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El resurgir de La Penya en la ‘era Grifols’: más cantera, Europa y 6 millones de presupuesto
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Adquisición del 86% por el inversor

El resurgir de La Penya en la ‘era Grifols’: más cantera, Europa y 6 millones de presupuesto

Scranton, vehículo inversor de la familia, reflotó el club hasta la élite del baloncesto. Siguen retos como potenciar la nueva división de eventos o encontrar un patrocinador principal

Foto: Aficionados de la selección de baloncesto. (EFE/Toms Kalnins)
Aficionados de la selección de baloncesto. (EFE/Toms Kalnins)

De estar al borde de la desaparición y del descenso, a competir de tú a tú con el FC Barcelona Bàsquet en las últimas semifinales de ACB. El Joventut, uno de los históricos del baloncesto español, ha recuperado el pulso como uno de los clubes de referencia gracias a la familia Grifols y varios directivos de la farmacéutica que lleva su nombre. Ellos, a través de la firma Scranton, acudieron a su rescate en una situación crítica. Ampliaciones de capital mediante, La Penya cuenta hoy con un presupuesto de 6 millones de euros anuales, ha reducido la deuda hasta 1,4 millones y busca abrir nuevas líneas de negocio.

El vehículo inversor adquirió el 75% del Joventut en 2018. Su participación, tras las últimas inyecciones de capital, rondaría actualmente en torno al 86%. En la última ampliación aportó 3,69 millones de euros al club, que sirvieron para reforzar su control y cubrir las pérdidas que aún genera la entidad.

La participación de Scranton ha permitido elevar el presupuesto incluso a pesar de no haber encontrado un patrocinador principal. Esta es una de las tareas en las que se afana el club desde hace dos años, aunque por ahora sin éxito. La entidad presidida por el exjugador Juanan Morales apuesta por mantener el activo vacío mientras ninguna empresa se acerque a las pretensiones económicas por la venta de sus 'title rights': más de 750.000 euros anuales como mínimo.

Foto: Pablo Laso dirige a su equipo en una imagen de archivo. (EFE/ZIPI)

La venta del nombre del equipo y del pabellón son dos de los tres pilares para aumentar los ingresos a corto plazo. El tercero es su nueva división de eventos, cuya gestión ha asumido internamente para buscar nuevas palancas de negocio. Por el Palau Olímpic de Badalona ya han pasado los primeros conciertos y fue la sede de La Velada del Año II, organizada por Ibai Llanos y que congregó a 13.000 personas.

Desde el club asumen que la posibilidad de lograr más ingresos únicamente a través del baloncesto tiene techo. De ahí el interés en desarrollar nuevos verticales, como realizan algunos clubes de fútbol con sus estadios, que permitan generar más actividad. Para ello Scranton ha invertido hasta un millón de euros en los últimos años para realizar las obras necesarias en el pabellón.

La histórica deuda de La Penya está actualmente bajo control. En 2020-2021 logró reducir los compromisos con la Administración en 1,1 millones, y ya sólo le restan por devolver 1,4 millones. Esta es una máxima del club, que busca limpiar toda su deuda histórica para pasar definitivamente página y transmitir más credibilidad a las marcas en su proyecto. Liquidar la deuda pública es hoy el cuarto pilar sobre el que se asienta su presupuesto.

Foto: El Valencia BC, campeón de la Supercopa femenina. (EFE/Ramón de la Rocha)

De hecho, de los seis millones presupuestados en 2021-2022, aproximadamente la mitad es lo que se corresponde con el gasto en plantilla deportiva. El resto costea la cantera, los nuevos proyectos del club, su estructura interna y la devolución de la deuda. Joventut sigue los pasos de otros clubes como Breogán, que también apostaron por limpiar la deuda con terceros y que la única parte restante fuera con sus propietarios. En este caso, Scranton.

El fondo de la familia Grifols ha aportado 2,3 millones mediante préstamos participativos, que se añaden a la deuda con Hacienda. Una parte de los fondos de Scranton sirve para hacer frente a la actividad diaria del club y otra para reformar el Palau. Además, volverá a compensar las pérdidas, que fueron de 2,88 millones en 2020-2021 y de 822.000 euros la temporada anterior. Se desconoce cuál será el déficit asumido en 2021-2022, donde ya se ha recuperado parte del negocio de ticketing.

Con la cantera sacando más talentos y la vuelta de grandes nombres como Pau Ribas, Joventut ha logrado la legitimidad perdida

Es el precio que se asume por no luchar cada año por la permanencia, sino por llevar al equipo a la parte alta de la tabla en ACB y Eurocup. Las pérdidas, además, fueron más abultadas por la decisión de no aplicar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) a sus trabajadores y asumir la carga salarial pese a la pandemia.

Por el momento, se desconoce cómo ha cerrado Joventut el ejercicio 2021-2022 y cómo será su presupuesto y gasto en plantilla para el año que viene. Morales, aun así, ha reiterado en distintas ocasiones que no se puede armar un equipo competitivo con menos recursos, y que Scranton está dispuesto a asumir el papel de mecenas siempre que desde el club se persigan los objetivos deportivos y económicos fijados en la nueva hoja de ruta. Con la cantera sacando más talentos y la vuelta de grandes nombres como Pau Ribas, Joventut ha logrado la legitimidad perdida y ahora apunta a consolidarse de nuevo tras su etapa más complicada.

De estar al borde de la desaparición y del descenso, a competir de tú a tú con el FC Barcelona Bàsquet en las últimas semifinales de ACB. El Joventut, uno de los históricos del baloncesto español, ha recuperado el pulso como uno de los clubes de referencia gracias a la familia Grifols y varios directivos de la farmacéutica que lleva su nombre. Ellos, a través de la firma Scranton, acudieron a su rescate en una situación crítica. Ampliaciones de capital mediante, La Penya cuenta hoy con un presupuesto de 6 millones de euros anuales, ha reducido la deuda hasta 1,4 millones y busca abrir nuevas líneas de negocio.

Grifols Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB)
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