La subida de tipos y la guerra de Ucrania impactan en las pensiones de Botín y Torres

Las pensiones de los principales banqueros españoles se resienten. El peor arranque en años en los mercados de renta variable (acciones) y renta fija (bonos) tuvo un impacto millonario en los fondos para la jubilación de los principales ejecutivos de Santander, BBVA y CaixaBank.

De este modo, los principales responsables de los grandes bancos españoles tienen compromisos a futuro de cerca de 110 millones de euros. Comenzaron el año con 112,3 millones, a los que sus bancos han aportado 3,5 millones adicionales. A pesar de ello, los mercados impactaron en estas bolsas de jubilación, bajando el importe total hasta 108,2 millones. Es decir, han visto esfumarse 7,8 millones.

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Jorge Zuloaga

Uno de los mayores batacazos es el que ha sufrido el presidente de BBVA, Carlos Torres, con la gestión del dinero de su pensión. El banquero salmantino, uno de los mejor pagados del sector (7,8 millones anuales), arrancó el año con 24,6 millones en su fondo de pensiones. A esto se sumaron 450.000 euros que aportó el banco para nutrir este fondo, y, sin embargo, el saldo final quedó en 23 millones, casi un 9% menos.

Torres tenía en las aportaciones a su jubilación una de las principales palancas de su sueldo hasta 2019. Hasta entonces, recibía 1,6 millones al año en este concepto. Sin embargo, decidió reducir esta cuantía y sumársela al salario fijo, para así adaptarse a las peticiones de inversores y supervisor.

En el caso de Santander, esta entidad tenía a finales de 2021 casi 67 millones en pensiones para su presidenta, Ana Botín (48 millones), y su consejero delegado, José Antonio Álvarez (casi 19 millones). Durante los seis primeros meses, la entidad ha sumado casi un millón a las huchas de estos dos ejecutivos. Y, a pesar de ello, el saldo acumulado bajó en algo más de un 4%, hasta 64,8 millones.

Todavía más acusada fue la pérdida del ahorro de los altos directivos de CaixaBank, que arrancaron el año con 18,2 millones, que tras las aportaciones recurrentes han disminuido en un 10%, hasta 16,5 millones.

Tormenta perfecta

Estos golpes se explican por la tormenta perfecta que hubo en los mercados en el primer semestre. Todo se truncó con la guerra de Ucrania, que incrementó la volatilidad en los mercados de acciones. Posteriormente, el repunte de la inflación hizo que los mercados anticiparan mucho antes las subidas de tipos anunciadas en julio, provocando el peor arranque de año en el mercado de renta fija de una década. Los fondos de pensiones invierten la mayor parte de su dinero en bonos, de ahí el impacto en las huchas de los banqueros.

A pesar de ello, los consejeros y altos directivos de las entidades vieron compensada esta 'pena' con un aumento de sus salarios. Su remuneración se situó en 80,4 millones durante los seis primeros meses del año, un 5% más que los 76,5 millones que percibieron durante la primera mitad de 2021.