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Amadeus veta la subida discrecional de sueldo al CEO tras la revuelta de accionistas
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EL PRINCIPIO DE DISCRECIONALIDAD

Amadeus veta la subida discrecional de sueldo al CEO tras la revuelta de accionistas

El año pasado, los accionistas de la tecnológica votaron en contra del informe de remuneraciones. Los 'proxy' se quejaron de que la empresa había cambiado las reglas del juego

Foto: Luis Maroto, CEO de Amadeus. (Reuters/Andrea Comas)
Luis Maroto, CEO de Amadeus. (Reuters/Andrea Comas)
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Junta clave para la credibilidad inversora de Amadeus. En 2021, los accionistas tumbaron con su voto la propuesta salarial de la cúpula de la tecnológica de viajes, con el 61% de los votos en contra del informe de remuneraciones. Una situación rara en las juntas de accionistas del Ibex 35, que todavía cuentan con un alto grado de pasividad. El voto fue consultivo, como también lo será este año; sin embargo, merma la reputación de la cotizada. A falta de una fecha para el encuentro de este año, Amadeus ya ha reconocido la situación en su actual informe de remuneraciones, poniendo en marcha un plan de acción para no volver a caer en los errores pasados.

Según explica Amadeus, la Comisión de Nombramientos y Retribuciones prescindirá del “derecho a utilizar discrecionalidad para modificar al alza los pagos o conceder pagos extraordinarios con respecto al plan de incentivos a largo plazo de 2019-2022, el de 2020 y 2023 o el bonus actual para el ejercicio de 2021”. Es decir, la empresa no podrá tomarse la libertad de cambiar las reglas del juego para aumentar el pago a sus directivos. Un derecho que gran parte de las compañías se ‘autorregalan’ en la política de remuneraciones y que Amadeus empleó en 2021.

El consejero delegado, Luis Maroto, tiene una remuneración fija que en 2021 alcanzó los 1,22 millones de euros. El salario fue rebajado con el estallido de la pandemia, pero en este 2021 ha vuelto al nivel previo al covid-19. Por otro lado, Maroto también cuenta con un bonus anual (que este año fue de 1,4 millones de euros) según los objetivos de desempeño financiero de la empresa (reducción de costes, flujo de caja operativo y margen bruto). Todo esto forma parte de la remuneración en metálico, que en 2021 aumentó un 29% respecto a 2020, hasta quedarse en los 2,43 millones.

Foto: Sede de Amadeus.

Además de esta remuneración, Maroto también percibe un pago en acciones por el desempeño a largo plazo, que se mide en planes de tres años (PSP). Cada año se paga un plan; por ejemplo, este 2021, el CEO ha cobrado el de 2018-2021. Este plan se mide según el beneficio por acción, el flujo de caja operativo antes de impuestos y el desempeño de la acción en bolsa en comparación con la media resultante de un grupo de cotizadas del sector. En este ejercicio, por ejemplo, el directivo ha cobrado casi la mitad que en 2020, con 851.000 euros en el bolsillo, ya que no ha alcanzado los objetivos en bolsa. Y eso que el año pasado la empresa ya anunció que los objetivos fundamentales del último año de este plan quedarían prácticamente perdonados por el coronavirus. Con esta parte de variable a largo plazo, el total del salario serán 3,47 millones de euros, un 5% menos que en 2019.

El principal problema de la junta de 2021 fue el bonus del CEO. En pleno estallido de la pandemia, la compañía se tomó la libertad de usar el coronavirus como excusa para variar los informes que determinaban este pago. Según explicó en el informe de entonces, la Comisión de Retribuciones prefirió tener en cuenta “objetivos que reflejan mejor las nuevas prioridades comerciales de la compañía en un escenario de pandemia”. Como objetivos, enumeró la eficiencia de costes, gestión del capital humano, clientes y accionistas como los cuatro pilares de su balanza. Al final, decidió que el bonus del consejero delegado, Luis Maroto, serían 880.000 euros, un 20% menor al de 2019.

En plena pandemia, la compañía cambió factores en los bonus a corto y largo plazo

Al ‘proxy advisor’ ISS esto no le gustó, ya que la política de remuneraciones establece que los objetivos que no sean financieros no pueden superar el 30% de la rúbrica por la que se decide el bonus. Factores como el de ‘clientes’, argumentaba, entran en un área gris. La agencia pidió explicaciones a la compañía, y esta dijo que lo que había pasado era que había decidido sustituir el bonus habitual por un “pago especial por reconocimiento”. “Grandes esfuerzos han sido requeridos por el equipo directivo para asegurar la continuidad del negocio en medio de la peor disrupción de la industria de viajes”, explicó Amadeus a ISS. Al ‘proxy’ no le convenció: “Estas tareas son el deber normal del equipo gestor, lo cual se ve compensado por el salario base, y la discreción del consejo es cuestionable”, zanjaron. Según dijo, este bonus no era equitativo a la experiencia del inversor en la pandemia.

Lo mismo ocurrió con Glass Lewis. El ‘proxy’ subrayó una caída de los ingresos del 61%, junto con un desplome del ebitda del 90%. La empresa había cancelado el dividendo complementario y las acciones habían perdido un 50% en la pandemia. “Aunque reconocemos la necesidad de premiar a los ejecutivos por su rendimiento en estos tiempos complicados, nos preocupan las decisiones tomadas por el consejo y comité de remuneración en 2020”, zanjaron. “Entendemos la necesidad de ajustar algunos de los factores del bonus anual para que refleje las nuevas prioridades de la empresa, pero cuestionamos el nivel de adjudicación de este bonus, particularmente considerando que la empresa no ha revelado suficiente información sobre los factores”, añadieron. Al ‘proxy’ también le molestó que Amadeus ajustase el PSP de 2018. Y es que la agencia consideró que, pese a los recortes, el salario total del CEO “estaba por encima del [de los ejecutivos] de sus competidores”.

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De cara a futuro, Amadeus estima que el pago del PSP 2019-2022 será cero. No detalla por qué, pero se entiende que es por falta en el cumplimiento de objetivos, ya que el periodo justo coincide con el estallido de la pandemia. De hecho, en el PSP para 2020-2023, Amadeus ha decidido que no tendrá en cuenta el dato del EPS ajustado o el flujo de caja ejecutivo para remunerar a su CEO. Lo hace “tras el estallido del covid-19 en marzo, a la luz de la dificultad para fijar objetivos financieros a largo plazo”. Asimismo, solo contará el rendimiento de la acción en comparación con el resto del sector.

La Ley de Sociedades de Capital establece que “si el informe anual sobre remuneraciones de los consejeros es rechazado en la votación consultiva de la junta general ordinaria, la sociedad solo podrá seguir aplicando la política de remuneraciones en vigor en la fecha de celebración de la junta general hasta la siguiente junta general ordinaria”. Esto no fue problema para Amadeus el año anterior, porque justo en 2022 estrena una nueva política de remuneraciones. Sin embargo, si en esta junta volviese a perder el apoyo de su accionariado, tendría que retocar este plan de tres años.

Junta clave para la credibilidad inversora de Amadeus. En 2021, los accionistas tumbaron con su voto la propuesta salarial de la cúpula de la tecnológica de viajes, con el 61% de los votos en contra del informe de remuneraciones. Una situación rara en las juntas de accionistas del Ibex 35, que todavía cuentan con un alto grado de pasividad. El voto fue consultivo, como también lo será este año; sin embargo, merma la reputación de la cotizada. A falta de una fecha para el encuentro de este año, Amadeus ya ha reconocido la situación en su actual informe de remuneraciones, poniendo en marcha un plan de acción para no volver a caer en los errores pasados.

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