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Inditex recorta las fábricas en proximidad pese a la crisis de suministros
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CHINA Y TURQUÍA SUBEN

Inditex recorta las fábricas en proximidad pese a la crisis de suministros

La matriz de Zara sigue subrayando la producción en cercanía como parte clave de su estrategia. El número de fábricas no es lo mismo que la producción como tal, dato que no se revela

Foto: El logo de Inditex en la sede de Arteixo. (Reuters/Miguel Vidal)
El logo de Inditex en la sede de Arteixo. (Reuters/Miguel Vidal)

Pese a los cuellos de botella en la cadena de valor mundial ocasionados por la pandemia, Inditex ha estado reduciendo la proporción que suponen las fábricas en cercanía. La matriz de Zara, Stradivarius o Bershka viene dando forma a esta tendencia desde hace tiempo: en los últimos siete años, ha reducido en 10 puntos porcentuales la capacidad productiva en la región que comprende Europa, Marruecos y Turquía (los puntos más cercanos a su sede en Arteixo, Galicia). Este ejercicio no ha sido una excepción y la multinacional redujo en tres puntos porcentuales las fábricas en cercanía, hasta un 50%.

Esta cifra incluye las fábricas de corte, confección, tintado y lavado, estampación y acabado, aunque no revela el dato de producción. Es decir, arroja luz sobre la capacidad productiva disponible para Inditex, pero no sobre la producción en sí (lo que haya producido o dejado de producir en estas instalaciones en estos años). España es el principal mercado de Inditex, con un 15,39% de las ventas en este país. Por su parte, Europa (sin España) alcanzó en 2021 el 48,4% de los ingresos.

Foto: Logo de Zara. (Reuters/Yves Herman)

Según reconoce en su última memoria anual, Inditex también ha sufrido la crisis de los suministros. Para hacer frente a este desafío, la compañía pone al frente el modelo de proximidad, donde radica su estrategia de negocio. “El grupo ha continuado con la implantación de medidas de mitigación de impacto gracias a la flexibilidad propia de su modelo de aprovisionamiento basado en el abastecimiento de proximidad y en una posición única de inventario”, dice. Con todo, la empresa no explica por qué la cantidad de fábricas disponibles en cercanía ha caído en plena crisis de los suministros.

La industria textil lleva años debatiéndose entre geografías más baratas y flexibles como Asia y otras más caras y reguladas, como la Unión Europea. Una situación que ha dado pie a escándalos sociales como el de la fábrica de Dhaka, en Bangladés, cuando el colapso del edificio Rana Plaza en 2013 se saldó con miles de muertes. Hace unas semanas, la Comisión presentó un plan regulatorio para controlar las condiciones de la producción textil y vigilar el ‘greenwashing’. Con esta batería de medidas, la Unión Europea se prepara para reclamar más garantías y transparencia en la cadena de valor del sector textil europeo.

Una iniciativa que el consejero Virginijus Sinkevicius justificó con el fomento de una economía más circular: “Los productos no serán una fuente de contaminación, sino de nuevos materiales para la economía, reduciendo la dependencia de las empresas europeas de las importaciones”, dijo en el anuncio.

A corto plazo, el sector del consumo tiene que enfrentar, por un lado, el azote de la crisis de suministros y, por el otro, la inflación. En sus últimas cuentas, Inditex presentó unos datos de inventario históricamente elevados, algo que fue visto con escepticismo por algunos analistas, si bien la empresa explicó que se debía precisamente al riesgo de falta de material. Por otro lado, los directivos admitieron en las presentaciones posteriores que llevarían a cabo una subida de precios para paliar el aumento de costes. En España, esta alza sería de una media del 2%.

La principal marca de Inditex, Zara, saca nuevas prendas al mercado ('online' y presencial) dos veces por semana. Un modelo de rotación que blinda su flexibilidad ante los vaivenes del mercado (clima, modas, entorno económico…). Esta flexibilidad depende del músculo logístico de la empresa (con el ‘stock’ integrado, por ejemplo), así como de su red de plantas productivas. Para aguantar el ritmo de producción, Inditex confía, sobre todo, en Asia, que aglutina la mitad de sus fábricas. De hecho, hace siete años, las plantas en la Unión Europea y Asia estaban prácticamente equiparadas en el peso sobre la cadena, con un 33% y 35% por cada región, respectivamente. Hoy, las fábricas de la Unión Europea se quedan en un 21% —una proporción que ha perdido otro punto porcentual en 2022—.

Que las fábricas en cercanía hayan estado cediendo terreno no quiere decir que algunas regiones vecinas no hayan estado aumentando el rol que juegan en la cadena de suministro de Inditex. Mientras España, Portugal o Marruecos han perdido posiciones, Turquía ha conseguido ganar protagonismo. La volatilidad de la lira no ha supuesto problema para Inditex, así como para otros gigantes españoles. La situación del país presidido por Recep Tayyip Erdogan fue objeto de preocupación por parte de los analistas hace unos meses, pero el propio Marcos López, director de Mercados de Capital de la empresa, restó importancia a estos temores. “En Turquía compramos en euros los componentes de los productos, aunque la tela está, en gran parte, en dólares, y la mano de obra sí está en liras, pero es algo que vamos ajustando”, zanjó. Turquía es una geografía muy valorada por la industria textil por su vínculo histórico con este sector, cualidad que le aporta ‘expertise’ en la producción de moda. En 2021, Turquía alcanzó el segundo puesto dentro del rango de importaciones textiles del Icex, apenas por detrás de China.

Aunque Portugal o España hayan cedido terreno, Turquía ha aumentado en fábricas

Eso sí, si se compara con la trayectoria de los últimos siete años, Turquía sigue por debajo del 24% que rozaba en 2015. Continúa siendo la segunda región en fábricas para Inditex, aunque lejos de China. El gigante asiático pasó de suponer un 23,4% de las fábricas de Inditex hace siete años a suponer hoy un 38,5%. Una proporción que ha aumentado en más de cuatro puntos porcentuales entre el pasado ejercicio y el de 2021. Es la región que más ha tirado del auge de Asia en la cadena de valor de la matriz de Zara, ya que Bangladés, Pakistán o Vietnam se han mantenido prácticamente estables.

Entre el resto de las empresas españolas del sector, otra de las compañías que han dado datos recientes sobre este tema es Mango. La empresa catalana ha revelado que la cifra de fábricas Tier 1 (confección de la ropa y accesorios) y Tier 2 (piezas necesarias para dicha confección) en cercanía alcanza el 39,6% del total. Sin embargo, este dato no se puede comparar con la cifra de 2020 porque en ese año solo había publicado el número de las Tier 1.

Pese a los cuellos de botella en la cadena de valor mundial ocasionados por la pandemia, Inditex ha estado reduciendo la proporción que suponen las fábricas en cercanía. La matriz de Zara, Stradivarius o Bershka viene dando forma a esta tendencia desde hace tiempo: en los últimos siete años, ha reducido en 10 puntos porcentuales la capacidad productiva en la región que comprende Europa, Marruecos y Turquía (los puntos más cercanos a su sede en Arteixo, Galicia). Este ejercicio no ha sido una excepción y la multinacional redujo en tres puntos porcentuales las fábricas en cercanía, hasta un 50%.

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