Torres y Genç destruyen 6.000 M de valor de BBVA por su 'pasión turca'

Toque de atención del mercado a BBVA. La apuesta por Turquía ha convertido al banco vasco en el peor español en bolsa en los últimos cinco meses y en el que tiene peor base de recomendaciones actualmente. El punto de inflexión para el grupo presidido por Carlos Torres llegó el pasado 15 de noviembre. A días de presentar su nuevo plan estratégico, el banquero salmantino y su número dos, el turco Onur Genç, decidieron sorprender al mercado con una opa (oferta pública de adquisición) por el 50% que no controla en su filial Garanti. El anuncio tuvo el efecto contrario, y desde entonces las acciones del banco caen en torno a un 15% —cerca de 6.000 millones menos de valoración—, frente al 10% que suben de media el resto de bancos españoles cotizados (Santander, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja).

Lo que más preocupa en La Vela no es esta caída, sino la desconexión con los grandes bancos de inversión internacionales. BBVA fue una de las entidades estrella desde que, a finales de 2020, decidió vender su filial en Estados Unidos y anunciar la primera gran recompra de acciones de España y una de las primeras de Europa. La entidad navegó con viento de cola desde entonces hasta la opa por Garanti. De hecho, Torres defendió en la junta de accionistas que la evolución del banco es mejor que la de su competencia mirada a más largo plazo, con una rentabilidad total para el accionista del 30% desde 2019: "La comparativa creo que es muy concluyente respecto a nuestro mejor desempeño".

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Sin embargo, este viento sopla actualmente contra los dos principales ejecutivos de BBVA. De los 33 consejos de inversión que recoge Bloomberg, tan solo un 42% recomienda comprar títulos del banco vasco, los peores números junto a Bankinter, aunque en el caso de esta entidad se produce tras un mejor comportamiento en bolsa. Frente a ellos, Unicaja Banco tiene un 83% de consejos de compra; Santander, un 71%; CaixaBank, un 58%, y Sabadell, un 48%.

El último mensaje de inversores a BBVA llegó la semana pasada, con un informe de JP Morgan en el que mejora su perspectiva de la banca española por las posibles subidas de tipos, pero se abstiene de aconsejar comprar títulos de la entidad vasca por su exposición a Turquía. En la misma línea, hace algunos días Credit Suisse apuntaba que "seguimos precavidos por la creciente inflación en las geografías clave y en la mayor exposición a la volatilidad de la divisa turca y las perspectivas económicas menos alentadoras".

Estos dos informes son solo dos ejemplos de los avisos que ha recibido la entidad en los últimos meses. La inestabilidad macroeconómica de Turquía, con una inflación disparada en el 61%, y la inestabilidad de su moneda hacen que inversores y supervisores desconfíen de esta apuesta.

BBVA obtuvo un beneficio de 740 millones en el país otomano durante 2021, un 13% del resultado del grupo. El banco defiende que tiene cubierto con derivados parte del riesgo de depreciación de la divisa tanto en beneficio como en capital. Y explica la opa afirmando que ya tiene el 100% del balance de Garanti integrado en el suyo, pero tan solo el 50% del beneficio. Aun así, inversores y supervisores no entienden que el grupo haya reducido su exposición a Estados Unidos, donde vendió su filial el año pasado, para elevar su dependencia de un país como Turquía.

Adiós al tren de Sabadell

La apuesta turca contrasta con la decisión de abandonar la compra de Banco Sabadell a finales de 2020. Torres y Genç pusieron sobre la mesa una ecuación de canje que suponía valorar la entidad catalana en 2.250 millones, y su presidente, Josep Oliu, exigió al menos una tasación de 2.500 millones. Las negociaciones se rompieron. Sabadell vale actualmente más de 4.100 millones y su filial británica, TSB, que entonces se valoraba a cero, ha tenido ofertas por 1.200 millones. En cambio, BBVA acaba de pagar poco meno de lo que valía el grupo catalán por 662 sucursales que tiene Merlin para cerrarlas.

Tras la ruptura de 2020 sigue habiendo rumores ocasionales de que se vuelve a negociar esta fusión, aunque Oliu y el consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, cerraron la puerta a ello en su última junta de accionistas.

Torres tiene el reto de recuperar los vientos de cola en los próximos meses antes de que se cierre la instrucción del caso Villarejo, el mes de julio, que pondrá el foco sobre la gestión que ha hecho de esta causa desde que cogió el timón de BBVA a comienzos de 2019.