El juez inicia la segunda ronda de interrogatorios clave por Iberdrola

Semana relevante la que va a vivir Iberdrola en la Audiencia Nacional. Tras unos días de permiso, el juez Manuel García Castellón inicia la segunda ronda de interrogatorios, después de que a mediados de enero tomara declaración a la cúpula de la eléctrica, con su presidente, Ignacio Sánchez Galán, como principal imputado.

A partir de hoy martes y hasta el próximo viernes, desfilarán por la Audiencia Nacional algunas personas que presuntamente participaron en la trama de facturas falsas con las que Iberdrola pagó a Jose Manuel Villarejo por espiar a competidores, sindicalistas, políticos y miembros de organizaciones medioambientales. Sus testimonios se presumen significativos para el devenir del caso, que lleva ya dos años y medio de instrucción.

El primero en sentarse ante García Castellón es Cornelius Dica, el empresario rumano al que Iberdrola investigó con la ayuda del comisario en búsqueda de presuntas irregularidades. Dica ha pasado muy desapercibido hasta la fecha, pero ha sido muy beligerante contra la eléctrica. Su personación ha provocado la imputación de Iberdrola Renovables, que podría derivar en la de la matriz, Iberdrola SA, como han pedido algunas de las partes, lo que supondría una multiplicación del riesgo del grupo, que hasta la fecha ha limitado la causa a la filial de energías verdes.

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El miércoles, el que tendrá que pasar por la Audiencia Nacional es Enrique García Castaño, alias 'el Gordo' y compañero de Villarejo. El juez cree que el que fuera jefe de la Unidad de Inteligencia de la Policía colaboraba con el comisario en la grabación de conversaciones privadas. El 'Big', como es citado por Villarejo en sus agendas, aparece relacionado en dichas anotaciones en relación con las operaciones opacas con Iberdrola y hasta en alguna presunta cita con Galán.

García Castaño, para quien el fiscal pide 80 años de cárcel por otras piezas del llamado caso Tándem, ya declaró a finales de noviembre pasado. En aquel momento, dijo claramente que el Estado sabía perfectamente a lo que se dedicaba Villarejo y la doble estructura que tenía a través de Cenyt, su empresa privada, para hacer determinados trabajos. Pero sostuvo que nunca hizo nada irregular porque sus colaboraciones eran para operaciones policiales.

Otras fuentes sostienen que, en realidad, quien introdujo a Villarejo en Iberdrola fue García Castaño, que es quien supuestamente tenía la relación directa con Antonio Asenjo, el jefe de Seguridad que fue despedido por Galán por estos pagos. Una versión que ha sido contrastada por personal de Iberdrola, que se reunía con frecuencia con el Gordo y que habría hecho de enlace con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

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La semana de penitencia acabará el viernes con tres protagonistas vitales para el caso. Por un lado, Antonio Holguín y Francisco Javier García Saldaña, los máximos responsables de Castellana de Seguridad (Casesa), la empresa que, según José Antonio del Olmo, el testigo clave, fue utilizada como pantalla por Iberdrola para abonar ocho facturas de unos 355.000 euros a Villarejo en 2004. Holguín y Saldaña ya declararon en 2020 y negaron esta vinculación. Además, cuando El Confidencial publicó los pagos, emitieron un desmentido que fue usado por Iberdrola para negar cualquier ilegalidad.

Pero la Agencia Tributaria, cuyo responsable irá un día antes a la Audiencia Nacional, demostró con un acta ante el juez que sí la había y que Casesa había transmitido a Cenyt esa cantidad. Esclarecer esta contradicción se presume esencial, porque el consejo de administración de Iberdrola ha empleado a Casesa, proveedor habitual del grupo, para montar su defensa y la de su presidente.

El último en presentarse ante el magistrado, en calidad de imputado, es Enrique Victorero, jefe de Seguridad internacional de la multinacional energética hasta hace un año. Victorero tenía mala relación con Asenjo y con Francisco Blázquez, su sustituto al frente de la unidad, por lo que su declaración es muy esperada. Como el resto de los miembros de seguridad, tenía —su mujer se prejubiló hace unas semanas— familiares trabajando en Iberdrola.