La factura del covid: el 'top ten' hotelero dispara un 70% su deuda bancaria y debe 6.000 M

Los dos años de pandemia del covid-19 han pasado una millonaria factura al sector hotelero español, que ha tenido que disparar sus cifras de endeudamiento para poder sobrevivir al desplome del turismo internacional y a las limitaciones de movilidad impuestas dentro y fuera de nuestras fronteras.

Solo las diez mayores compañías nacionales (Meliá, NH, Hotusa, Palladium, Barceló, Iberostar, RIU, Grupo Piñero, Promotora Hotelera Canaria y H10), han disparado un 70% su deuda con la banca, lo que supone haber pedido 2.500 millones de euros más de préstamo, hasta superar 6.000 millones de euros en total, de lo que tenían comprometido con las entidades financieras antes del virus.

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Y eso que esta cifra solo hace referencia a la exposición directa de la banca, es decir, no contempla otros compromisos como los arrendamientos financieros, que elevan todavía más los pasivos totales de estas empresas y, en consecuencia, el riesgo asociado a ellas.

Para enderezar esta situación, muchas compañías han recurrido a la venta de activos e, incluso, algunas han pedido el rescate a la Sepi (Sociedad Española de Participaciones industriales) para conseguir liquidez en unos años en los que se desplomó la facturación.

Como adelantó El Confidencial, el grupo de la familia Escarrer vendió el verano pasado ocho hoteles a Bankinter en una operación que ascendió a 200 millones de euros. Ahora, la primera hotelera de España está analizando opciones para repetir un movimiento en esta dirección, que le permite rebajar los 462 millones de deuda en que ha incrementado sus compromisos con las entidades financieras, que han pasado de 921 millones a 1.384 entre el cierre de 2019 y el 2021.

La desinversión de Meliá coincidió en el tiempo con la protagonizada por su eterno rival NH, que en junio de 2021 acordó con LaSalle Investment Management el traspaso del Gran Hotel de Barcelona por 125,5 millones de euros.

En apenas dos años, las diez mayores hoteleras han tenido que pedir 2.500 M más de préstamo

Hotusa, por su parte, ha necesitado un rescate de 241 millones del Estado para sobrevivir a la pandemia, la cual le cogió ya con unos elevados compromisos financieros. La compañía gallega arrancó 2020 debiendo 764 millones a las entidades financieras, cifra que al cierre del pasado ejercicio se había incrementado un 22,5%, hasta 936,5 millones de euros.

Más reciente, de principios este mismo año, es la desinversión protagonizada por Grupo Palladium que junto a El Corte Inglés ha traspasado al fondo Eurazeo la cadena hotelera Ayre por 135 millones de euros. Una inyección que ayudará al buque insignia de la familia Matutes a digerir los casi 100 millones de euros en que incrementó sus compromisos con las entidades financieras entre 2019 y 2020.

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La hotelera todavía no ha depositado en el registro los números con los que terminó 2021, con lo que el último dato oficial son los 266 millones que tenía en diciembre de 2020, frente a los 171 de un año antes.

Tampoco la mallorquina RIU ha oficializado aún sus cuentas del pasado ejercicio, pero los 825 millones de euros que le prestó CaixaBank el pasado julio la convierten en la compañía del sector que más ha modificado su perfil financiero en estos dos últimos años.

Hasta el covid, el grupo mallorquín presumía de ser una empresa sin deuda, galones que tuvo que quitarse para poder recomprar a TUI su participación del 49% en 19 hoteles RIU y en dos desarrollos que quiere llevar a cabo en México y Senegal.

En el caso de Barceló, sus compromisos con la banca han pasado de 623,4 a 1.069 millones entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021. La cadena mallorquina también protagonizó una importante desinversión cuando, en las Navidades de 2020, se deshizo del histórico hotel Formentor por 165 millones de euros, una operación que, no obstante, había arrancado antes del estallido de la pandemia.

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En cambio, la venta por parte de Iberostar del hotel Las Dalias por 100 millones de euros fue impulsada por su banca acreedora, a la que al cierre de 2020, último ejercicio con cifras oficiales, debía 59 millones de euros.

A Grupo Piñero la crisis le ha hecho replantearse su vocación patrimonialista y, como anunció en la última edición de Fitur, ahora ha apostado por crecer con una estrategia 'asset light', término con el que se conoce en la jerga del sector a la estrategia de explotar los hoteles pero sin tener la propiedad del edificio.

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A la espera de que registre sus números del pasado ejercicio, solo en el primer año de la pandemia sus compromisos con la banca pasaron de 439 a 592 millones de euros.

Promotora Hotelera Canaria, en cambio, consiguió en ese año mantener su deuda controlada; mientras que H10 ha conseguido rebajar de 128 a 108 millones de euros sus compromisos, eso sí, a cambio de haber vendido varios establecimientos: el Nueva Andalucía de Marbella por 65 millones y el barcelonés Ítaca por 20 millones de euros.