El Corte Inglés lanza un plan de choque a sus 30.000 proveedores por la subida de la luz

Las empresas empiezan a sentir en su cuenta de resultados el impacto del aumento continuado de los precios de la energía y del transporte, agudizado en la última semana tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Según fuentes financieras, El Corte Inglés, la mayor empresa de consumo de España, va a renegociar a la baja con sus más de 30.000 proveedores el coste de los productos que les adquiere para compensar la escalada de la electricidad y de los contenedores de mercancía que importa desde Asia.

Estas fuentes señalan que El Corte Inglés ya ha comunicado a sus principales suministradores que tendrán que reducir los precios de venta si quieren seguir siendo proveedores estructurales del 'holding' de grandes almacenes, la segunda empresa más grande del sector textil de España, tras Inditex, y la de mayor tamaño si se agregan los otros departamentos, como alimentación, deporte, tecnología y hogar. El objetivo es evitar en lo posible que el incremento de los productos tenga que ser trasladado al cliente final, lo que lo volvería menos competitivo y podría ahuyentar el consumo.

El 'holding' ya digirió en el segundo semestre de su ejercicio fiscal, acabado el pasado 28 de febrero, el incremento de la factura de la luz, que provocó un golpe de cerca de 50 millones en sus cuentas, según datos provisionales. El coste anual de la electricidad rondaba los 150 millones en un periodo normal, pero en el último ejercicio se disparó hasta cerca de 200 millones. Pero para el nuevo año económico, que arrancó el pasado 1 de marzo, el impacto será mucho mayor.

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El Corte Inglés tiene la mitad de su consumo de electricidad a precio estable, pero el resto depende de la evolución en el mercado, por lo que, tras la última escalada, el efecto en sus cuentas será más acusado. Según fuentes financieras próximas a los bonistas, la factura se va a disparar hasta entre 280 y 300 millones de euros. Es decir, el doble respecto a un año normal. Pese a todos estos factores extraordinarios, el grupo ha cerrado el ejercicio con beneficios, después de las pérdidas históricas de más de 2.900 millones en el año del covid.

Según otras fuentes, la intención del grupo que dirige Víctor del Pozo como consejero delegado es conseguir un ahorro de costes de proveedores de al menos 200 millones de euros para compensar los mayores precios de la energía y del transporte de contenedores. Enviar un contenedor marítimo desde la costa china al Mediterráneo ha pasado de costar 2.500 dólares antes de la pandemia de coronavirus a casi 14.000 dólares, máximo histórico. El importe que no pueda drenar de los suministradores irá finalmente al consumidor final, en parte porque la compañía solo puede intervenir en la fabricación propia, pero no en las marcas a las que alquila 'corners' en sus establecimientos.

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Del Pozo ya puso en marcha un plan de ahorro el pasado año que tuvo como principal factor un expediente de regulación de empleo (ERE) para 3.000 empleados. El grupo, que también redujo en un 3% el consumo de la electricidad de los centros comerciales, consiguió que el coste por venta bajara un 8%, por lo que ganaría el mismo dinero con una facturación un 8% inferior.

Pero El Corte Inglés preveía en su plan estratégico aprobado el pasado verano una fuerte recuperación del consumo en el ejercicio 2022-2023, como bien reflejaban las estimaciones (más del 5%) de crecimiento del producto interior bruto (PIB) manejadas por el Gobierno. Unos números que el estallido de la guerra en Ucrania va a inutilizar, lo que, obviamente, afectará a los ingresos.

Unas estimaciones que El Corte Inglés, además de por el impacto de la energía y del transporte, verá impactadas por la traslación a las nóminas de sus cerca de 80.000 empleados del índice de precios de consumo (IPC), por encima del 5%, y la aplicación del nuevo salario mínimo aprobado por el Gobierno, según estas fuentes.