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El Ibex alerta del fantasma de una Europa a dos velocidades por la subida de tipos y el IPC
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Podrían verse afectados sus negocios

El Ibex alerta del fantasma de una Europa a dos velocidades por la subida de tipos y el IPC

Grandes multinacionales como Santander, BBVA, Telefónica, Repsol o CaixaBank advierten a sus inversores del riesgo de fragmentación financiera fruto de una política monetaria más dura para combatir la escalada de precios

Foto: La Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
La Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
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La prima de riesgo vuelve a ser, una década después, una preocupación importante para las grandes multinacionales del Ibex 35. Firmas de primer nivel y de sectores estratégicos para la economía española como Banco Santander, BBVA, Telefónica, Repsol o CaixaBank, entre otras, han lanzado advertencias concretas a sus inversores sobre el riesgo de "fragmentación financiera".

Las empresas detallan, a instancias de sus auditores, que el nuevo entorno de subidas de tipos de interés fruto de una política monetaria más restrictiva del Banco Central Europeo para combatir la inflación, en máximos desde los años ochenta, podría acabar provocando inestabilidad y ataques de los mercados financieros a países altamente endeudados como España, que acarrea una deuda pública récord de más de 1,475 billones de euros (116,8% del PIB). Dicho de otro modo, temen que un episodio de inestabilidad financiera acabe desencadenando un fuerte aumento de las primas de riesgo de los países de la zona euro más vulnerables y resurja una Europa a dos velocidades, con más dificultades de financiación en unos Estados con respecto a otros pese a tener una moneda común.

De esta forma, las grandes compañías son conscientes de que un resurgimiento de las tensiones del diferencial de la deuda española con respecto a la alemana acabaría impactando sobre sus negocios, vinculados en parte al desempeño de la economía española. "La continuidad del conflicto bélico en Ucrania y la amenaza de un corte de suministro del gas ruso están provocando el incremento de los precios de la energía y de las materias primas, aumentando la inflación y reduciendo el crecimiento del PIB, provocando una ralentización en la recuperación económica tras la pandemia, sobre todo en los países del sur de Europa. A lo anterior se suma el riesgo en estos países (Grecia, Italia, España y Portugal) de una subida de las primas de riesgo frente a los bonos soberanos de referencia, como el alemán, pudiendo ocasionar una fragmentación financiera", señala Banco Santander.

placeholder El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (i), y el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Carlos Torres Vila, escuchan a la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante una jornada empresarial. (EFE/CEOE)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (i), y el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Carlos Torres Vila, escuchan a la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante una jornada empresarial. (EFE/CEOE)

En la misma línea se muestra su homólogo BBVA: "La finalización de los programas de compras de activos del BCE eleva el riesgo de la reaparición de fragmentación en la zona euro". Firmas de otros sectores como Telefónica también reflejan esta preocupación. "Un encarecimiento de las condiciones de financiación, tanto para el sector privado como para el público, excesivamente acelerado con un impacto negativo en la renta disponible, incluso podría desencadenar en episodios de estrés financiero. El catalizador de este escenario podrían ser tanto factores globales derivados del impacto que pueda tener el reciente aumento de la inflación y las consecuencias sobre la normalización de la política monetaria de EEUU o domésticos, como por ejemplo la fragmentación financiera propiciada por el proceso de subida de tipos de interés en Europa o un empeoramiento de la sostenibilidad fiscal en algún país europeo, que afectarían a las condiciones económicas de los países donde operamos", asegura la mayor empresa de telecomunicaciones de España.

Otra de las grandes empresas nacionales que operan a nivel mundial y que no han dejado de llamar la atención sobre este escenario es Repsol. La petrolera señala que "el endurecimiento monetario está siendo más notable en EEUU, mientras que en Europa el BCE deberá encontrar un delicado equilibrio entre abordar la inflación, respaldar la actividad y evitar los riesgos de fragmentación financiera. Una reevaluación repentina de las perspectivas de la política monetaria podría endurecer las condiciones financieras y frenar la recuperación". "En la eurozona existe la preocupación sobre una posible fragmentación financiera", zanja BBVA.

Santander alerta del "riesgo en Grecia, Italia, España y Portugal de una subida de las primas de riesgo ante a los bonos soberanos de referencia"

Todas estas advertencias se producen después de que el propio Banco Central Europeo anunciara en julio que activará un mecanismo antifragmentación financiera en aquellos países donde crea que haya riesgo de un ataque de los mercados financieros. La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya era consciente de este escenario semanas antes. En un foro celebrado en Sintra el pasado mes de junio, advirtió de que el riesgo de fragmentación es inherente a un euro imperfecto.

CaixaBank, cuyo segundo máximo accionista es el Estado español a través del FROB, señala que "el proceso de normalización monetaria se está traduciendo en un endurecimiento de las condiciones de financiación, y podría dar lugar a ajustes abruptos en los precios negociados en los mercados de capitales, especialmente ante eventuales episodios de aumento del grado de aversión al riesgo derivado de un deterioro adicional de la situación geopolítica, así como a un aumento de la fragmentación financiera".

En cualquier caso, varias compañías aprecian el esfuerzo que está haciendo Fráncfort, que al concluir el programa de compra de deuda tanto pública como privada desplegado en los últimos años ha anunciado que seguirá recomprando bonos en los mercados secundarios de aquellos países que sufran ataques injustificados. "Al final del semestre, las primas de riesgo retrocedieron ante el compromiso del BCE de acelerar la adopción de un mecanismo de emergencia para evitar la fragmentación del mercado de capitales", explica Banco Sabadell, que pone en valor este mecanismo, al igual que otras firmas como Santander o CaixaBank.

placeholder La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. (Reuters)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. (Reuters)

Sin embargo, la confianza del mercado en el denominado Transmission Protection Instrument (TPI) no es ciega. La pasada semana, más de un mes después de que el BCE anunciara su herramienta antifragmentación, los 'hedge funds' lanzaban su mayor apuesta contra la deuda italiana desde la crisis de 2008, según alertaba 'The Financial Times'.

Roma vive momentos más convulsos que Madrid actualmente. Sufre una mayor dependencia del gas ruso y en menos de un mes celebrará elecciones de resultado incierto tras el paso atrás de Mario Draghi. No obstante, ante un aumento repentino de la prima de riesgo italiana, el mercado da por hecho el contagio a otros países del sur de Europa como España, Grecia o Portugal. Los fantasmas de 2012 resuenan más fuerte que nunca. La prima de riesgo italiana subió a récord en dos años recientemente tras una rebaja de perspectiva de S&P. La prima de riesgo española alcanzó recientemente los 140 puntos y llegó a niveles máximos desde el confinamiento.

El TPI no ha sido capaz de enterrar las dudas al 100% La prima de riesgo española ha vuelto a subir hasta los 120 puntos. La incertidumbre sobre su eficacia no se ha despejado. En última instancia, tendrá que ser el consejo de gobierno del BCE quien de forma discrecional apruebe una compra ilimitada de bonos de un país para frenar posibles tensiones. Es decir, que la palabra de países como Alemania, Holanda, Dinamarca o Austria, conocidos como los frugales, seguirá siendo determinante para países del sur cuya situación de deuda o déficit está aún lejos de estar embridada.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Wolfgang Rattay)
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El riesgo de una Europa a dos velocidades sigue ahí pese a los esfuerzos del BCE. Prueba de ello son las últimas declaraciones de los principales responsables de los bancos centrales en Jackson Hole (EEUU). El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo el pasado viernes que la política monetaria dura continuará por largo tiempo y eso provocará "algo de dolor" para familias y empresas. Según su criterio, esta política monetaria más restrictiva, con nuevas subidas de los tipos de interés, es necesaria para combatir una inflación que ya perciben como algo más estructural que coyuntural, tal y como la describían hace un año.

El discurso de la Fed fue secundado un día después por el BCE. La consejera de la entidad, Isabel Schnabel, priorizó la lucha contra la inflación a través de tipos de interés más altos frente a los efectos secundarios indeseados que esto puede tener en cuanto a un menor crecimiento o mayores tasas de desempleo. Se da por hecha, a tenor de lo revelado en las actas de la última reunión, una nueva subida de los tipos de interés en septiembre y ya surgen tensiones entre diferentes países por si el alza debe ser de 0,25 o de 0,5 puntos. En este foro estadounidense, uno de los más importantes del año para los mercados, el gobernador del Banco Central de Letonia pidió subidas de tipos de interés incluso más fuertes de lo que estiman los mercados para detener el avance del aumento de precios, dando por hecho que una recesión en la eurozona es muy probable.

La prima de riesgo vuelve a ser, una década después, una preocupación importante para las grandes multinacionales del Ibex 35. Firmas de primer nivel y de sectores estratégicos para la economía española como Banco Santander, BBVA, Telefónica, Repsol o CaixaBank, entre otras, han lanzado advertencias concretas a sus inversores sobre el riesgo de "fragmentación financiera".

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