El acercamiento de EEUU facilita que Maduro vuelva a pagar a Repsol con petróleo
El levantamiento de sanciones de Washington a Caracas para aumentar la oferta petrolera en Occidente y hacer frente a Putin pone las bases para restablecer el acuerdo financiero entre PDVSA y la multinacional española
El aleteo de una mariposa puede desatar un huracán al otro lado del mundo. De forma análoga, la invasión de Putin a Ucrania está acelerando el restablecimiento de un acuerdo financiero entre Repsol y Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).
La compañía estatal latinoamericana venía pagando hasta 2020 una parte de la deuda que tiene contraída con la multinacional española con cargamentos de petróleo que entregaba mensualmente. Sin embargo, la imposición de sanciones por parte de Trump en EEUU contra Caracas provocó que dicho pago se suspendiera desde hace casi ya dos años, lo que ha obligado a Repsol a sanear su posición en el país latinoamericano rebajando su exposición patrimonial con provisiones y deterioros contables.
Sin embargo, la reciente distensión de la Administración de Joe Biden con el régimen de Nicolás Maduro para combatir en el plano económico a Rusia y evitar así financiar su guerra contra Ucrania pone las bases para que la empresa española reciba de nuevo crudo venezolano como pago en especie para saldar deuda.
Si se restablece el tránsito petrolero desde Venezuela en los términos de los últimos años, España está en disposición de cubrir con crudo venezolano la actual cuota rusa. Venezuela entregó a España 1,4 millones de toneladas de petróleo en 2020, mientras que de Rusia se importó casi un millón de toneladas, según los datos de Cores. En 2019, llegaron 2,3 millones de toneladas del país latinoamericano, frente a 1,6 millones de toneladas de crudo del país gobernado por Vladímir Putin. En 2018, se importaron 600.000 toneladas de Venezuela, por casi un millón de la Federación de Rusia.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, avaló este martes tras el Consejo de Ministros la estrategia de EEUU con Venezuela. "En el corto plazo es importante buscar otras alternativas" señaló.
España está en disposición de cubrir con crudo venezolano la actual cuota procedente de Rusia
Washington anunció este martes que dejaría de comprar combustibles fósiles a Rusia como represalia por la invasión de Ucrania. Días antes, la Casa Blanca confirmó un viaje de una delegación de alto nivel a Caracas para reunirse con autoridades venezolanas. El motivo del viaje tendría que ver con la posible suspensión de sanciones vigentes desde la era Trump en el ámbito petrolero.
El gigante norteamericano busca proveedores alternativos para suplir en la medida de lo posible el abastecimiento que hasta ahora venía proporcionando Rusia. La distensión entre el Palacio de Miraflores y la Casa Blanca es cada vez más patente. Este miércoles, Venezuela ha liberado a dos ciudadanos estadounidenses que se encontraban presos en el país caribeño.
Aunque aún no hay confirmaciones definitivas, las negociaciones para levantar los vetos petroleros apuntan a que en cuestión de semanas PDVSA pueda restablecer el envío de petróleo a España. Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice, en Texas, señala a la agencia francesa AFP que "Chevron, [la italiana] Eni y [la española] Repsol, únicas petroleras que se mantienen en Venezuela, se verían muy beneficiadas de que hubiera algún mecanismo con el cual se pudiera cobrar, porque han estado acumulando pasivos gigantescos con PDVSA".
Repsol ha incorporado en 2021 una provisión de 223 millones de euros por el deterioro de las cuentas pendientes de cobrar con la petrolera estatal del Gobierno de Maduro y 129 millones más por sus filiales allí, según refleja en su memoria anual. La petrolera apenas cuenta ya con exposición patrimonial al país, que llegó a estar en 2017 por encima de los 2.000 millones de euros. Ha tenido que cubrir este agujero con provisiones millonarias.
De concretarse el levantamiento de sanciones que le obligó a cesar su relación financiera con PDVSA por la presión de la Administración de Donald Trump, contaría con un impacto positivo adicional en sus cuentas. En 2019, cuando la situación de Repsol en Venezuela se había deteriorado con fuerza —en plena ofensiva contra Maduro liderada por Juan Guaidó—, el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, aseguraba que llevaban 20 años en Venezuela y tenían intención de mantenerse 20 años más. La idea del ejecutivo es que más allá de las circunstancias políticas adversas de ese momento que impactaban a su negocio, Venezuela es uno de los países con mayores reservas petroleras del mundo y mantener la posición acabaría dando réditos a la compañía.
El vuelco geopolítico que ha dado EEUU con respecto al país gobernado por el régimen chavista apunta en la buena dirección para Repsol. El crudo venezolano es un crudo pesado que la cotizada dirigida por Josu Jon Imaz está en disposición de refinar por las características de sus plantas de refinado, pero no sirve a todas las petroleras. De reabrirse el flujo de cargamentos de petróleo de Venezuela hacia España, Europa contará con una fuente adicional de combustibles fósiles cuando trata de minimizar su dependencia de Rusia para no financiar la guerra de Putin.