De César Alierta a Javier de Paz: las decisiones políticas de Pallete y el hundimiento del PP
El presidente de la operadora tiene que decidir si renueva a Javier de Paz, el consejero vinculado al PSOE y a la mayoría de las maniobras en la oscuridad del grupo
José María Álvarez-Pallete (Madrid, 1963) tomó el pasado fin de semana una decisión que le dolió en el alma: prescindir de César Alierta (Zaragoza, 1945) como presidente de la Fundación Telefónica. Una anomalía que el ejecutivo permitía como deferencia al que consideraba su padre empresarial. Era su referencia en la casa, al que relevó en 2016 después de que el bróker aragonés le eligiera como sucesor en un consejo de administración sin primarias.
El economista madrileño mantuvo a Alierta hasta el pasado martes al frente de la Fundación, a la que dotó en 2015 con 325 millones de euros en fondos. Álvarez-Pallete tomó la decisión después de bastante meses de una reflexión más personal que ejecutiva. El presidente del grupo de telecomunicaciones no quería relegar a su mentor, pero algunas escenas muy delicadas en actos públicos en representación de Telefónica le alertaron de que su predecesor no estaba ya en las mejores condiciones para desempeñar sus funciones.
La reputación de la compañía y del propio Pallete, al que otras voces le recriminaban falta de determinación, debía pasar al primer plano
Aunque había hecho oídos sordos a los primeros avisos, en una Navidad anterior, Álvarez-Pallete tuvo que recordar al que fue su jefe que airear comentarios internos no hacía ningún bien. Ni a la compañía, en general, ni al que había sido su mano derecha —y ahora era ya su presidente—, en particular. La gota que colmó el vaso fue la inauguración de unas jornadas (EnlightED 2021 Hybrid Edition) en la sede de la compañía con la presencia del rey Felipe VI. Fue el 19 de octubre de 2021. La actitud del que durante dos décadas fue el presidente con más peso en el Ibex 35 requirió de la asistencia de los servicios de seguridad de la Casa Real. Pallete se excusó ante el monarca, cuyo padre, el Rey emérito, tenía una relación muy cercana con Alierta, con la justificación de su estado de salud.
Voces cercanas a Pallete le invitaron a tomar la decisión definitiva de relevar al presidente de la Fundación. La reputación de la compañía y del propio Pallete, al que otras voces le recriminaban falta de determinación, debía pasar al primer plano. Pero, como buen corredor de fondo, el primer ejecutivo de la operadora se tomó su tiempo y no quiso precipitarse ni actuar en caliente. En la última Navidad, confinado en casa por fuerza mayor, reflexionó sobre la decisión, sobre todo en el cuándo y en el cómo adoptarla. Que Alierta se sintiera lo menos molesto posible era también una prioridad. Se buscaba una salida digna para alguien que había sido presidente ejecutivo de la casa durante 16 años, así que se pactó un comunicado en el que se definía la salida como un mutuo acuerdo.
Liberado ya de esta carga personal, Pallete tiene encima de la mesa otra patata caliente, más relevante que la de Alierta: resolver la continuidad o no de Javier de Paz, un consejero con más de 20 años en el grupo, al que se le identifica como el protagonista de las principales maniobras orquestales en la trastienda de Telefónica. De Paz, hombre próximo al PSOE e íntimo de José Luis Rodríguez Zapatero, tiene una influencia muy por encima del cargo que ocupa en una casa, Telefónica, que tiene su propio metaverso.
Aunque él prefiere la discreción, no hay cenáculo financiero o mediático donde no aparezca su nombre. Entre sus trabajos más recientes, a De Paz se le adjudica la relación y la influencia sobre Prisa ('El País', Cadena SER, 'Cinco Días'). En nombre de Telefónica y a través de Miguel Barroso, Miguel Contreras y con Rosauro Varo como vicepresidente del 'holding' de medios. Una posición que incomoda a la operadora —¿qué hace una compañía privada en el accionariado de un periódico?—, pero que Pallete, sin embargo, asiente y consiente.
Su último movimiento ha sido sobre Indra, empresa con el 18% en manos del Gobierno, que el pasado año impuso como presidente a Marc Murtra, un hombre del PSC, pese a la oposición del consejo de administración. Una imposición contra la que se rebelaron varios consejeros independientes y que reveló la escasa validez de los códigos de gobierno corporativo. De Paz ha ayudado a que en Indre desembarque Sergio Sánchez, exdirector de Comunicación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), al que previamente había facilitado su llegada al departamento de Comunicación de Telefónica. Sánchez, con 30 años de experiencia en el sector, ya está la cocina de Indra, una compañía que, como es bien sabido, es esencial para la defensa del Estado, especialmente en un momento tan delicado como el actual desde el punto de vista geoestratégico.
Pero a De Paz le vence esta primavera el mandato como consejero de Telefónica, que en diciembre de 2019 ya tuvo que hacer contorsionismo con la nomenclatura para mantenerse en el órgano de mando. Al expirar el periodo de 12 años con la calificación de independiente, le tuvieron que otorgar el cargo de ‘Otros Externos’ para que pudiera continuar. Una función en la que Pallete quiere que siga, porque valora su capacidad para moverse en asuntos sensibles, pese a que las voces que le hablaban sobre Alierta le susurran en la misma dirección y a los mensajes que le llegan desde la planta de la calle Génova, donde Pablo Casado habita en su purgatorio infantil.
Como De Paz llevará 15 años en el consejo de administración en la próxima junta, Pallete sabe que tendrá que esforzarse para que los inversores le aprueben la renovación por cuatro años, hasta 2026. A los 'proxys', las agencias que examinan la idoneidad del consejo, no les suele gustar que un miembro prolongue 'sine die' su permanencia en el órgano de gobierno, más después de haber recurrido ya a un atajo para mantenerle en el cargo. En Telefónica dan por hecho que, aun así, conseguirán sacar oficialmente adelante la propuesta. Pero temen que con un apoyo tan bajo que, en realidad, suponga un rechazo 'de facto'.
Llevarse bien con el PSOE tiene más valor que nunca si se tiene en cuenta el incendio del castillo de naipes de la oposición
Pallete tiene, por tanto, que decidir, más allá de Alierta, cuánto le va a costar y qué esfuerzo tiene que hacer para la continuidad De Paz, que, además, lidera la Comisión de Regulación y Asuntos Institucionales. Una función que ejerce con diligencia sibilina y que, ante la autodestrucción del Partido Popular, puede tener un rol más relevante que nunca. Llevarse bien o incluso mejor con el PSOE tiene más valor que nunca si se tiene en cuenta que Pedro Sánchez es el único ganador del incendio del castillo de naipes de la oposición.
José María Álvarez-Pallete (Madrid, 1963) tomó el pasado fin de semana una decisión que le dolió en el alma: prescindir de César Alierta (Zaragoza, 1945) como presidente de la Fundación Telefónica. Una anomalía que el ejecutivo permitía como deferencia al que consideraba su padre empresarial. Era su referencia en la casa, al que relevó en 2016 después de que el bróker aragonés le eligiera como sucesor en un consejo de administración sin primarias.