los colectivos especialmente delicados, entre los cuales hay jóvenes, personas dependientes, personas mayores o mujeres.

Cuatro ejes de actuación

Los cuatro ejes de actuación en los que se divide el programa son: 1) educación, fractura social, brecha digital y adaptación social; 2) mejora de la relación entre las necesidades de formación, demanda de trabajo y oferta de ocupación; 3) medidas de cohesión social, y 4) vivienda digna para atender situaciones irregulares y rehabilitación de espacios y transición ecológica. Además de dirigirse, sobre todo, a colectivos de máxima vulnerabilidad, la mayoría de los proyectos financiados por el AMB refuerzan planes locales de actuación comunitaria o de convivencia.

Así, por ejemplo, uno de los focos principales está en el fomento de actividades que prevengan el abandono escolar, vía clases de apoyo, actividades dirigidas, motivación a los estudiantes u orientación laboral, como es el caso del proyecto presentado por el ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs para el barrio de La Mina. Este va dirigido a jóvenes que han abandonado el itinerario formativo o laboral o que están a punto de hacerlo y los reconecta con itinerarios formativos y/o laborales a través de la recuperación de sus hábitos de estudio o motivación, además de visitas y prácticas a empresas y fomento de la emprendeduría y la autoocupación, como contempla el plan de Sant Boi de Llobregat.

Foto: El cocinero Adrián Rojas (i) reparte comida en el comedor social Casa 28, en Malasaña. (EFE/Mariscal)

Para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías, se ofrecerá un refuerzo en formación digital a las familias con niños y personas dependientes, como en uno de los proyectos presentados por el ayuntamiento de Barberà del Vallès. En la lucha contra la soledad y el sinhogarismo, se buscará una detección precoz de estas problemáticas mediante la contratación de informadores, que harán visitas periódicas por el vecindario. Una medida que, por ejemplo, se implementará en el barrio de Sant Ildefons, en Cornellà de Llobregat, además de la provisión de espacios para ofrecer un techo y actividades que fortalezcan la cohesión social, la autonomía y la salud física o mental.

En diversos barrios de Sant Feliu de Llobregat, se creará una oficina de información de medidas de protección a familias vulnerables, donde recibirán información para reducir su consumo energético, asesoramiento para entender contratos y recibos energéticos o información y soporte en la tramitación de ayudas y bonificaciones. También se instalarán puntos de inserción laboral en el barrio de La Ribera, en Montcada i Reixac.

Para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías, se ofrecerá un refuerzo en formación digital a las familias con niños y personas dependientes

Por el lado de la salud y la prevención, la mirada está especialmente puesta en las mujeres, con la promoción de espacios propios y acciones dirigidas a su empoderamiento y el apoyo a las que más lo necesiten, como en el proyecto de Camps Blancs, en Sant Boi de Llobregat, donde se crearán equipos integradores sociales para acompañar a mujeres jóvenes, especialmente de la comunidad magrebí, gitana y de otras procedencias en situación vulnerable.

En el barri antic de Barberà del Vallès, un jardín agroecológico servirá para fomentar la alimentación saludable, los valores medioambientales y el conocimiento de los productos de proximidad y se creará un obrador de comida preparada de temporada para abastecer toda la red de cocinas municipales con criterios y productos agroecológicos. Todo esto, acompañado de talleres de cocina para la formación prelaboral y profesional.

Por último, en varios barrios de Badalona, entre otros municipios, se rehabilitarán espacios públicos para que sean espacios de encuentros comunitarios y se creará una red comunitaria de actividades sociales integradoras con la cooperación entre asociaciones vecinales, empresas locales y el consistorio. En barrios como La Ribera, en Montcada i Reixac, un equipo mediador se encargará de los conflictos vecinales.

Absentismo y abandono escolar, familias sin trabajo, soledad no deseada en personas mayores, imposibilidad de acceder a internet, problemas de seguridad ciudadana… El patrón es casi siempre el mismo en las barriadas más pobres de cualquier área metropolitana.

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