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El dividendo perdido de Gazprom se lo llevará Putin con un 'hachazo' de 20.000 millones
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EN PLENA GUERRA, TODO PARA EL ESTADO

El dividendo perdido de Gazprom se lo llevará Putin con un 'hachazo' de 20.000 millones

Cinco días después de la sorprendente cancelación de la retribución al accionista, la Duma aprueba un impuesto sobre los beneficios de la gasística por un valor muy similar

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (Reuters)
El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (Reuters)

El pasado jueves los inversores se quedaron con la boca abierta. La junta de Gazprom, el gigante gasístico ruso que actúa como ariete energético del Kremlin, había decidido cancelar por sorpresa el dividendo de 1,24 billones de rublos (unos 19.000 millones de euros) previsto para este año. Las acciones de la compañía se desplomaron un 30%, y en los mercados retumbaba una pregunta: ¿Y si la guerra no estaba siendo tan buen negocio?

Han bastado cinco días para conocer la estratagema que se encontraba detrás del giro de la compañía sobre la remuneración al accionista. No es que Gazprom esté mal —o, al menos, no tan mal como sugería la suspensión del que iba a ser el mayor dividendo de su historia—, ni que la guerra esté siendo un mal negocio. Todo lo contrario: la contienda está siendo un negocio redondo para el Kremlin, y precisamente por eso Gazprom no repartirá sus beneficios. Lo que le niega a los accionistas se lo dará al Estado, mientras el presidente Vladímir Putin se frota las manos para financiar la contienda.

Foto: Logo de Gazprom. (Reuters)

La Federación Rusa ingresará 1,25 millones de rublos con el hachazo a los beneficios extraordinarios del gigante energético que ha votado este martes la Duma. La cifra, casi idéntica al dividendo perdido, se torna todavía más lacerante si se tiene en cuenta que más del 50% del capital social de la junta que votó en contra de la remuneración propuesta por la dirección de la compañía está en manos del Estado.

Según la agencia Bloomberg, el 'hachazo' se justifica por una tasa sobre la extracción de minerales, aplicada a los beneficios obtenidos entre septiembre y noviembre del año pasado. Ese impuesto ya ha sido aprobado en la Cámara Baja, pero ahora falta el visto bueno de la Cámara Alta y del propio Putin.

Más allá de la interpretación política, lo cierto es que el impuesto va en la línea de los establecidos por otros países europeos para limitar los beneficios extraordinarios de las empresas en plena espiral inflacionista tras la invasión de Ucrania. Hasta ahora, Gazprom se ha beneficiado de los récords en los precios del gas, que le han permitido compensar la reducción del volumen de las exportaciones a Europa.

El pasado jueves los inversores se quedaron con la boca abierta. La junta de Gazprom, el gigante gasístico ruso que actúa como ariete energético del Kremlin, había decidido cancelar por sorpresa el dividendo de 1,24 billones de rublos (unos 19.000 millones de euros) previsto para este año. Las acciones de la compañía se desplomaron un 30%, y en los mercados retumbaba una pregunta: ¿Y si la guerra no estaba siendo tan buen negocio?

Vladimir Putin Inversores Dividendos
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