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Ni fútbol ni series: las 'telecos' pierden más de 83.000 clientes de televisión en tres meses
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Ni fútbol ni series: las 'telecos' pierden más de 83.000 clientes de televisión en tres meses

Mientras que Telefónica se ha despedido a 39.000 clientes, Vodafone ha tenido que ver salir a otros 44.000. Por su parte, Orange ha reducido en 3.000 los que están en su oferta 'premium'

Foto: Foto: Pexels.
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La televisión ya no es lo que era. Este fue uno de los mensajes que lanzó el presidente de Telefónica, Jose María Álvarez-Pallete, en la presentación de resultados a cierre de año. Al hablar de consolidación, el directivo ha puesto la televisión como ejemplo de lo que él considera una definición incorrecta de los mercados. “Las autoridades tienen registrados más de 6 millones de clientes de televisión de pago, y con que nosotros tenemos más de tres millones, somos el operador dominante”, zanjó. “Pero la realidad es que hay otros ocho millones largos que pagan por plataformas en ‘streaming’, por lo que el mercado tiene en realidad 15 millones de clientes”, matizó el presidente de Telefónica. “Es una regulación para un mundo de caballos cuando ya estamos en un mundo de autopistas”.

Mientras el entorno cambia a toda velocidad, las operadoras sufren la presión sobre sus servicios. Las tres grandes llevan registrando varias idas y venidas con su base de clientes de televisión, pero en el último trimestre de 2021 ha sido unánime: Telefónica y Vodafone han registrado una pérdida de 83.000 clientes de televisión, mientras que Orange ha perdido 3.000 en la oferta que incluye el fútbol. Un producto que no es el negocio ‘core’ de ninguna de ellas, pero que constituye una pieza angular de las estrategias de diferenciación en uno de los mercados de telecomunicaciones más agresivos de Europa.

La propia Telefónica lleva tiempo evaluando el futuro de Movistar +. Tal y como publicó El Confidencial, la operadora contó hace unas semanas con el análisis de McKinsey y BCG para evaluar las opciones de este activo, entre las que se encuentra la posibilidad de dar entrada a un inversor externo. Pallete abordó el tema en su presentación. “La televisión de pago para nosotros es un servicio diferencial, es una parte clave de nuestra oferta”, avisó, recordando el nacimiento de la oferta convergente en España. “Durante todos estos años hemos ido aumentando y mejorando nuestros contenidos, pero también hemos ido perdiendo contenido, ya que el sector ha ido creando sus propias plataformas, las cuales también hemos integrado hasta convertirnos en un agregador de contenido”, narró el directivo. Pallete puso el fútbol y las series propias como parte clave de esa estrategia de diferenciación.

Sin embargo, esa proliferación de nuevas plataformas significa que la base de Movistar+ pierde estrenos, por lo que también se da una tendencia en la que se ha ido desagregando el contenido. “Esto no podemos obviarlo, tenemos que estudiar todos los escenarios”, reconoció el directivo. “Antes de analizar cualquier alianza, necesitamos definir cuál es nuestra capacidad de competir, cuál es el mercado de televisión de pago”, argumentó, volviendo a la narrativa contra el regulador. “No pedimos que a otros se regulen, sino que a nosotros se nos desregule – igualdad de condiciones”.

De momento, la fórmula parece no estar funcionando, y Telefónica pierde más de 200.000 clientes de televisión en 2021. Más allá de la oferta de series y televisión, una pieza clave es el fútbol nacional. Vodafone renunció al deporte rey en 2019, pero Telefónica y Orange siguen apostando por él (aunque recelen constantemente del coste de los derechos que reparte LaLiga). A partir de la próxima temporada, las operadoras jugarán en un terreno nuevo: Telefónica y DAZN se repartieron los derechos de fútbol en la última subasta y ahora negocian un acuerdo que beneficie a todas las partes, en el que Telefónica está decidida a llevarse la otra mitad del pastel. Orange mira de reojo para ver qué es lo que más le conviene, ya que históricamente siempre se lo había comprado a la ‘teleco’ española. Mientras tanto, Telefónica presumía el jueves de haber alcanzado una deflación del 7% al haber comprado a la mitad el fútbol, y ahora apuntaba a que la rebaja alcanzase el 20% si fructifica un acuerdo con la plataforma rusa.

El fútbol parece no estar funcionando tampoco para Orange. El CEO de la francesa en España, Jean François Fallacher, insistió en la presentación de que estaba abierto a todas las opciones para incorporar esta oferta a sus clientes, ya que era una parte importante de su oferta de servicios. Su cifra de televisión de pago arroja una caída de 3.000 clientes en el trimestre, alcanzando los 35.000 en el ejercicio. Sin embargo, el dato tiene truco, porque solo incluye a aquellos usuarios que se conectan a la televisión a través del ‘decodificador’ (es decir, integrados en la conectividad de banda ancha). Esta es la oferta ‘premium’, la que incluye más canales y el fútbol (Orange TV). En cambio, el dato no incluye a los clientes de Orange Play, que consumen películas y series de plataformas externas a través de internet (OTT).

Esto es algo a lo que se refirió el director general de Orange B2C, Diego Martínez, en la presentación de resultados de la compañía. “Solo damos la visión de clientes de ITV, aquellos que van con una conectividad especial, no cuenta aquellos que acceden a las plataformas como Amazon o Netflix de la oferta Play”, dijo, explicando que esta cifra había crecido a doble dígito (casi al ritmo del 20%). ¿Por qué hacer esto? Para reducir costes en la compra de derechos del fútbol. Según las exigencias de la CNMC, Telefónica y Orange tienen que cumplir con un precio regulado a la hora de cerrar la compraventa del fútbol. En la ecuación para determinar ese precio, se incluye la cifra de usuarios de televisión. Al conectar a sus clientes a través de internet, Orange mantiene a estos usuarios fuera de la ecuación, lo cual reduce el precio final por los derechos. “Si crecemos en clientes de televisión de pago estaríamos incrementando la factura que tenemos que engrosar al final del año a nivel de costes”. En otras palabras, el dato registra la caída de clientes de fútbol de Orange, pero no la cifra global.

Al otro lado del espectro está el caso de Vodafone, que en los últimos meses ha estado sufriendo un pinchazo en su apuesta por las series y las películas. La operadora inglesa se enfocó en los últimos dos años en hacer crecer su oferta audiovisual hasta convertirse el agregador de contenidos más completo del país. Lo hizo después de comprobar entre sus clientes que en realidad no había interés por LaLiga y que el valor añadido de incluirla era nulo. Para diferenciarse, ha estado alcanzando acuerdos como la alianza exclusiva con HBO Max, incluyendo también a plataformas que van desde el ‘mainstream’ de Disney+ hasta el cine independiente de Filmin.

En un principio, la estrategia ha triunfado: los clientes de televisión empezaron a crecer hasta alcanzar un pico de 1,6 millones de clientes en primavera del año pasado. Sin embargo, en los últimos meses la estrategia se ha estado desinflando. La operadora perdió 44.000 clientes en el último trimestre, después de la salida de otros 38.000 en el periodo anterior. Aunque sigue siendo el segundo mayor jugador del mercado en televisión después de Telefónica (cuenta con 1,5 millones de usuarios), la buena racha parece agotarse. En sus cuentas, se limitó a apuntar a la “alta intensidad competitiva del mercado”.

La televisión ya no es lo que era. Este fue uno de los mensajes que lanzó el presidente de Telefónica, Jose María Álvarez-Pallete, en la presentación de resultados a cierre de año. Al hablar de consolidación, el directivo ha puesto la televisión como ejemplo de lo que él considera una definición incorrecta de los mercados. “Las autoridades tienen registrados más de 6 millones de clientes de televisión de pago, y con que nosotros tenemos más de tres millones, somos el operador dominante”, zanjó. “Pero la realidad es que hay otros ocho millones largos que pagan por plataformas en ‘streaming’, por lo que el mercado tiene en realidad 15 millones de clientes”, matizó el presidente de Telefónica. “Es una regulación para un mundo de caballos cuando ya estamos en un mundo de autopistas”.

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