Goldman mueve ficha y liquida todas sus carteras de crédito inmobiliario ante el cambio de ciclo
El alumno aventajado de la anterior crisis inmobiliaria ha vuelto a tomar la delantera y ha encargado la venta en bloque de todas las cartera que compró a Caixa, Bankia y Sareb
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Un nuevo seísmo acaba de sacudir el mercado inmobiliario español. El banco estadounidense Goldman Sachs ha ordenado la venta en bloque de todas las carteras de crédito inmobiliario que tiene en nuestro país y que adquirió en el pasado a CaixaBank, Sareb y Bankia.
Según ha podido confirmar El Confidencial, la División europea de Real Estate ha comunicado ya a sus equipos y colaboradores en España la decisión, un movimiento que afecta tanto a las carteras de deuda con colateral inmobiliario (NPL) como a las de activos recuperados (REO).
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Se trata de toda la exposición que sigue teniendo al ladrillo español, derivada de las compras que protagonizó tras la crisis de la burbuja inmobiliaria, con un valor bruto de entre 300 y 400 millones de euros, siempre según las fuentes consultadas. Desde Goldman Sachs, han declinado realizar comentarios.
El gigante estadounidense fue uno de los inversores internacionales más relevantes y pioneros en la anterior crisis, ya que fue de los primeros en detectar el cambio de ciclo y en apostar por las compras en un momento en que todo el mercado era tierra quemada.
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Entonces, supo ver rápidamente el fin de la caída y el inicio de la recuperación. Ahora, la duda es si ha identificado el movimiento justo contrario: que empieza una dura y larga caída y, por eso, ha decidido hacer este rápido movimiento.
Entre los elementos que alimentan esta sospecha está la decisión de la entidad de rescindir anticipadamente los contratos que tiene con diferentes firmas de servicios para ir dando salida poco a poco a estas carteras y así poder venderlas en bloque y de manera inmediata.
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Cada vez más voces pronostican que 2023 y 2024 van a ser años muy duros, por tanto, este movimiento podría ir en la línea de anticiparse a ese invierno. No obstante, y a la espera de acontecimientos, tampoco puede descartarse que esta venta responda, sencillamente, al deseo de deshacerse de las 'colas', nombre con el que se conoce a los restos de carteras.
En favor de este segundo razonamiento juega el hecho de que Goldman haya dejado fuera de esta desinversión a Newdock, la filial de activos logísticos en la que prevé invertir 1.000 millones de euros y donde suma ya compromisos por 700 millones de euros.
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En 2014, Goldman se hizo con el antiguo Bankia Inmobiliario, fondo que se transformó en la actual sociedad Selección de Inmuebles, por 355 millones de euros. Un año después, junto a TPG, adquirió a CaixaBank el proyecto Atalaya, un 'portfolio' de créditos a promotores impagados por 240 millones.
En 2016, de la mano de D.E. Shaw, compró al banco catalán otros 900 millones de euros en préstamo promotor, y a Sareb una cartera, respaldada por viviendas, cifrada en 600 millones y bautizada como Proyecto Eloise.
Goldman fue de los primeros en detectar el cambio de tendencia en la anterior crisis
Aunque, si hay una operación que ha dado que hablar sobre Goldman ha sido la compra de 3.000 pisos sociales a la Comunidad de Madrid por 201 millones de euros, operación que fue anulada por los tribunales y que actualmente enfrenta al banco y al Gobierno regional por el importe que el segundo debe pagar al primero.
Con sus luces y sombras, aquella operación marcó un punto de inflexión y, junto a la adquisición de las viviendas sociales del Ayuntamiento de Madrid, fue el revulsivo que permitió que volviera la inversión internacional y que se diera la vuelta a un mercado que sumaba cinco años seguidos de fuertes caídas. ¿Estará ahora marcando otra vez el paso?