Es noticia
Nasser Al-Khelaifi, el lado oscuro del 'ministro' sin Champions
  1. Empresas
TRAS EL NEGOCIO DEL PADEL

Nasser Al-Khelaifi, el lado oscuro del 'ministro' sin Champions

Los intereses del dinero qatarí abarcan infinidad de latitudes y sectores. Solo en nuestro país está presente en grandes compañías como Iberdrola, Colonial, Prisa o El Corte Inglés

Foto: Nasser Al-Khelaifi. (EFE)
Nasser Al-Khelaifi. (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un día antes de que las aspiraciones del PSG se vieran truncadas por el Real Madrid en una noche mágica, Nasser Al-Khelaifi tuvo un nuevo sobresalto judicial. La fiscalía de Suiza solicitó para él 28 meses de cárcel en el marco del caso conocido como 'FIFAGate'; es decir, por su presunta implicación en los sobornos a la FIFA (al número dos) relacionados con la concesión de los derechos televisivos de los mundiales de fútbol de 2026 y 2030 para África del Norte y Oriente Medio.

Su posible implicación poco tiene que ver con el club parisino, pero sí con su condición de magnate en la industria del deporte, en este caso por la derivada audiovisual, ya que es propietario de BeIN Sports, la productora propiedad de Qatar Sports Investments (QSI), plataforma que preside Al-Khelaifi y a través de la cual el emirato de Qatar (Qatar Investment Authority) realizaba sus inversiones en esta industria, desde el PSG a su actual incursión en el pádel profesional.

Los intereses del dinero qatarí abarcan infinidad de latitudes y sectores. Solo en nuestro país está presente en grandes compañías como Iberdrola, Colonial, Prisa o El Corte Inglés, además de tener activos inmobiliarios singulares como el hotel Intercontinental de Madrid o el W de Barcelona, además del Puerto Viejo de la Ciudad Condal y el Náutico de Tarragona. Sin embargo, su actividad en el mundo del deporte y el entretenimiento es la que más notoriedad pública le genera.

Foto: Nasser Al-Khelaïfi, en la entrega del Balón de Oro. (EPA/Yoan Valat)

Y como punta de lanza de esa diplomacia blanda ideada por Qatar en torno a los eventos deportivos está Al-Khelaifi, economista de formación y extenista cuasiprofesional (Doha, 1973) que trabó amistad en sus primeros años de raqueta con Tamim Ben Hamad Al-Thani, cuarto hijo del jeque Hamad bin Jassem bin Jabr Al-Thani, miembro de la familia real, ex primer ministro y exministro de Asuntos Exteriores y en la actualidad presidente ejecutivo del fondo soberano de Qatar.

Pese a llevar diez años al frente del PSG, donde acumula más de 1.300 millones de euros invertidos sin conseguir el trono de mejor club europeo, la sombra de Al-Khelaifi trasciende al mundo del fútbol. Sus tentáculos se extienden a través de QSI a diferentes deportes, como el atletismo, por el que también ha estado imputado, tras la sospecha del juez instructor de su participación para la asignación del Mundial de Doha en 2019 mediante el pago de sobornos.

Como todo aquello que el dinero puede conseguir, hasta Qatar van los circos de la Fórmula 1 o Moto GP, incluso ha celebrado su propia competición ciclista como la Vuelta. Además, siendo Al-Khelaifi presidente de la Federación de Qatar de Tenis, el país también acoge una prueba del circuito profesional ATP (Qatar Exxonmobil Open), así como hace unos meses el propio mundial de pádel, un banco de pruebas para desarrollar luego una competición profesional rival de WPT.

Foto: El emir de Qatar, Tamin bin Hamad al-Thani, junto a Nasser Al-Khelaifi. (EFE/Noushad Thekkayil)

Pero lo más relevante gira en torno al deporte rey. Sin ir más lejos, este 2022 se celebrará el Qatar el mundial de fútbol, lo que ha obligado a celebrar la cita a final de año. Esta elección, como la de Rusia en 2018, también arrastra sombras sobre la limpieza existente en el proceso de selección celebrado en FIFA. Ese largo camino dio pie a que durante años el FC Barcelona, de la mano de su presidente Sandro Rosell, contará con el dinero qatarí como patrocinador principal.

La capacidad financiera de la que viene haciendo ostentación Al-Khelaifi durante años, por no hablar de sus formas, también ha sido objeto de controversia dentro y fuera de Francia. Desde hace diez temporadas, cuando QSI se hizo con el control del PSG, el club ha ganado siete campeonatos, para sumar un total de nueve, a uno solo del récord que ostenta el histórico Saint-Etienne en casi 90 años de historia de la competición. No extraña que se le haya acusado de matar la Ligue 1.

Más allá de su acierto deportivo, el millonario qatarí ha desplegado su chequera sin rubor, tanto para fichar como para despedir. Su momento cumbre tuvo lugar en el verano de 2017, cuando desembolsó 402 millones de euros para hacerse con los servicios de Neymar Junior (Barça) y Kylian Mbapppé (Mónaco), pero su armario de despidos rebosa nombres de entrenadores de todo perfil (Blanc, Ancelotti, Emery, Pochettino…), a los que ha fulminado sin confiar a medio plazo.

Nasser Al-Khelaifi ha prometido pagar todo a los disidentes, ganen o pierdan

Esta urgencia por cosechar éxitos ha puesto también en el punto de mira a Al-Khelaifi a cuenta del cisma abierto en el circuito de pádel profesional. El pasado 14 de marzo se presentó por parte de la Federación Internacional (FIP), Qatar (QSI) y la nueva asociación de jugadores (PPA) la puesta de largo de la Premier Padel, una nueva liga para competir con World Padel Tour (WPT), gestionado y controlado por el grupo español de alimentación y bebidas Damm (Demetrio Carceller).

La primera prueba, que tendrá lugar en Doha, a finales de marzo, no dispone de cuadro femenino, pero sí de un bote en metálico para repartir entre los participantes de medio millón de euros. La promesa de más dinero y más recursos (ESPN tiene los derechos televisivos para cuatro temporadas 2022-2026) sirvió para que varias de las estrellas de este pujante deporte, con el español Alejandro Galán a la cabeza, cambiaran de bando y dieran forma al sueño de Al-Khelaifi.

Mientras cohabitan ambos circuitos, su legitimidad se dirime ya en los tribunales. Aunque parezca paradójico, son jugadores (PPA) y Federación Internacional (FIP) quienes han recurrido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para denunciar el contrato que vincula a los 100 mejores jugadores del mundo con los torneos de WPT, tal como se firmó en 2019 para un periodo de cuatro años (2023). Al-Khelaifi ha prometido pagar todo a los disidentes, ganen o pierdan. Que no sea por dinero.

Un día antes de que las aspiraciones del PSG se vieran truncadas por el Real Madrid en una noche mágica, Nasser Al-Khelaifi tuvo un nuevo sobresalto judicial. La fiscalía de Suiza solicitó para él 28 meses de cárcel en el marco del caso conocido como 'FIFAGate'; es decir, por su presunta implicación en los sobornos a la FIFA (al número dos) relacionados con la concesión de los derechos televisivos de los mundiales de fútbol de 2026 y 2030 para África del Norte y Oriente Medio.

Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) Real Madrid FC Barcelona
El redactor recomienda