El Gobierno estudia una reforma legal para profesionalizar las fundaciones bancarias

El Ministerio de Economía valora una posible reforma de la Ley 26/2013, la que reguló las fundaciones bancarias herederas de las antiguas cajas. Este frente lleva valorándose varias semanas dentro del equipo de la vicepresidenta Nadia Calviño con el objetivo de mejorar la gobernanza y supervisión de estas instituciones, según fuentes financieras consultadas por este medio. Desde Economía, no hicieron comentarios.

Esta modificación no es fácil, por sus repercusiones sobre las fundaciones que controlan grandes bancos como CaixaBank, Unicaja Banco, Ibercaja Banco y Kutxabank, y por la complejidad que tendría su tramitación en el Congreso, con grandes impactos para Cataluña y el País Vasco. Por ello, todavía no está claro si Calviño se decidirá a lanzarse a la reforma.

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Esta posibilidad ha llegado a la mesa de los técnicos de Economía a raíz de los problemas que ha habido en la Fundación Unicaja, que preside Braulio Medel, donde varios patronos han pedido amparo ante posibles irregularidades. El ministerio tiene abierta una investigación sobre estos hechos y la propia Calviño se mostró el pasado viernes “muy preocupada” por la “deriva” de la fundación, que exige que “estudie medidas”.

Aun así, esta crisis de gobierno andaluza es solo el origen, ya que afectará a todas las grandes instituciones que hay en España: Fundación la Caixa, que tiene un 30% de CaixaBank; la Fundación Ibercaja, que tiene un 88% de Ibercaja Banco; la Fundación BBK, que tiene un 57% de Kutxabank, y la Fundación Unicaja, que tiene un 30% de Unicaja Banco, entre otras.

Dos frentes

La Ley 26/2013 se hizo por un compromiso firmado en el rescate europeo a la banca española y para regular estas instituciones herederas de las cajas, con el objetivo de no repetir errores del pasado. De hecho, en el preámbulo de la ley se destaca que las fundaciones bancarias serán "un actor principal presente en gran parte de las entidades de crédito de nuestro país, algunas de ellas sistémicas; por lo tanto, se incrementa la posibilidad de que un funcionamiento inadecuado de estas entidades tenga consecuencias para la estabilidad del sistema financiero".

La posible reforma abordaría dos frentes. El primero es el gobierno corporativo, mejorando las prácticas actuales de las fundaciones bancarias a las de las empresas cotizadas. El Ejecutivo quiere evitar que los patronatos de las fundaciones bancarias sean grupos donde el presidente no tenga ningún contrapeso, como ocurría en las antiguas cajas. “El problema estructural de la gobernanza de las antiguas cajas no se ha solucionado definitivamente, ni de lejos”, explica un alto cargo del Banco de España.

La reforma aprobada en 2013 fue obra de Luis de Guindos como ministro de Economía. En aquel momento, después de que medio sistema financiero español fuera asistido por Bruselas, “es probable que no se pudiera ir más lejos”, explican fuentes del regulador, pero también “que no se quisiera tensionar más, en algún caso por las derivadas políticas existentes [La Caixa-Cataluña o Kutxabank-PNV]”.

En esta línea que busca la posible reforma, la Fundación la Caixa ha anunciado recientemente el fichaje de Pablo Isla, ex-Inditex, y del presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.

Supervisión, en el foco

El segundo frente que se ha estado estudiando en Economía es la supervisión, para definir un marco más claro para estas instituciones. Actualmente, el responsable de la mayoría —salvo las vascas— es el Protectorado del Ministerio de Economía. Junto a este organismo dependiente de la Subsecretaría de Economía, el Banco de España es responsable de vigilar lo referente a las fundaciones que afecte a sus bancos participados.

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El caso Unicaja ha puesto sobre la mesa que la supervisión real de estas fundaciones era hasta ahora superficial, por lo que se desean más poderes y normas más claras para evitar problemas así en el futuro. Como señaló Calviño, no solo Economía está preocupado por la situación malagueña, también el Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE), por la situación que se ha trasladado al banco, con la reciente dimisión de los tres principales consejeros independientes.

“El marco actual se ha demostrado insuficiente para desvincular la gobernanza de los bancos resultantes con las inercias de los poderes políticos autonómicos y la falta de disciplina de mercado en las propias fundaciones, que incide directamente en los bancos”, exponen las fuentes consultadas.