Brufau da marcha atrás y se replantea seguir como presidente de Repsol a los 75 años

Repsol disfruta en bolsa de los altos precios del petróleo y de los cerca de 6.000 millones de ingresos por la venta parcial de dos de sus negocios principales, el de la exploración de crudo y el de las energías renovables. Un éxito que ha llevado a su actual presidente, Antonio Brufau, a plantearse su continuidad en el cargo a sus casi 75 años, pese a que en su última renovación comunicó oficialmente que dejaría sus funciones a principios de 2023, cuando vence su actual mandato.

Según aseguran fuentes financieras, Brufau ha comunicado a sus allegados su intención de seguir como presidente de Repsol, puesto al que accedió a finales de 2004, tras la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde entonces, la petrolera ha vivido un periodo muy convulso, con el intento de Sacyr de hacerse con la mayoría del capital en alianza con la mexicana Pemex, la expropiación de la filial argentina YPF, la fallida compra de la canadiense Talisman por 10.400 millones y el hundimiento de los precios del crudo hasta los 20 dólares por barril.

Desde 2015, Brufau cedió sus funciones ejecutivas en favor del expolítico vasco, por lo que pasó a ejercer una labor institucional

Ahora, Repsol vive un momento placentero, gracias a la subida de la cotización del petróleo hasta los 90 dólares (ha llegado este año hasta los 128 dólares) y la venta del 25% de su filial de renovables a Crédit Agricole por 900 millones y el 25% de su división de exploración a EIG por 4.800 millones. Una coyuntura que ha llevado a Brufau a sondear su continuidad en la presidencia, pese a que la compañía hizo público en marzo de 2019 que se retiraría en la junta de 2023 tras un debate interno, dado que ya superaba los 70 años.

"Antonio Brufau ha anticipado al consejo de administración su intención de que esta sea su última reelección, de tal forma que su cargo expiraría al término de este nuevo mandato", informó la compañía en marzo de 2019 en una nota de prensa enviada también a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En ese momento, Brufau contaba con 71 años, por lo que prolongaba su presidencia hasta los 75, una edad considerada extraoficialmente como de jubilación obligatoria.

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Sin embargo, según fuentes cercanas a Repsol, el ingeniero catalán ha decidido plantear a la comisión de nombramientos y retribuciones su continuidad como primer directivo de la petrolera, al considerar que el tándem que hace con Josu Jon Imaz de consejero delegado es bien recibido por el mercado. Desde 2015, Brufau cedió sus funciones ejecutivas en favor de expolítico vasco, por lo que pasó a ejercer una labor institucional y de supervisión del cumplimiento del plan estratégico.

Esta sucesión llevó consigo una modificación de su contrato, con la renuncia a una compensación por blindaje de 14,25 millones a cambio de recibir un salario fijo y garantizado de 2,5 millones hasta 2019. El pasado año, sus emolumentos ascendieron a 2,77 millones, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos ejercicios, ya que no están vinculados a los resultados del grupo.

Imaz, entrenador

Fuentes oficiales de Repsol han declinado hacer ningún comentario sobre esta información. Otras próximas a la petrolera admiten que el órgano de gestión está muy satisfecho con el funcionamiento del binomio Brufau-Imaz, ya que ha dado estabilidad a la compañía, con un reparto de funciones ejemplar, tal y como se recomienda en los manuales de gobierno corporativo. No obstante, matizan que la continuidad de Brufau se analizará en los próximos meses y que hasta la fecha no ha habido ninguna proposición oficial.

La postura de Imaz ayuda a mantener este duopolio, ya que está conforme con su rol de consejero delegado y no tiene ambición por el momento de ascender más arriba. "Yo soy entrenador, no presidente", ha confesado en algunas reuniones a puerta cerrada.

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La Comisión de Nombramientos de Repsol está presidida por Auroa Cata, ingeniería industrial que entró en el consejo de administración en la junta celebrada en abril de 2021. Esta comisión la completan Emiliano López-Achurra, que fue nombrado consejero en noviembre de 2021, y María Teresa García-Milá, que lleva tres años en el órgano de gestión de la petrolera. Asesorados por una firma de consultoría, los tres deberán analizar si Brufau es la persona idónea para continuar en la presidencia no ejecutiva tras comunicar hace algo más de tres años que dejaría el puesto.

El devenir del caso Villarejo, que cuya última desimputación ha sido recurrida por la Fiscalía Anticorrupción, influirá en el planteamiento final de la Comisión, que hasta la fecha ha respaldado al presidente. Una propuesta que después tendrá que ser validada en junta de accionistas. Cuando en 2019 se sometió a renovación su continuidad, un 93% de los inversores votó a favor. Actualmente, Florentino Pérez (ACS) es el único presidente del Ibex que supera los 75 años, seguido de Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), que a finales de septiembre alcanzará los 72 años.